Seguirán creciendo las exportaciones latinoamericanas, aunque a menor ritmo, según la Cepal

Durante 2007, las exportaciones de América Latina y el Caribe crecerán 13% en valor y 6% en volumen, según estimó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

24 agosto, 2007

En tanto, las importaciones crecerán 17% en valor y 11% en volumen. Así, se obtendría un superávit comercial de 56.000 millones de dólares. Los óptimos resultados se deberán a los altos precios de productos básicos (metales y combustibles) que se esperan para la región en los próximos cinco a diez años.

Esto se desprende del informe “Panorama de inserción internacional de América Latina y el Caribe 2006. Tendencias 2007”, que fue presentado el 22 de agosto en Santiago de Chile.
Según el secretario ejecutivo del organismo, José Luis Machinea, “después de haber decrecido a una tasa anual de -2% en el período 1980-2002, entre 2003-2006 los precios de los principales productos exportados por la región, crecieron a una tasa anual del 24%”. Aunque aclaró que si bien las exportaciones han crecido a mayor ritmo que las del mundo “recientemente se estarían desacelerando”.

En efecto, en 2006 el ritmo de crecimiento en valor de las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe se redujo ligeramente a 20%, desde 22% promedio anotado en 2004 y 2005 (por menor volumen); mientras que durante el primer semestre de 2007, las exportaciones regionales crecieron 9% en valor, muy por debajo del 22% anotado en similar período de 2006.
La causa principal de la bonanza se vincula con la mayor demanda estructural de materias primas de las economías que más están creciendo en las últimas décadas: China e India, que provocaron un crecimiento de los valores de los minerales a tasas anuales de 32% desde 2003. Se debe considerar que la región Asia-Pacífico representa ya entre 20% y 30% del producto bruto mundial, 25% del comercio global y 18% de las inversiones directas extranjeras.

Es por ello que Machinea, ex ministro de Economía argentino durante el gobierno de De la Rúa, recomendó durante su exposición un mayor acercamiento a estas economías. De hecho, los principales abastecedores regionales del mercado asiático (Chile, Perú, Cuba, Brasil, Costa Rica y Argentina) serán los países más favorecidos por la bonanza exportadora.

Por otra parte, según destacó la comisión permanente de la Organización de las Naciones Unidas, la región es menos vulnerable a los temblores externos, debido a la reducción de sus deudas públicas y externas, a la gran acumulación de reservas y a las menores necesidades de recursos en el corto plazo (aunque destacó que Argentina sigue con riesgos financieros altos).

No obstante, según se aclara, los riesgos siguen latentes, debido a la probable desaceleración de la economía mundial (recientemente admitida por el presidente del Fondo Monetario Internacional, el español Rodrigo Rato) y al “cambio estructural” en la demanda de activos de riesgo financieros. También se advierte sobre los desequilibrios en el mercado petrolero que podrían repercutir en rebrotes inflacionarios.

Asimismo, el informe indica que otra señal no favorable es el estancamiento de las negociaciones multilaterales de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en particular de la Ronda de Doha (donde las potencias industriales exigen que se disminuyan aranceles de manufacturas en países poco desarrollados y éstos exigen que las potencias eliminen subsidios a las producciones agrícolas), por el temor no sólo de que no se desgraven las producciones locales, sino que se incremente el proteccionismo.

De ser aprovechado este favorable ciclo internacional por los países de la región -auguró Machinea-, éstos podrían sentar las bases de un crecimiento sostenido de mediano plazo, con inversiones en infraestructura, innovación y capital humano, que agregarían más valor y conocimiento a las exportaciones.

Esto permitiría disminuir la pobreza por debajo de los 200 millones de personas, con una fuerte baja de la indigencia, que cayó más de 20% en los últimos cuatro años. De no aprovechar la oportunidad, América Latina seguirá creciendo por debajo de su PBI potencial y mantendrá sus brechas de equidad.

Finalmente, Machinea llamó a la “necesaria y urgente” integración de los países de América Latina y el Caribe, debido a que “la economía global exige mercados amplios y unificados y cadenas integradas de valor internacional”. Para ello, asegura, “parece necesario incorporar más a los actores privados en las decisiones regionales”.

Al concluir, el ejecutivo de la Cepal destacó que “hay un considerable espacio para avanzar en iniciativas de cooperación regional en energía, infraestructura, TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones), innovación y aspectos de cohesión social”.

En tanto, las importaciones crecerán 17% en valor y 11% en volumen. Así, se obtendría un superávit comercial de 56.000 millones de dólares. Los óptimos resultados se deberán a los altos precios de productos básicos (metales y combustibles) que se esperan para la región en los próximos cinco a diez años.

Esto se desprende del informe “Panorama de inserción internacional de América Latina y el Caribe 2006. Tendencias 2007”, que fue presentado el 22 de agosto en Santiago de Chile.
Según el secretario ejecutivo del organismo, José Luis Machinea, “después de haber decrecido a una tasa anual de -2% en el período 1980-2002, entre 2003-2006 los precios de los principales productos exportados por la región, crecieron a una tasa anual del 24%”. Aunque aclaró que si bien las exportaciones han crecido a mayor ritmo que las del mundo “recientemente se estarían desacelerando”.

En efecto, en 2006 el ritmo de crecimiento en valor de las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe se redujo ligeramente a 20%, desde 22% promedio anotado en 2004 y 2005 (por menor volumen); mientras que durante el primer semestre de 2007, las exportaciones regionales crecieron 9% en valor, muy por debajo del 22% anotado en similar período de 2006.
La causa principal de la bonanza se vincula con la mayor demanda estructural de materias primas de las economías que más están creciendo en las últimas décadas: China e India, que provocaron un crecimiento de los valores de los minerales a tasas anuales de 32% desde 2003. Se debe considerar que la región Asia-Pacífico representa ya entre 20% y 30% del producto bruto mundial, 25% del comercio global y 18% de las inversiones directas extranjeras.

Es por ello que Machinea, ex ministro de Economía argentino durante el gobierno de De la Rúa, recomendó durante su exposición un mayor acercamiento a estas economías. De hecho, los principales abastecedores regionales del mercado asiático (Chile, Perú, Cuba, Brasil, Costa Rica y Argentina) serán los países más favorecidos por la bonanza exportadora.

Por otra parte, según destacó la comisión permanente de la Organización de las Naciones Unidas, la región es menos vulnerable a los temblores externos, debido a la reducción de sus deudas públicas y externas, a la gran acumulación de reservas y a las menores necesidades de recursos en el corto plazo (aunque destacó que Argentina sigue con riesgos financieros altos).

No obstante, según se aclara, los riesgos siguen latentes, debido a la probable desaceleración de la economía mundial (recientemente admitida por el presidente del Fondo Monetario Internacional, el español Rodrigo Rato) y al “cambio estructural” en la demanda de activos de riesgo financieros. También se advierte sobre los desequilibrios en el mercado petrolero que podrían repercutir en rebrotes inflacionarios.

Asimismo, el informe indica que otra señal no favorable es el estancamiento de las negociaciones multilaterales de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en particular de la Ronda de Doha (donde las potencias industriales exigen que se disminuyan aranceles de manufacturas en países poco desarrollados y éstos exigen que las potencias eliminen subsidios a las producciones agrícolas), por el temor no sólo de que no se desgraven las producciones locales, sino que se incremente el proteccionismo.

De ser aprovechado este favorable ciclo internacional por los países de la región -auguró Machinea-, éstos podrían sentar las bases de un crecimiento sostenido de mediano plazo, con inversiones en infraestructura, innovación y capital humano, que agregarían más valor y conocimiento a las exportaciones.

Esto permitiría disminuir la pobreza por debajo de los 200 millones de personas, con una fuerte baja de la indigencia, que cayó más de 20% en los últimos cuatro años. De no aprovechar la oportunidad, América Latina seguirá creciendo por debajo de su PBI potencial y mantendrá sus brechas de equidad.

Finalmente, Machinea llamó a la “necesaria y urgente” integración de los países de América Latina y el Caribe, debido a que “la economía global exige mercados amplios y unificados y cadenas integradas de valor internacional”. Para ello, asegura, “parece necesario incorporar más a los actores privados en las decisiones regionales”.

Al concluir, el ejecutivo de la Cepal destacó que “hay un considerable espacio para avanzar en iniciativas de cooperación regional en energía, infraestructura, TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones), innovación y aspectos de cohesión social”.

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