Un riesgo suicida: confiar en la austeridad

Cumbre europea tras cumbre europea, hasta la de este febrero (o la próxima), los fracasos se acumulan. Los consensos se frustran y la dirigencia de Bruselas insiste en el mismo, grave error: creer en la austeridad fiscal como tabla de salvación.

9 febrero, 2012

<p>La Eurozona, la Uni&oacute;n Europea, el Banco Central Europeo y otras instancias regionales se niegan a admitir lo que Paul Krugman o Jeffrey Sachs definen como &ldquo;el abyecto fracaso de una doctrina econ&oacute;mica supuestamente ortodoxa. Seg&uacute;n esa cartilla, los banqueros deben ser rescatados a costa de los contribuyentes&rdquo;.<br />
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De ese modo, una crisis generada por el d&eacute;ficit de regulaci&oacute;n se convierte en intangible por obra y gracia de la doctrina legada por Henry Paulson- a Timothy Geithner. Seg&uacute;n ambos, los salvamentos son para satifacer los mercados, no para recrear empleo. En otras palabras, Barack Obama mut&oacute; en George W.Bush.<br />
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Era una falacia, basada en que la austeridad fiscal genera puestos laborales v&iacute;a mayor confianza p&uacute;blica. A su vez, esta estimular&iacute;a el gasto del sector privado y promover&iacute;a la ocupaci&oacute;n. Algunos economistas y analistas no estaban convencidos. Dos de ellos, el Nobel 2001 (Joseph Stiglitz) y el 2008 (Krugman mismo) calificaron esas ideas de &ldquo;cuentos chinos&rdquo;.<br />
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Pero la &ldquo;austeridad expansiva&rdquo; es defendida por legisladores republicanos (<em>Tea Party</em> al frente), un sector dem&oacute;crata, la Reserva Federal, el BCE y otros ilusos. Un caso t&iacute;pico es David Cameron, primer ministro brit&aacute;nico cuya receta austera sumi&oacute; varias ciudades en la violencia social. Similares estallidos asolaron Grecia, Francia, Italia, Espa&ntilde;a, etc.<br />
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Sin duda, rescatar malos banqueros mientras se castiga a trabajadores y jubilados no parece una salida hacia la prosperidad. As&iacute; lo demuestra Islandia, una econom&iacute;a que se condujo seg&uacute;n c&aacute;nones diferentes. En medio de una crisis provocada por banqueros irresponsable, Rejkyavik dej&oacute; caer varias instituciones y ampli&oacute; la red de seguridad social . Mientras otros buscaban apaciguar a los inversores, en general extranjeros, Islandia impuso controles al capital para recobrar m&aacute;rgenes de maniobra. La f&oacute;rmula result&oacute;.</p>

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