Un fax detectado por suizos revela prisiones secretas de la CIA

Se trata de un documento de origen egipcio, donde se alude a cárceles ilegales en Rumania, Bulgaria, Macedonia, Ucrania, Kósovo y Polonia. Autoridades italianas, helvéticas y polacas analizan ahora el fax interceptado.

10 enero, 2006

El texto fue revelado por “SonntagBlick”, un semanario de Berna, pero se origina en un fax de la embajada egipcia en Londres, captado por el servicio secreto suizo. Ahí se señala, entre otros detalles, que “veintitrés iraquíes y afganos se hallan en una base militar rumana controlada por la inteligencia norteamericana”. También se indica que hay contingentes similares en otros cinco países de Europa oriental y sudoriental.

El suizo Richard Martin, jefe del comité investigador del Consejo Europeo, ha tomado cartas en el asunto. Legalmente, los seis países involucrados son pasibles de severas sanciones, obviamente polìticas o diplomáticas. Salvo que, en el caso polaco, intervenga la justicia de la Unión Europea.

Por supuesto, Estados Unido aparece en posición muy delicada, especialmnente tras saberse que aviones militares norteamericanos habían estado recorriendo varios países con presuntos terroristas, torturados a bordo. Rumania y Polonia salieron a desmentir el fax pero, entretanto, el “Washington Post” informaba que esos presos ilegales habían sido transferidoa al norte de África (quizás Egipto y Marruecos).

A esta altura, una serie de torpezas –típicas de la CIA- pone en descubierto una compleja operación secreta iniciada en abril de 2002. Por entonces, en Roma, la “compañía” organizó una cumbre de agentes, preparatoria de la invasión a Irak. Eso evidencia que, al menos cerca de Richard Cheney y Donald Rumsfel, el ataque se había resuelto antes de mencionar siquiera las presuntas armas de destrucción masiva en poder de Saddam.

El texto fue revelado por “SonntagBlick”, un semanario de Berna, pero se origina en un fax de la embajada egipcia en Londres, captado por el servicio secreto suizo. Ahí se señala, entre otros detalles, que “veintitrés iraquíes y afganos se hallan en una base militar rumana controlada por la inteligencia norteamericana”. También se indica que hay contingentes similares en otros cinco países de Europa oriental y sudoriental.

El suizo Richard Martin, jefe del comité investigador del Consejo Europeo, ha tomado cartas en el asunto. Legalmente, los seis países involucrados son pasibles de severas sanciones, obviamente polìticas o diplomáticas. Salvo que, en el caso polaco, intervenga la justicia de la Unión Europea.

Por supuesto, Estados Unido aparece en posición muy delicada, especialmnente tras saberse que aviones militares norteamericanos habían estado recorriendo varios países con presuntos terroristas, torturados a bordo. Rumania y Polonia salieron a desmentir el fax pero, entretanto, el “Washington Post” informaba que esos presos ilegales habían sido transferidoa al norte de África (quizás Egipto y Marruecos).

A esta altura, una serie de torpezas –típicas de la CIA- pone en descubierto una compleja operación secreta iniciada en abril de 2002. Por entonces, en Roma, la “compañía” organizó una cumbre de agentes, preparatoria de la invasión a Irak. Eso evidencia que, al menos cerca de Richard Cheney y Donald Rumsfel, el ataque se había resuelto antes de mencionar siquiera las presuntas armas de destrucción masiva en poder de Saddam.

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