Víctoria pírrica de Silvio Berlusconi
Las ruinas del partido de la Libertad (PL) dejan al primer ministro en manos de Umberto Bossi, cuya Liga Norte aspira a ganar elecciones anticipadas. Curiosa idea de un lombardo que quiere separar la Transpadania pero tiene apoyo en el sur.
15 diciembre, 2010
<p>La mayoría de analistas cree que, de una forma u otra, el apretado triunfo de la derecha (314 a 311 votos en diputados) desembocará en un lapso de ingobernabilidad y, finalmente, en comicios adelantados. Un factor clave es la corte constitucional, que se reúne en cinco semanas –iniciado enero- para decidir si una ley de inmunidad a medida del “premier” es válida o no.<br />
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Si falla en contra, la suerte de Silvio Berlusconi quedará sellada. Tampoco juegan en su favor los continuos disturbios en Roma y otras urbes, donde los mismos que respaldaron al régimen protofascista durante más de quince años hoy exigen echarlo. Bossi, astuto y poco escrupuloso, busca reforzar el eje entre la Liga y el partido Populista Libertario (PPL) de su volátil socio.<br />
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Existe, sin embargo, una contradicción peligrosa, más si la instancia máxima de la justicia falla contra la inmunidad del cavaliere. Bossi, a diferencia de su aliado y del tercero en discordia –el democristiano Pier Ferdinando Casini-, es tan fascista como separatista. Pero nadie sabe si, llegado el caso (derrota en la corte, elecciones inmediatamente después), el senador lombardo no abandonará el sueño transpadano y se pondrá al frente de otra coalición de derecha, con su ambicioso hijo y tocayo.<br />
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En este momento, Bossi sospecha que su considerable apoyo en provincias meridionales no separatistas reúne ex partidarios desilusionados de Berlusconi y ex seguidores de la izquierda (partido de la Democracia, PD). Éstos le han soltado la mano a una dirigencia sin empuje, ideas ni propuestas. A ese conjunto variopinto se agregan quienes reniegan de Giafranco Fini tras su papelón en el parlamento.<br />
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En un plano si se quiere más riesgoso, Italia oscila entre su flojo crecimiento económico y la crisis europea de sobreendeudamiento soberano. Ambos frentes borrascosos explican que tirios y troyanos barajen un “gabinete técnico” manejado por los dos hombres respetables del actual gobierno: el ministro de economía Giulio Tremonti y el presidente de banca de Italia (central), Mario Draghi.</p>
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