sábado, 21 de diciembre de 2024

Unión Europea: ¿qué salidas hay, si las hay, para esta crisis?

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Sin duda, el rechazo al tratado de Lisboa (apenas un borrador) pone en evidencia una creciente brecha entre gobiernos y ciudadanos. El asunto desborda la pequeña Irlanda y toca a buena parte de los 495 millones que habitan 27 países.

<p>Lo del viernes 13 tiene una larga historia detr&aacute;s. Ya en junio de 1992, Dinamarca rechaz&oacute; el tratado de Maastricht, que debi&oacute; modificarse en 1993 para quebrar el &ldquo;impasse&rdquo;. En verdad, sus pretensiones monetaristas nunca cristalizaron del todo. Hoy, s&oacute;lo el Banco Central Europeo lo toma en serio. <br />
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Dividida la UE en adherentes a la moneda &uacute;nica (quince, en la actualidad) y el resto, hoy doce, la rebelde Dinamarca volvi&oacute; a la carga en septiembre de 2000. Convoc&oacute; a referendo justamente sobre adopci&oacute;n del euro &ndash;creado en 1999- y 53% del electorado la rechaz&oacute;. En junio 2001, los irlandeses votaron contra el tratado de Niza -reglamentaba el funcionamiento de la UE ampliada- y fue precisa una reforma en 2002. <br />
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En mayo-junio de 2005 ardi&oacute; Troya o, mejor dicho, Francia y Holanda. En sendos plebiscitos, tornaron letra muerta el primer proyecto constitucional, un mamotreto de 6.800 p&aacute;ginas, fruto de bur&oacute;cratas estables, que casi nadie lleg&oacute; a leer completo. En realidad, lo de Lisboa fue una simplificaci&oacute;n de ese texto. En s&iacute;ntesis, &ldquo;frustrados los planes A y B, no s&eacute; de d&oacute;nde sacar&aacute;n un plan C a tiempo para la cumbre del martes 24&rdquo;, ironizaba Brian Lenihan, ministro irland&eacute;s de hacienda. <br />
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Ahora algunos exigen separar la isla verde de la UE, arrumb&aacute;ndola junto con Noruega, Islandia y Suiza. Otros sugieren repetir el referendo, soluci&oacute;n algo rid&iacute;cula, salvo que &ndash;como en anteriores ocasiones- se retoquen aspectos del tratado. El problema fundamental es la obsesi&oacute;n por la unanimidad, poco plausible en una organizaci&oacute;n que est&aacute; dividida en dos desde 1999: Eurozona (dominada por Alemania y Francia) y resto, donde Gran Breta&ntilde;a juega de l&iacute;bero, aferrada a la libra, un anacronismo. <br />
Tampoco hay consistencia en lo geopol&iacute;tico. La prematura incorporaci&oacute;n de estados poco viables involucra a Malta (una isla controlada desde Londres), dos tercios de Chipre &ndash;una anomal&iacute;a- y dos econom&iacute;as subdesarrolladas, Rumania y Bulgaria. Hasta lo del viernes, inclusive se pensaba en Croacia, Serbia (cuyas fronteras no terminan de asentarse), Bosnia &ndash;dos etnias, tres religiones-, Macedonia, Albania y un imposible, Kosovo. </p>
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