Buffett: el mercado se autoengaña y hay recesión para rato

El especulador quizá más rico y duro de EE.UU. sostiene que “lo peor de la crisis crediticia todavía no ha pasado”. Warren Buffett controla Berkshire Hathaway, una cartera de US$ 197.000 millones, y teme que todo optimismo sea ficticio.

29 abril, 2008

El financista acaba de invertir US$ 6.500 millones en la toma –por cuenta de Mars Inc.- de Wm.Wrigley’s, la famosa firma de goma de mascar. La transacción involucra US$ 23.000 millones y es una de las mayores compras no apalancadas de los últimos años.

Nunca ambiguo, Buffett señalaba: “No soy experto en la materia –una ironía, claro-, pero mi impresión es que esta recesión será más larga y profunda de cuando creen Wall Street y algunos medios. No será ni breve ni pasajera. La gente siente el efecto de los precios de alimentos y combustibles. Ya no puede gasta en otras cosas porque, además, sus ingresos de bolsillo se contraen”.

Obviamente, el magnate aludía al efecto de las desgravaciones tributarias que el gobierno federal norteamericano está haciendo efectivas por correo. Pero se trata de estímulos orientados alas clases alta y media alta, no a la población en general. Es una característica de George W.Bush y sus sucesivos equipos económicos desde 2001.

El miércoles, a la sazón, el departamento federal de comercio debe informar sobre si la economía subió en el primer trimestre y a qué ritmo. Los infaltables gurúes de Bloomberg’s y Reuters suponen que el producto bruto interno creció a razón de apenas 0,2% anual. Por sí solo, un dato así licuaría el optimismo bursátil. Técnicamente, dos trimestres seguidos “bajo cero” se consideran síntoma recesivo.

El financista acaba de invertir US$ 6.500 millones en la toma –por cuenta de Mars Inc.- de Wm.Wrigley’s, la famosa firma de goma de mascar. La transacción involucra US$ 23.000 millones y es una de las mayores compras no apalancadas de los últimos años.

Nunca ambiguo, Buffett señalaba: “No soy experto en la materia –una ironía, claro-, pero mi impresión es que esta recesión será más larga y profunda de cuando creen Wall Street y algunos medios. No será ni breve ni pasajera. La gente siente el efecto de los precios de alimentos y combustibles. Ya no puede gasta en otras cosas porque, además, sus ingresos de bolsillo se contraen”.

Obviamente, el magnate aludía al efecto de las desgravaciones tributarias que el gobierno federal norteamericano está haciendo efectivas por correo. Pero se trata de estímulos orientados alas clases alta y media alta, no a la población en general. Es una característica de George W.Bush y sus sucesivos equipos económicos desde 2001.

El miércoles, a la sazón, el departamento federal de comercio debe informar sobre si la economía subió en el primer trimestre y a qué ritmo. Los infaltables gurúes de Bloomberg’s y Reuters suponen que el producto bruto interno creció a razón de apenas 0,2% anual. Por sí solo, un dato así licuaría el optimismo bursátil. Técnicamente, dos trimestres seguidos “bajo cero” se consideran síntoma recesivo.

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