Moyano protestó contra todos

En el acto central de la movilización a la que convocó, en la Plaza de Mayo, el líder de la CGT rebelde fustigó a todo el oficialismo, incluido Chacho Alvarez. Sin incidentes.

11 octubre, 2000

El líder de la CGT rebelde, el camionero Hugo Moyano, metió hoy (miércoles 11) en la misma bolsa a los funcionarios que se quedaron en el gobierno, a los que renunciaron o fueron desplazados y a los senadores que abandonaron sus cargos por denuncias de corrupción.

“Hay funcionarios que se han ido, a otros los han echado y a otros habría que echarlos a patadas en el culo”, dijo Moyano esta tarde, en el discurso que pronunció en la Plaza de Mayo, durante el acto central de la movilización convocada por el sector sindical que él conduce.

“Renuncian porque dicen que éticamente no pueden seguir en sus cargos, y yo me pregunto quién mide la ética en nuestro país, porque algunos creen que la ética es la estética, viajar en taxi, subte o colectivo”, agregó.

La mención a los viajes en esos medios de transporte alude, obviamente, al renunciante vicepresidente Carlos Alvarez, de quien, no obstante, por la mañana había dicho que “hizo lo correcto” al abandonar el cargo para el que fue elegido por la ciudadanía.

“A la gente no le interesa si se va un funcionario más o un funcionario menos; a la gente le interesa que no se sigan perdiendo puestos de trabajo”, dijo también Moyano.

Por la mañana, el líder de la CGT rebelde se empeñó en aclarar que la medida de fuerza no había sido dispuesta contra la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, sino “contra el modelo económico que cada día trae más hambre”.

El paro, que según el dirigente “ya estaba previsto” antes de que Bullrich fuera designada al frente del Ministerio de Trabajo, “no es contra la ministra, si la ministra no va a poder solucionar nada”.

La jornada transcurrió en plena normalidad hasta el mediodía, cuando comenzó el paro al que no se adhirieron los dos principales gremios docentes (la Ctera y la Conadu).

Tampoco hubo dificultades con los medios de transporte, ya que la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que agrupa a los conductores de colectivos y subterráneos, dispuso garantizar los servicios para que la gente pudiera acercarse a la Plaza de Mayo y luego retirarse.

Desde el mediodía, en cambio, la huelga hizo sentir su efecto, con dispar impacto, entre mecánicos, peones de taxis, camioneros, trabajadores rurales, docentes particulares, molineros y diversos sectores de la administración pública.

En las primeras horas de la tarde, el microcentro porteño quedó prácticamente intransitable, debido a que las columnas de los diversos sindicatos que concurrieron a la movilización tomaron posiciones en diferentes esquinas, para converger en la Plaza de Mayo.

Hasta las 17.30 la situación era tranquila y no se tenía noticia de incidentes.

El líder de la CGT rebelde, el camionero Hugo Moyano, metió hoy (miércoles 11) en la misma bolsa a los funcionarios que se quedaron en el gobierno, a los que renunciaron o fueron desplazados y a los senadores que abandonaron sus cargos por denuncias de corrupción.

“Hay funcionarios que se han ido, a otros los han echado y a otros habría que echarlos a patadas en el culo”, dijo Moyano esta tarde, en el discurso que pronunció en la Plaza de Mayo, durante el acto central de la movilización convocada por el sector sindical que él conduce.

“Renuncian porque dicen que éticamente no pueden seguir en sus cargos, y yo me pregunto quién mide la ética en nuestro país, porque algunos creen que la ética es la estética, viajar en taxi, subte o colectivo”, agregó.

La mención a los viajes en esos medios de transporte alude, obviamente, al renunciante vicepresidente Carlos Alvarez, de quien, no obstante, por la mañana había dicho que “hizo lo correcto” al abandonar el cargo para el que fue elegido por la ciudadanía.

“A la gente no le interesa si se va un funcionario más o un funcionario menos; a la gente le interesa que no se sigan perdiendo puestos de trabajo”, dijo también Moyano.

Por la mañana, el líder de la CGT rebelde se empeñó en aclarar que la medida de fuerza no había sido dispuesta contra la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, sino “contra el modelo económico que cada día trae más hambre”.

El paro, que según el dirigente “ya estaba previsto” antes de que Bullrich fuera designada al frente del Ministerio de Trabajo, “no es contra la ministra, si la ministra no va a poder solucionar nada”.

La jornada transcurrió en plena normalidad hasta el mediodía, cuando comenzó el paro al que no se adhirieron los dos principales gremios docentes (la Ctera y la Conadu).

Tampoco hubo dificultades con los medios de transporte, ya que la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que agrupa a los conductores de colectivos y subterráneos, dispuso garantizar los servicios para que la gente pudiera acercarse a la Plaza de Mayo y luego retirarse.

Desde el mediodía, en cambio, la huelga hizo sentir su efecto, con dispar impacto, entre mecánicos, peones de taxis, camioneros, trabajadores rurales, docentes particulares, molineros y diversos sectores de la administración pública.

En las primeras horas de la tarde, el microcentro porteño quedó prácticamente intransitable, debido a que las columnas de los diversos sindicatos que concurrieron a la movilización tomaron posiciones en diferentes esquinas, para converger en la Plaza de Mayo.

Hasta las 17.30 la situación era tranquila y no se tenía noticia de incidentes.

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