Pronóstico alentador para la industria

Además del plan de infraestructura, antes de abril comienzan a operar cuatro plantas que garantizan más actividad en el sector. Desde el Gobierno, prevén un crecimiento de 3%.

15 enero, 2001

El ministro de Economía, José Luis Machinea, se mostró en los últimos días muy optimista con la noticia que indica que, antes de abril, se pondrán en marcha cuatro nuevas plantas industriales (una en Olavarría y tres en Bahía Blanca) que asegurarían un aumento en la capacidad instalada y, consecuentemente, en el ritmo de producción general.

Con esto, sostienen en Hacienda, la actividad manufacturera argentina crecerá 3%; si además se aceleran las licitaciones por el plan de infraestructura y aumenta la demanda de cemento, hierro, acero y otros insumos de la construcción, el crecimiento estará más que garantizado.

“Tenemos que tener mucha, pero mucha mala suerte para que en 2001 la economía crezca menos de 2,5%. Sólo en la industria habrá un aumento mayor a 3%” —dijo Guillermo Rozenwurcel— uno de los dos asesores directos de José Luis Machinea.

El ex secretario para la Pequeña y Mediana Empresa, hoy se dedica a mantener informado al ministro sobre la evolución de las principales variables de la macroeconomía y a negociar con Brasil la coordinación de estos números.

Pero los analistas económicos observan que, más allá de las proyecciones que en general son alentadoras, lo que desvela al equipo económico es una carrera contra el tiempo; si la industria no se recupera en marzo y no crece entre abril y mayo; inevitablemente habrá que hablar ,en junio de este año, del tercer cumpleaños de la recesión y de 36 meses consecutivos de crisis económica.

Según los cálculos que maneja Rozenwurcel, hay mucho optimismo para que esto no ocurra; es muy probable, estimación con la que coinciden los análisis de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, que el primer y segundo trimestre de este año sean mejores a los mismos períodos de 2000.

La clave de este pronóstico es la puesta en marcha de cuatro diferentes proyectos, agendados para el primer trimestre de 2001 y que necesariamente impulsarán la producción al alza:

El primer proyecto es la puesta en marcha de la planta cementera L´Amalí, propiedad de Loma Negra y ubicada en Olavarría, en la que se invirtieron US$ 200 millones y que está destinada casi con exclusividad (según los planes de la empresa) a satisfacer la demanda para las obras en las que se participará dentro del plan de infraestructura.

La segunda iniciativa es el comienzo de la producción de polietileno, etileno y PVC en la planta de la compañía MEGA SA, propiedad de Repsol-YPF (38%), Petrobrás (34%) y Dow (28%), donde se invirtieron US$ 718 millones; aparentemente esta planta trabajará en forma permanente a capacidad plena, ya que la mayoría de su producción ya está vendida de antemano a Brasil; con lo cual no se dependerá de la esquiva evolución del mercado interno.

El tercer proyecto, también fue visitado por el ministro Machinea; se trata de la ampliación de las instalaciones que Dow ,en alianza con Repsol-YPF, tiene en el mismo parque industrial para la producción de polietileno y donde se destinaron US$ 720 millones; la sola puesta en marcha del proyecto, ya permitirá aumentar la producción del sector petroquímico.

El último motor de la economía, que le garantizaría durante los primeros meses de 2001 un crecimiento industrial al Gobierno, es la demorada puesta en marcha de la planta de agroquímicos de Profertil, otra iniciativa de Repsol-YPF en sociedad con la canadiense Agrium que demandó una inversión de US$ 600 y que en febrero estará produciendo urea (fertilizante que agrega nitrógeno a los cultivos) casi a plena capacidad.

El ministro de Economía, José Luis Machinea, se mostró en los últimos días muy optimista con la noticia que indica que, antes de abril, se pondrán en marcha cuatro nuevas plantas industriales (una en Olavarría y tres en Bahía Blanca) que asegurarían un aumento en la capacidad instalada y, consecuentemente, en el ritmo de producción general.

Con esto, sostienen en Hacienda, la actividad manufacturera argentina crecerá 3%; si además se aceleran las licitaciones por el plan de infraestructura y aumenta la demanda de cemento, hierro, acero y otros insumos de la construcción, el crecimiento estará más que garantizado.

“Tenemos que tener mucha, pero mucha mala suerte para que en 2001 la economía crezca menos de 2,5%. Sólo en la industria habrá un aumento mayor a 3%” —dijo Guillermo Rozenwurcel— uno de los dos asesores directos de José Luis Machinea.

El ex secretario para la Pequeña y Mediana Empresa, hoy se dedica a mantener informado al ministro sobre la evolución de las principales variables de la macroeconomía y a negociar con Brasil la coordinación de estos números.

Pero los analistas económicos observan que, más allá de las proyecciones que en general son alentadoras, lo que desvela al equipo económico es una carrera contra el tiempo; si la industria no se recupera en marzo y no crece entre abril y mayo; inevitablemente habrá que hablar ,en junio de este año, del tercer cumpleaños de la recesión y de 36 meses consecutivos de crisis económica.

Según los cálculos que maneja Rozenwurcel, hay mucho optimismo para que esto no ocurra; es muy probable, estimación con la que coinciden los análisis de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, que el primer y segundo trimestre de este año sean mejores a los mismos períodos de 2000.

La clave de este pronóstico es la puesta en marcha de cuatro diferentes proyectos, agendados para el primer trimestre de 2001 y que necesariamente impulsarán la producción al alza:

El primer proyecto es la puesta en marcha de la planta cementera L´Amalí, propiedad de Loma Negra y ubicada en Olavarría, en la que se invirtieron US$ 200 millones y que está destinada casi con exclusividad (según los planes de la empresa) a satisfacer la demanda para las obras en las que se participará dentro del plan de infraestructura.

La segunda iniciativa es el comienzo de la producción de polietileno, etileno y PVC en la planta de la compañía MEGA SA, propiedad de Repsol-YPF (38%), Petrobrás (34%) y Dow (28%), donde se invirtieron US$ 718 millones; aparentemente esta planta trabajará en forma permanente a capacidad plena, ya que la mayoría de su producción ya está vendida de antemano a Brasil; con lo cual no se dependerá de la esquiva evolución del mercado interno.

El tercer proyecto, también fue visitado por el ministro Machinea; se trata de la ampliación de las instalaciones que Dow ,en alianza con Repsol-YPF, tiene en el mismo parque industrial para la producción de polietileno y donde se destinaron US$ 720 millones; la sola puesta en marcha del proyecto, ya permitirá aumentar la producción del sector petroquímico.

El último motor de la economía, que le garantizaría durante los primeros meses de 2001 un crecimiento industrial al Gobierno, es la demorada puesta en marcha de la planta de agroquímicos de Profertil, otra iniciativa de Repsol-YPF en sociedad con la canadiense Agrium que demandó una inversión de US$ 600 y que en febrero estará produciendo urea (fertilizante que agrega nitrógeno a los cultivos) casi a plena capacidad.

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