En la relación bilateral debe decirse que el comercio entre Argentina y EE.UU es menos relevante que antaño. (Así lo explica Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI). Al finalizar el periodo republicano de Reagan/George H. Bush, las exportaciones argentinas a ese país representaban 10% del total exportado). Luego al finalizar el periodo demócrata de Bill Clinton ya el 18% del total se dirigía a ese destino. Pero al finalizar los periodos republicano de George W. Bush (7% del total) y ahora el del demócrata Obama (7% este año, aunque recuperándose después de cifras menores en años anteriores), el comercio bilateral es menos relevante. Y la relación bilateral comercial es deficitaria (US$ 4.257 millones de déficit el año pasado, y probablemente de US$ 2.400 millones este año).
El comercio entre ambos cayó en relación al año anterior: Ya en 2014 las exportaciones argentinas a EE.UU habían alcanzado US$ 4.046 millones, y las importaciones desde EEUU fueron de 8.907 millones (por lo que la relación arrojó en 2014 también un alto déficit de US$ 4.860 millones).
Una diferencia muy relevante se observa en la evolución de la importancia relativa de la principal economía del mundo para nuestras ventas y compras totales.
En 2001, al inicio del nuevo siglo, EE.UU explicaba 10% de las exportaciones y 18% de las importaciones. Pero el intercambio entre ambos países comenzó a perder relevancia relativa mientras se creaban otros mercados para Argentina.
Mientras en 2005, EE.UU aún generó 11% de las ventas argentinas y 14% de nuestras compras desde el exterior, fue en la segunda década del siglo cuando ya se exhibió una relevancia de menor rango. En 2010, sólo explicó exportaciones por 5% del total e importaciones por el 11%. Mientras tanto, en 2014, EE.UU representó también el 5,6% del total de exportaciones y el 13,6% de las importaciones. Y finalmente en 2015 las exportaciones fueron el 5,9% del total y las importaciones el 12,7% del total.
Tercer destino
De ser el segundo destino de nuestras exportaciones en 2001, pasó al tercer lugar en 2014 y en 2015. Y de ser el segundo origen de las importaciones (lo que se despachaba desde EE.UU en 2001 representaba más del triple de lo que se importaba desde China) pasó a ser el tercer vendedor de bienes hacia Argentina, luego de Brasil y China.
Estados Unidos genera 15% de las importaciones mundiales, por lo que el vasto mercado norteamericano aparece como una oportunidad, aunque no exenta de numerosas dificultades potenciales ahora. Un mayor proteccionismo estadunidense afectaría más a los actuales socios, a los que podría restringírsele acceso a sus empresas, pero Argentina no está entre ellos (no tiene mayores acuerdos comerciales bilaterales). Aunque sí podría encontrarse con un menor interés de EE.UU en avanzar en negociaciones que parecen estar en la agenda de la nueva administración argentina.
Por otro lado, si se produjese una retracción en el internacionalismo económico de los EE.UU, eso sí podría generar costos en el creciente auge del encadenamiento productivo y comercial transfronterizo que se observa en el mundo, lo que podría afectar en todo el planeta el mundo el dinamismo de la globalización productiva y podría producir volatilidades en precios o afecciones productivas por cambios en las condiciones de operación.
En materia de inversiones, el inicio de políticas de desincentivo a las inversiones estadunidenses en el exterior podría afectar a la Argentina en la medida en que EE.UU es el principal inversor extranjero en Latinoamérica. Estados Unidos es, como país, el principal emisor de inversión extranjera en el mundo (con un stock de inversiones en el mundo que supera los 3,7 billones de dólares).
En las relaciones comerciales entre nuestro país y los EE.UU en los últimos años ha habido cambios recurrentes. En 2015 las exportaciones argentinas a EE.UU llegaron a US$ 3.382 millones de dólares, y las importaciones de ese origen sumaron US$ 7.655 millones.
Las exportaciones representan 5,9% del total, y las importaciones 12,7% del total de compras argentinas desde el exterior. En 2015 la relación arrojó un déficit de US$ 4.272 millones.