Reforma laboral: más repercusiones

Los ex funcionarios Alieto Guadagni y Raúl Cuello dijeron que el nuevo régimen no bajará el desempleo y que los nuevos puestos de trabajo serán en “negro”. El futuro de las negociaciones colectivas.

27 abril, 2000

(DyN) – Los ex secretarios de Industria, Comercio y Minería, Alieto Guadagni y de Ingresos Públicos, Raúl Cuello minimizaron el jueves la eficacia que tendrá la reforma laboral, sancionada el miércoles por el Senado, en la evolución del índice de desempleo.

Los ex funcionarios fueron consultados por los periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda, a raíz que de ninguno de los actuales integrantes del equipo económico consideró al tema relevante como para hacer comentarios.

Tanto Cuello como Guadagni coincidieron en que la reforma es “de una envergadura limitada”, ya que no resuelve los problemas laborales, pero discreparon respecto de que el Gobierno tuviera que conceder un aumento en las partidas de planes trabajar para que los senadores justicialistas le aprobaran la norma.

“A mí no me parece bien, porque eso tiñe de cierta ilegitimidad a la ley que salió aprobada”, señaló Cuello, mientras que Guadagni admitió que “eso es moneda corriente y es propio de los federales, donde es lógico que los representantes de las provincias hagan un balance de su propia esencia electoral”.

Para Cuello “los incentivos que da la reforma laboral (que se aprobó ayer) no son tan altos” como para que las empresas incorporen nuevos trabajadores en blanco, por lo que “si se crea empleo, va a ser en negro”.

Uno de los redactores de la nueva ley laboral, el consultor Ernesto Kritz, y el abogado de la CGT Disidente, Héctor Recalde, coincidieron el jueves en que la reforma aprobada por los senadores consagró el principio de descentralización de la negociación colectiva.

Ambos opinaron que el texto sancionado le otorga a las federaciones de gremios de nivel nacional participación en las negociaciones de menor rango (por empresa o provinciales), básicamente, si los sindicatos de base así se lo permiten.

Según Kritz, lo que el gobierno denominó “el corazón de la reforma” fue el final del principio de ultractividad de los convenios colectivos, que habilita ahora a nuevas negociaciones entre empleados y patrones, el cual se complementa con la “diversificación” de las negociaciones.

Desde el punto de vista opuesto, Recalde aseguró que la ley pretende la “descentralización de la fuerza sindical, fragmentando la negociación colectiva”, eso, debido al “estado de debilidad” en la que se encuentran las organizaciones de trabajadores frente a los empresarios.

(DyN) – Los ex secretarios de Industria, Comercio y Minería, Alieto Guadagni y de Ingresos Públicos, Raúl Cuello minimizaron el jueves la eficacia que tendrá la reforma laboral, sancionada el miércoles por el Senado, en la evolución del índice de desempleo.

Los ex funcionarios fueron consultados por los periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda, a raíz que de ninguno de los actuales integrantes del equipo económico consideró al tema relevante como para hacer comentarios.

Tanto Cuello como Guadagni coincidieron en que la reforma es “de una envergadura limitada”, ya que no resuelve los problemas laborales, pero discreparon respecto de que el Gobierno tuviera que conceder un aumento en las partidas de planes trabajar para que los senadores justicialistas le aprobaran la norma.

“A mí no me parece bien, porque eso tiñe de cierta ilegitimidad a la ley que salió aprobada”, señaló Cuello, mientras que Guadagni admitió que “eso es moneda corriente y es propio de los federales, donde es lógico que los representantes de las provincias hagan un balance de su propia esencia electoral”.

Para Cuello “los incentivos que da la reforma laboral (que se aprobó ayer) no son tan altos” como para que las empresas incorporen nuevos trabajadores en blanco, por lo que “si se crea empleo, va a ser en negro”.

Uno de los redactores de la nueva ley laboral, el consultor Ernesto Kritz, y el abogado de la CGT Disidente, Héctor Recalde, coincidieron el jueves en que la reforma aprobada por los senadores consagró el principio de descentralización de la negociación colectiva.

Ambos opinaron que el texto sancionado le otorga a las federaciones de gremios de nivel nacional participación en las negociaciones de menor rango (por empresa o provinciales), básicamente, si los sindicatos de base así se lo permiten.

Según Kritz, lo que el gobierno denominó “el corazón de la reforma” fue el final del principio de ultractividad de los convenios colectivos, que habilita ahora a nuevas negociaciones entre empleados y patrones, el cual se complementa con la “diversificación” de las negociaciones.

Desde el punto de vista opuesto, Recalde aseguró que la ley pretende la “descentralización de la fuerza sindical, fragmentando la negociación colectiva”, eso, debido al “estado de debilidad” en la que se encuentran las organizaciones de trabajadores frente a los empresarios.

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