Se fue Alberto Fernández, lo reemplaza Massa pero aún permanecen Moreno y Jaime: la historia continúa

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El jefe de Gabinete intentó romper con su renuncia el autismo en que se cerró el matrimonio presidencial tras el duro revés. Lo reemplaza una novel figura como Sergio Massa. Los pingüinos resisten la embestida opositora aferrados a los cargos.

<p>A los 36 a&ntilde;os, el intendente de Tigre, Sergio Massa, es ungido jefe del Gabinete de Ministros del gobierno de Cristina Kirchner, en reemplazo de Alberto Fern&aacute;ndez, quien llevaba 60 meses en el cargo y present&oacute; su renuncia tras el duro rev&eacute;s legislativo que sufri&oacute; el proyecto de retenciones m&oacute;viles. </p><p>Quien se desempe&ntilde;ara hasta fines del a&ntilde;o pasado como interventor en Anses y le ganara la elecci&oacute;n en Tigre al partido vecinalista fue convocado a Olivos para hacerle el ofrecimiento formal, ya conocida la dimisi&oacute;n por carta que enviara Fern&aacute;ndez a la presidenta. </p><p>En sus primeras declaraciones, Massa asegur&oacute; que trabajar&aacute; fuerte con gobernadores, intendentes y legisladores para consolidar el proyecto oficial. &quot;Me siento orgulloso por la confianza que ha depositado la Presidenta en m&iacute;, espero cumplir con sus expectativas&quot;. </p><p>La &uacute;nica diferencia de &ldquo;perfil&rdquo; que marc&oacute; con el jefe de Gabinete saliente fue que &quot;Yo soy m&aacute;s joven y tal vez eso haga que me maneje de otra manera. Pero seguramente hablar&eacute; con &eacute;l; tengo una excelente relaci&oacute;n y creo que tiene mucho tacto pol&iacute;tico, mucha experiencia y me puede ense&ntilde;ar mucho&quot;. </p><p>Sobre el desaf&iacute;o que se avecina dijo que contribuir&aacute;n en su gesti&oacute;n &quot;todos los sectores pol&iacute;ticos y econ&oacute;micos&quot;, y agreg&oacute; con optimismo que su forma de trabajar es &quot;dejando todo, hasta la &uacute;ltima gota de transpiraci&oacute;n&quot;. </p><p>El nombramiento de Massa no aten&uacute;o las versiones que arreciaban en los mentideros sobre m&aacute;s cambios en el elenco de gobierno. En el Ministerio de Planificaci&oacute;n trascend&iacute;an nombres de funcionarios que preparaban sus pertenencias y quedaban listos para retirarse. Hasta el propio Julio de Vido fue alcanzado por la ola de rumores.</p><p>Aunque Guillermo Moreno sobreactu&oacute; con buena dosis de sorna una ronda de despedidas ante los habituales interlocutores de las c&aacute;maras empresarias, hasta el momento se manejaba de puertas adentro con la soltura y familiaridad de quien se sabe intocable.</p><p>&nbsp;</p>

<p>Otro cuestionadísimo funcionario, el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, se encerró en el mutismo con la carpeta de Aerolíneas Argentinas, cuyo proyecto de reestatización salió rumbo al Congreso, y en torno suyo comentaron que se abocaría a revisar íntegra la planilla de los subsidios. </p><p>Pero la jornada había amanecido más que densa en el círculo del poder. A primera hora, un abatido jefe de Gabinete, Alberto Fernández, presionaba el botón de “enviar y recibir” de su notebook y salía hacia la cuenta privada de la presidenta el mail con su renuncia. Todavía retumbaba en sus oídos la desafiante reacción que escuchara en Olivos de Néstor Kirchner, en el aciago fin de semana último: “Nos vamos todos”. </p><p>Creía haber agotado todos los argumentos para convencer al matrimonio presidencial de que era necesaria una oxigenación del gobierno después de la dura derrota en el Senado por la ley de retenciones móviles. </p><p>Kirchner estaba más obcecado que nunca en no querer ceder ni un ápice a las demandas de cambios de la oposición, lo cual a sus ojos sería como convalidarles el triunfo. Enrojecía de furia frente a todos los recortes de prensa dominicales que coincidían con el inminente alejamiento de Guillermo Moreno. </p><p>“Minga que se lo va a entregar a Lilita Carrió”, interpretaron a su alrededor. </p><p>Sólo admitía el relevo del secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, quien de todos modos ya estaba fuera de acción desde hacía rato. Y el reemplazante, Carlos Cheppi, que había estado el sábado en la quinta, dijo que haría falta la permanencia de Moreno para que pudiera llevar adelante el plan de 33 puntos destinado a mejorar la producción agropecuaria hasta 2015. </p><p><strong>Decisión tomada</strong> </p><p>El círculo íntimo de Alberto Fernández afirma que, desde el mismo momento que salió de la residencia de Olivos, ya tenía decidido marcar el camino de la oxigenación del gabinete con su propia renuncia. Kirchner lo sabía e intentó disuadirlo mandando a Moreno a desparramar que se iría, aunque sin precisar fecha. </p><p>Alberto se recluyó en su departamento de Puerto Madero por consejo médico y ahí esperó la repercusión de la carta que le enviara a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner notificándola de su decisión. </p><p>La definición más sugerente de la despedida fue que daba el paso al costado para permitir que el gobierno desarrollara un “perfil propio”. </p><p>La retirada dejó pistas en la vereda de la oposición. El titular del radicalismo, Gerardo Morales, afirma haber tenido acceso al texto de la renuncia y resalta que Fernández admitía las dificultades del estilo “doble comando” en la gestión. <br /></p>

<p>La edición digital de Crítica reproduce un párrafo: "La certeza de que se abre una nueva instancia en su gobierno, en la cual usted pueda contar con un nuevo elenco de colaboradores para enfrentar la etapa, me impulsa a poner en su consideración mi renuncia con el sano propósito de facilitarle la selección de sus equipos de trabajo". </p><p>Sin embargo, Fernández sale como uno de los principales mariscales de la derrota frente al campo, pese a que en un momento (con los productores cortando las rutas) había conseguido acordar con las cuatro entidades casi los mismos términos que luego, en la Cámara de Diputados, el Poder Ejecutivo aceptara flexibilizar para reunir los votos que necesitaba a fin de superar esa instancia. </p><p>El que se opuso y detonó la bomba, que terminó minando el poder de la Casa Rosada, fue Néstor Kirchner, quien había dado la orden desde las sombras de no parar hasta poner de rodillas al campo. </p><p>El jefe de Gabinete hizo una pirueta dialéctica para retroceder con su palabra ante la Mesa de Enlace y absorbió el costo político de las consecuencias. </p><p>Tal es así que luego de ser derogadas las retenciones móviles, los dirigentes del agro reclamaron una interlocución efectiva con el gobierno. </p><p>¿Será el mismo “perfil propio” al que aludiera Fernández en su carta de renuncia? ¿Encajará Massa en esa caracterización? </p><p>Lo cierto es que con el alejamiento del jefe de Gabinete, tras el relevo, primero, del ministro de Economía, Martín Lousteau, que se arrogó la autoría de la explosiva medida que desató la “guerra gaucha”, y luego del secretario del área en conflicto, Javier de Urquiza, daría la impresión de que el gobierno terminó de entregar las cabezas, en bandeja de plata, de los funcionarios más involucrados en la gesta perdida. </p><p>Ahora, las entidades del campo tendrán nuevos interlocutores, y también quedó complacida la exigencia de relevar a Fernández que enarbolara el gobernador de Chubut, Mario das Neves, uno de los referentes del PJ que pendula entre las posiciones de Kirchner y de los dirigentes que se le oponen, como José Manuel de la Sota y Eduardo Duhalde. </p><p>Otros candidatos a emigrar del círculo áulico kirchnerista son los responsables de la otra derrota, quizá la más dolorosa en el ego peronista del ex presidente: la de la calle. El mandatario sanjuanino Gioja abandonó su tono prudente para disparar contra Luis D´Elía, uno de los punteros del que se esperaba una movilización más importante que la personal frente a las cámaras de televisión. </p><p>El otro blanco de los cuestionamientos es el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, quien terminó de convencer a los Kirchner de su mucho ruido y pocas nueces frente a las demostraciones públicas de poder. </p><p> </p>

<p>Un tigre en la pingüinera </p><p>Es cierto que Olivos no queda demasiado lejos ni trasmano de Tigre, pero si algo llamó la atención mientras arreciaban las versiones de la renuncia de Alberto Fernández fue que el intendente ribereño Sergio Massa llegara a la residencia a reunirse con Néstor Kirchner, el secretario Legal Carlos Zannini y Rudy Ulloa Igor, el núcleo duro pingüino. </p><p>Massa tuvo una gestión muy ponderada en Anses y a punto estuvo de ser convocado para el mismo puesto que deja vacante Alberto Fernández en diciembre, cuando Cristina Kirchner asumiera la Presidencia. </p><p>Dicen que en ese momento el flamante intendente de Tigre no aceptó el convite para poder cumplir con el mandato popular, aunque el discurso inaugural que pronunciara como tal cobrase ahora plena vigencia para la alta esfera nacional: "Nosotros somos un fenómeno: la combinación de la continuidad con la renovación. Es continuidad por el gobierno nacional. Y renovación, porque le ganamos a gobiernos de décadas. A ciclos agotados. Esta es una nueva generación". </p><p>Sergio Massa aprovechó su estadía en el Anses, al que accediera de la mano de Eduardo Duhalde, para modernizarlo y tornar más eficiente la cobranza, lo que permitió al gobierno de Kirchner ensanchar la base de jubilados facilitándoles la entrada a los que no habían hecho aportes y pagando el mínimo que se actualizó en forma permanente. </p><p>El joven funcionario prefirió luego la carrera electiva, porque su meta sería llegar en el 2011 a la gobernación bonaerense, pero siempre se pensó en él para cargos ejecutivos por su ductilidad en la gestión. </p><p>También es cierto que sabe manejarse en las artes de la política y quedar bien parado tanto cuando Carlos Menem era el jefe, o luego Duhalde y finalmente Kirchner. Su aparición en escena fue bajo el padrinazgo de Luis Barrionuevo, cuando lo llevó al INOS, después convertido en ANSAL. Uno de sus interlocutores más influyentes es Carlos Ruckauf. </p><p>Su nombramiento se da en seguida de haber declarado públicamente que la suspensión de la resolución 125 tras lo sucedido en el Senado fue una demostración de humildad del gobierno, y que luego de dar un paso para atrás, volverán a dar dos para adelante. Y sobre Julio Cobos opinó: “Fue una actitud valiente porque actuó de acuerdo a sus convicciones y eso es también bueno en política. No solamente es bueno en política hacer obediencia debida sino también expresar las convicciones, los sueños, las creencias. Creo que Cobos tuvo una actitud valiente, uno puede estar de acuerdo o no con la decisión que tomó porque él es parte de un gobierno, pero tuvo la valentía y el coraje de plantearlo en un momento en el que era muy difícil. Yo no sé si hubiese tenido el coraje que tuvo él, si pensaba como él para hacer lo que hizo. (…)". </p><p> </p>

<p>En el precoloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial Argentino), llevado a cabo en Rosario, Santa Fe, Massa convoc&oacute; a discutir el modelo de pa&iacute;s del Bicentenario, y luego dijo &quot;en el tema del federalismo, la cuesti&oacute;n de fondo es la caja. La pelea es del recurso, de qui&eacute;n cobra el impuesto pero la discusi&oacute;n que necesitamos es c&oacute;mo se asigna el recurso. Hay que dejar de discutir, escondidos en el federalismo, qui&eacute;n cobra tal o cual impuesto y empezar a discutir qui&eacute;n lleva adelante la salud, la seguridad, la educaci&oacute;n, lo que hace al crecimiento de las ciudades. El Parlamento tiene un rol central en todo eso&quot;. </p>
<p>Cuando Alberto Fern&aacute;ndez quedara desairado ante los presidentes de las cuatro entidades de agro, al dar un inducido giro en las promesas que hiciera para rever las retenciones m&oacute;viles, una sugerente columna del editor general del diario &ldquo;Clar&iacute;n&rdquo;, Ricardo Kirschbaum, lanz&oacute; la candidatura de Massa a la jefatura de Gabinete. </p>
<p>El principal holding multimedios de la Argentina siempre tuvo un buen di&aacute;logo con Fern&aacute;ndez y lo mismo con Massa, por lo que en caso de un reemplazo, lo prefer&iacute;a a un Jorge Capitanich o el propio Randazzo. El joven dirigente mam&oacute; de la gran popularidad asistiendo religiosamente todo el a&ntilde;o pasado a los cert&aacute;menes de baile y patinaje de Marcelo Tinelli en canal 13. </p>
<p>Cristina de Kirchner dijo de &eacute;l a fines del a&ntilde;o pasado, durante el acto de asunci&oacute;n como intendente, en el Museo de Arte del Tigre, que era el art&iacute;fice de un &ldquo;cambio cualitativo&rdquo; que propone su gesti&oacute;n, la que, seg&uacute;n resalt&oacute;, se verifica en las propuestas: &ldquo;Es un intendente que no viene a cambiar todo&rdquo;, sino a continuar &ldquo;la obra que est&aacute; realizando su antecesor, que no era de su propio partido&rdquo;. </p>
<p>Toda una premonici&oacute;n. </p>
<p>&nbsp;<em><font color="#800000">El video de la derecha muestra a Sergio Massa durante la campa&ntilde;a electoral por la intendencia de Tigre</font></em></p>

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