Los problemas políticos contaminan la economía

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La inestabilidad política ya no es privativa de los mercados emergentes

Todo se mezcla. En Europa, debido a políticas nacionales y regionales más fragmentadas provocaron la semana pasada una caída en el rendimiento de los bonos soberanos. En el continente americano y en el asiático las bolsas también sintieron los efectos del aumento de las tensiones en la relación comercial entre Estados Unidos y china y ahora ambién México. Lo que está ocurriendo es que los inversores prestan más atención a la realidad de una política embrollada que contamina la economía. Ya no es solo el escaso crecimiento.

 

Hasta ahora los mercados tendían a no prestar demasiada atención a las incertidumbres políticas por esta idea de que – a diferencia de países como Argentina, Brasil y sobre todo Venezuela – Europa y Estados Unidos están anclados en instituciones sólidas y creíbles de larga data. Lo mismo se piensa de China, dada su sostenida orientación en las políticas de largo plazo.

 

Pero eso comenzó a cambiar a medida que los mercados detectan cosas que muestran la vulnerabilidad económica a la interferencia inducida por la política y a la utilización de las herramientas económicas como armas de ataque. Esto debilita el manual del viejo inversor que apuesta al dominio de los hechos fundamentales de la economía y las empresas confiado en que la política viene detrás.

 

El rendimiento de los bonos a diez años del gobierno de Estados Unidos cayó la semana pasada 2,1% acelerando la declinación de todo un año. En Europa el bono Bund a 10 años cayó 0,2% y la mayoría de los bonos soberanos nacionales se comercializaban con rendimientos negativos.

La causa inmediata fue la preocupación del mercado sobre el débil panorama de crecimiento. Pero esas preocupaciones reflejaban el creciente reconocimiento de que los problemas políticas estaban opacando las perspectivas económicas.

 

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