Obama encara la pobreza extrema en la segunda economía mundial
El presidente electo se ha comprometido a hacer frente a las desigualdades en ingresos y oportunidades laborales que castigan a las familias de medianos y escasos recursos. Pero ello implica revertir decenios de inacción.
28 diciembre, 2008
En realidad, al futuro mandatario los preocupa especialmente un fenómeno por lo común asociado a la Argentina: el deslizamiento de parte de la clase media a la clase baja o proletaria. “Esto ha sido característico de los oc ho años bajo George W.Bush y lo denotan las amplias desgravaciones tributarias a las clases alta y media alta o sobre los dividendos bursátiles”.
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<p>Este proceso “desemboca en la peor recesión de posguerra y puede llevar a una depresión vía deflación de salarios, precios y valores. Mi gobierno tiene obligación de asegurar el porvenir de las familias de clase media y baja, no de los mercados especulativos ni los malos banqueros”, afirmó a punto de viajar a Honolulu. Acababa de confirmar la formación de una fuerza de tareas para centrarse en problemas sociales, encabezada por el vicepresidente electro, Joseph Biden. </p>
<p>El ex senador indicó, luego, que su misión es trabajar con el congreso en un programa tendiente a crear o recrear empleos en dos fases: una inicial de 500.000 puestos y una subsiguiente de 2.500.000 en dos años. Biden manifestó no cree que ciertas ideas de “flexibilización laboral” sean útiles. También rechaza otra iniciativa del sector privado, la rebaja de futuras jubilaciones o el alargamiento de la vida activa. </p>
<p>A criterio de varios economistas sistémicos, la pequeña burguesía urbana viene degradándose no desde 2001, sino desde 1981. Ese año se inició la “revolución conservadora” (un contrasentido), atribuida a Ronald Reagan pero, en verdad, debida a un equipo monetarista donde se destacaba Paul Volcker. Por supuesto, la emergencia presente deriva en forma directa de tres crisis: malas hipotecas, iliquidez crediticia y la suma de ambas en forma de crisis financiera en Occidente. </p>
<p>Por supuesto, el protoprograma keinesiano de Obama (grandes obras públicas, comunicaciones atención médica masiva) despierta críticas en Wall Street y sus analistas. Un grupo de ellos se aparta de la ortodoxia conservadora y empieza a exigir proteccionismo, restricciones a tercerizar puesto laborales en el exterior, etc. </p>
<p>En la segunda economía mundial por producto bruto interno, por cierto, la pobreza extrema es crónica, hecho que el ala evangélica republicana –bastión de Bush- prefiere soslayar. Alrededor de 37.300.000 habitantes (casi una Argentina o una Colombia enteras), o sea 12,5% de la población, vive bajo el umbral. Las estadísticas 2007 difundidas por la oficina federal de censos revelan una situación casi sin cambios desde 1980. </p>