<p>Por ejemplo, Steny Hoyer –jefe de la mayoría en diputados- cree que “debemos mantenernos abiertos y resolver si precisamos más o mejores estímulos. Por otra parte, hemos de evaluar los primeros resultados concretos del programa”.<br />
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No obstante, una portavoz de la Casa Blanca (Jean Psaki) intentó quitar relevancia a “versiones sobre otro plan de estímulos sistémicos. Nos hallamos abocados a crear o recrear empleo entre millones de norteamericanos. Sería prematuro pensar en medidas ulteriores”.<br />
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Hablando en Singapur, no justamente una tribuna adecuada para discutir la economía real, Tyson admitió que “el plan en marcha tendrá efectos positivos, pero estamos tratando a un paciente que sufre recesión. El paquete se sentirá de modo más pronunciado en este semestre, pero quizá no alcance”.</p>
<p>La experta aclaró que opinaba a título personal. De hecho, sus observaciones contrastan con las del vicepresidente Joseph Biden y otro asesor de Obama, Austan Goolsbee. Ambos tacharon de prematura la idea de un segundo programa neokeynesiano, al menos mientras no se acumulen más resultados tangibles. Pero el gobierno viene afrontando críticas de los propios demócratas sobre la parsimonia en general medidas concretas. <br />
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Obama mismo afirmó en junio que aún no hace falta otro programa. Sin embargo, estima que el desempleo urbano (ahora en 9,5%, pico desde agosto de 1983) puede rozar 10% este año. Al presentar el actual plan, hace cinco meses, el equipo presidencial cometió un grueso error calculando en 8% el máximo esperado en 2009. Desde diciembre de 2007 a junio pasado, en efecto, la economía estadounidense dejó en la calle unas 6.500.000 personas (o, usando el eufemismo técnico, eliminó esa cantidad de puestos laborales).<br />
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“La economía va peor de lo temido al lanzar el programa de estímulos”, subrayó Tyson ante un foro armado por Nomura Securities. “Ya tenemos 2.500.000 despidos sobre el tope proyectado en febrero”, señaló.</p>
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Tyson: hace falta otro paquete de estímulos
Laura Tyson, asesora financiera externa de Barack Obama, definió como un poco escasos los US$ 787.000 millones aprobados en febrero por el Congreso para proyectos infraestructurales. Algunos legisladores coinciden.