Retorno al déficit bilateral con Brasil

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Menos exportaciones e importaciones estancadas. Tras un semestre positivo, el intercambio es otra vez negativo

En enero, el saldo fue de US$ -20 millones, más que revirtiendo el superávit de US$ 120 millones alcanzado en el primer mes del 2019. Más allá de este deterioro, al incluir en la comparación el resultado de enero 2018 (US$ -485 millones), se observa el efecto base de comparación; por lo tanto, la performance no fue tan negativa como parecería a priori.

La reversión del saldo respondió a la caída exportadora (-16,5% i.a.), ya que las importaciones se mantuvieron virtualmente estancadas en la comparación interanual (-0,3% i.a.). La baja en los envíos a Brasil fue significativa, al punto tal que las ventas externas a este destino alcanzaron su menor valor desde marzo de 2017 y un piso para el mes de enero desde 2016.

Dos factores fueron claves para esta dinámica. Por un lado, que la demanda de la principal economía del Mercosur no terminara de despegar. Por el otro, la depreciación nominal del Real (+5,3% durante enero) en un país con baja inflación, encareciendo relativamente a nuestros bienes respecto de los brasileños.

Si bien la caída de las importaciones brasileñas fue generalizada, lo cierto es que la contracción en los envíos desde nuestro país fue mucho mayor a la del resto de los orígenes (-17% i.a. y -0,5% i.a., respectivamente). Como resultado, la participación argentina en el mercado vecino pasó de casi 5% en el primer mes de 2019 a 4,1% en enero 2020.

Por el lado importador, el virtual estancamiento representa una buena noticia: las compras argentinas a Brasil mostraron caídas espectaculares entre julio 2018 y noviembre 2019, siempre superiores al 20% i.a. Habrá que esperar a la publicación de los datos agregados de nuestro país para saber si esta mejora se trasladó al resto del intercambio comercial o representó una recuperación aislada, tal como sucedió en diciembre cuando las importaciones desde Brasil crecieron levemente (+0,4% i.a.) pero cayeron casi 20% i.a. a nivel agregado.

 

Para finalizar, resta decir que proyectamos un tenue superávit, menor a los US$ 1.000 millones, para el resultado comercial de 2020. De esta manera, el saldo caería levemente respecto del acumulado en 2019 (US$ +1.020 millones). Esto se explicaría por exportaciones e importaciones que crecerían tibiamente (por debajo del 2% i.a.). En consecuencia, la mejora en el neto se estiraría, pero el flujo de comercio continuaría en niveles muy bajos. De que las expectativas de recuperación de la economía brasileña efectivamente se materialicen y que el Real no siga depreciándose y el peso argentino apreciándose, dependerá que este tibio superávit no se transforme en un equilibrio o, peor aún, nuevamente en un déficit.

 

 

 

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