Dos riesgos relevantes, aunque no necesariamente inmediatos: la inflación y, asociada a ella, la suba de tasas de interés. Las razones del milagro coreano.
En su edición de abril, el Informe Económico Mensual del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, analiza las variables de impacto que ejercen presión en nuestro país, en plena expectativa e incertidumbre por la segunda ola de Covid.
Los expertos del Departamento de Economía -en esta ocasión junto a otros especialistas invitados- repasan los aspectos económicos, en su interacción con factores políticos, el contexto internacional y ciertas bases de la teoría económica.
Juan José Llach resume los principales rasgos del contexto internacional: “Están en pie dos riesgos relevantes, aunque no necesariamente inmediatos: la inflación y, asociada a ella, la suba de tasas de interés. No se puede omitir el recordar que la deuda global, pública y privada, es más de tres veces el PIB mundial”, señala en su Editorial.
Eduardo Fracchia, propone un análisis de las razones del milagro coreano de lograr crecer al 6% anual por 50 años, destacando algunas de las estrategias que deberían considerarse imitar y poner en práctica desde otros países emergentes.
En cuanto al panorama interno, Fracchia diagnostica los distintos aspectos de la economía, cuyo manejo viene supeditado a arribar a las próximas elecciones en la mejor posición posible, en desmedro de las medidas que necesita el país con miras a un mediano plazo post-pandemia.
Federico De Cristo, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, analiza los distintos factores que impactan en el tipo de cambio, en tanto termómetro de la economía de un país, que todos los gobiernos buscan controlar.
Por su parte, Agustín Usandizaga, alumni EMBA IAE Business School, plantea los puntos salientes de la Teoría Monetaria Moderna, su conexión con la coyuntura actual y su posible aplicación en económicas en desarrollo como la nuestra, para finalmente reflexionar sobre sobre su posible fin o supervivencia.
Ricardo Crespo, Vicerrector de asuntos académicos de la Universidad Austral y profesor del IAE Business School, brinda una completa reflexión acerca de la aparente insuficiencia de la teoría económica, para diseñar una política y guiar las decisiones económicas diarias, frente a la incertidumbre y la complejidad del panorama futuro que implica la pandemia. Propone en su artículo repensar la formación y perfil de dicha teoría.
Finalmente, se detalla el análisis del economista investigador del IAE, Martín Calveira, de las principales variables de la coyuntura: la dinámica de precios que continúa en niveles altos ante un nuevo confinamiento; la reversión de la actividad económica hacia un panorama incierto tras la irrupción del rebrote COVID-19; las mayores necesidades y tensiones de la política fiscal; el comercio externo con un mejor desempeño y un mercado cambiario expectante; y la política monetaria incierta ante las restricciones económicas.
Panorama global
En cuanto al panorama global, Juan J. Llach señala: “Al impulso de la recuperación global, las commodities siguen firmes. El valor de los granos hoy es comparable al de hace 10 años, pero su duración dependerá mucho del clima y de una recuperación global, en especial de los países emergentes.”
Llach detalla que, confirmando los anticipos, las proyecciones de abril del FMI en su informe global bianual (WEO) son más optimistas que las anteriores. “El mundo crecería este año 6,0%, superando cómodamente la caída del 2020, de tal modo que el PIB global al final de 2021 será bastante mayor que el de fines de 2019, y aumentaría 7,0% entre 2020 y 2022.
A la Argentina le iría peor porque caería 2,4% en el mismo trienio, en marcado contraste con la mejora de países emergentes de porte (9,6%), China (16,7%), los desarrollados (4,5%), y aun Brasil (2%). No son muchos los países que caen más que la Argentina, y en su gran mayoría son pequeños y muy turísticos”, destaca Llach respecto al posicionamiento de nuestro país.
Respecto al panorama para los próximos meses para el mundo y en particular nuestro país, el economista de IAE Business School comenta: “El mundo, y la Argentina de modo especial por su vulnerabilidad, dependerán de la eficacia y la velocidad de difusión de las vacunas, aun contra las nuevas cepas. Pese a la gravedad de la situación, nuestro país tiene una nueva oportunidad. Pero sólo ocasionalmente muestra decisión para adoptar el rumbo de los países que crecen y, más allá del crecimiento cíclico de este 2021, será muy difícil superar el estancamiento en el que estamos desde hace casi diez años.”
El milagro coreano
Crecimiento del 6% anual por 50 años. Eduardo Fracchia, director del Área Economía del IAE, propone profundizar en el modelo coreano de expansión económica, como aliciente a que la región internalice una conducta de gran competitividad y relación estrecha con el mundo, a través de la generación genuina de valor.
“La gestión económica es un factor determinante del desempeño coreano. Las políticas macroeconómicas se centraron en la coordinación a los efectos de un sendero de estabilidad de crecimiento de la producción que resultaron en un crecimiento del PIB promedio del 6% para el período 1954-2020 y con una inflación descendente desde los 80.”
Y agrega: “Otro de los factores importantes fue la promoción del ahorro y la inversión. Las políticas favorecieron al ahorro a través de una gestión impositiva que penalizaba el consumo, principalmente se limitaba el crédito al consumo o lo racionaban y, a su vez, alentaban el ahorro financiero mediante la desgravación de ganancias por los intereses financieros. Las tasas de ahorro del sector público fueron relativamente elevadas lo cual fue un elemento de sustentabilidad macroeconómica.”
La macro en clave electoral y el padecimiento de la inflación. Respecto al panorama político interno, Eduardo Fracchia sostiene que el gobierno quiere llegar lo más sólido posible a la próxima elección (de fecha aún por consensuar). “Dentro de una fragilidad enorme de una economía sin inversión, con pobreza creciente y con alta inflación, la idea central es evitar que el dólar blue crezca fuerte como lo sucedido en octubre de 2020 que llegó a 200 pesos”, comenta.
“Lo ideal es llegar con recuperación de actividad, esto se subordina directamente a lo que el gobierno plantee como estrategia de ataque a la pandemia. No obstante, es una variable que depende también de la vacunación ya que con esto se tendría un escenario de mayor circulación de personas y, por lo tanto, con más trabajo en las empresas. Si la segunda ola es agresiva la actividad se verá resentida por las restricciones que afectarán a la oferta de bienes y servicios”, agrega.
“De un tiempo a esta parte, los efectos de la inflación se han hecho sentir sobre la economía real. La creciente incertidumbre a la que ésta ha dado lugar, ha redundado en una reducción significativa en la tasa de inversión respecto al PIB. El tipo de cambio real también se ha visto deteriorado y, pese a haberse tomado medidas proteccionistas y cuestionables que han intentado reducir las importaciones, el saldo de la balanza comercial ha empeorado con el correr del tiempo”, diagnostica Fracchia respecto a la situación acutal.
Respecto a la gestión actual de la economía señala: “La continuidad de la actual política que impulsa Guzmán es valiosa en términos generales, al menos la que él declama, aunque la política lo condiciona. Es necesario que, a mediano plazo, después de las elecciones, se adopten medidas que la incorporen como un problema serio al cual hacer frente; siendo primordial revertir la política monetaria expansiva encarada por el Banco Central. De continuar, los déficits fiscales y la utilización de emisión del BCRA para financiarlos, la inflación seguirá creciendo, generando además expectativas devaluatorias que agravan la cuestión”.
La inflación creciente desde abril del año pasado de 1% mensual a 4% mensual de los últimos meses pone a la economía en el serio riesgo de perpetuarse en el proceso conocido como estanflación (situación que conjuga una recesión económica con un aumento acelerado de los precios). De proseguir una política monetaria por la misma senda de crecimiento del último mes se puede esperar que la situación se agrave. En particular, para bajar la inflación es necesario reducir la tasa de crecimiento de la emisión monetaria, abrir más la economía, dar un sendero razonable en la tasa de interés, reducir el déficit fiscal y aumentar la oferta de bienes y servicios.