Polonia y sus vecinos no necesitan el euro
El caso polaco es ejemplo clave en el sudeste europeo. Hungría, Rumania o Bulgaria, que clamaban por entrar en la Unión Europea, hoy archivan la idea. En Varsovia, Jaroslaw Kaczynski prefiere el peso oro (zloty) y cree que el euro es un suicidio.
13 diciembre, 2011
<p>Hasta no hace tanto, la expansión del euro se consideraba inevitable, casi un destino manifiesto, un síntoma de éxito económico y político. Especialmente en los ex cautivos de la cortina de Hierro. Ahora, en Polonia han vuelto a reinar el zloty, el dólar y la corona sueca.<br />
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Uno de los motivos esenciales de la fortaleza económica, precisamente, es no haberse sumado al euro. Ni como moneda única (Eurozona) ni como divisa (UE). No es casual que, durante la crisis sistémica occidental (2007/10), el peso oro cayó ante las monedas “fuertes”. Entre ellas, el euro. Ello abarató exportaciones y mantuvo la economía a flote. <br />
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En rigor, Polonia fue el único socio de la UE que no entró en recesión. Durante los debates en el Bundesbank, el contraste entre Varsovia y Berlín fue repetidamente subrayado.<br />
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Días atrás, Jan Vincent Rostowski –ministro de Hacienda- señalaba que “pasarán años antes de que sepamos si la Eurozona tiene bases sólidas y es seguro integrarse a ella”. No fue tan drástico como el opositor Kaczynski, pero estuvo cerca. Parecidas opiniones circulan por la república Checa, Eslovenia, los países bálticos y Hungría.<br />
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