Libby, acusado por obstruir la justicia. Cheney lo hizo renunciar

Lewis Libby, ahora ex jefe de gabinete del vicepresidente, comparecerá ante un gran jurado federal por obstruir la justicia, cometer perjurio y formular declaraciones falsas. Esto compromete la situación política de Richard Cheney.

28 octubre, 2005

El concurso de cargos formulados por el fiscal especial puede significar hasta treinta años de prisión, Por el momento, Karl Rove –máximo asesor político de George W.Bush- no ha sido objeto de acusaciones, pero Patrick Fitzgerald lo mantiene bajo investigación y su situación jurídica es endeble. En Washington no se descarta un pedido de licencia, si no una dimisión lisa y llana.

Después de interrogar a Bush, Cheney y otros altos funcionarios de la Casa Blanca, el fiscal Fitzgerald llegó a conclusiones sobre una de las fuentes de las infidencias transmitidas a algunos medios. En otras palabras, estaba desde el martes en condiciones de procesar a uno de los presuntos responsables de delitos contra la seguridad nacional.

Mientras tanto, todos los ojos siguen sobre. Ocuure que Libby se enteró de la situación de Valerie Plame por boca del mismo vicepresidente. Eso ocurrió antes de que su identidad fuera filtrada a los medios, en 2003. Así reveló el “New York Times”. La difusión de notas sobre esa conversación (tuvo lugar el 12 de julio de ese año) ponen en el centro de la escena a Cheney. En el plano jurídico, su texto parece contradecir el testimonio de Libby ante el gran jurado federal, donde el funcionario afirmó haber conocido nombre y misión de la agente encubierta de la CIA vía algunos medios.

Como se sabe, ella debía espiar a su propio marido, el ex diplomático Joseph Wilson. Cheney quería tomar represalias, pues Wilson había denunciado públicamente que los informes de inteligencia sobre arsenal y capacidad nuclear de Irak eran falsos.

Fitzgerald le incoa proceso a Libby por ese motivo, mentir ante el jurado y obstruir la justicia. Todo esto no deja fuera de peligro al fundamentalista evangélico Rove, cerebro político de George W.Bush y posible implicado en las filtraciones a periodistas.

Por supuesto, los nexos iniciales entre Cheney y el asunto remiten a la misión de Wilson en Nigeria. Su objeto era verificar si ese país había vendido uranio enriquecido a Irak y el diplomático concluyó que no lo había hecho. Pero Bush dijo lo contrario al público y fue acompañado por Tony Blair.

Las notas de Libby indican que, por su parte, Cheney había recibido informaciones sobre Plame del propio George Tenet. Por entonces, éste dirigía la CIA y figuró luego entre los chivos emisarios cuando estuvo claro que Saddam Huséin no poseía capacidad atómica de tipo bélico. Curioso detalles: de acuerdo con las notas, Cheney conocía personalmente a Plame, pero no a Wilson.

El concurso de cargos formulados por el fiscal especial puede significar hasta treinta años de prisión, Por el momento, Karl Rove –máximo asesor político de George W.Bush- no ha sido objeto de acusaciones, pero Patrick Fitzgerald lo mantiene bajo investigación y su situación jurídica es endeble. En Washington no se descarta un pedido de licencia, si no una dimisión lisa y llana.

Después de interrogar a Bush, Cheney y otros altos funcionarios de la Casa Blanca, el fiscal Fitzgerald llegó a conclusiones sobre una de las fuentes de las infidencias transmitidas a algunos medios. En otras palabras, estaba desde el martes en condiciones de procesar a uno de los presuntos responsables de delitos contra la seguridad nacional.

Mientras tanto, todos los ojos siguen sobre. Ocuure que Libby se enteró de la situación de Valerie Plame por boca del mismo vicepresidente. Eso ocurrió antes de que su identidad fuera filtrada a los medios, en 2003. Así reveló el “New York Times”. La difusión de notas sobre esa conversación (tuvo lugar el 12 de julio de ese año) ponen en el centro de la escena a Cheney. En el plano jurídico, su texto parece contradecir el testimonio de Libby ante el gran jurado federal, donde el funcionario afirmó haber conocido nombre y misión de la agente encubierta de la CIA vía algunos medios.

Como se sabe, ella debía espiar a su propio marido, el ex diplomático Joseph Wilson. Cheney quería tomar represalias, pues Wilson había denunciado públicamente que los informes de inteligencia sobre arsenal y capacidad nuclear de Irak eran falsos.

Fitzgerald le incoa proceso a Libby por ese motivo, mentir ante el jurado y obstruir la justicia. Todo esto no deja fuera de peligro al fundamentalista evangélico Rove, cerebro político de George W.Bush y posible implicado en las filtraciones a periodistas.

Por supuesto, los nexos iniciales entre Cheney y el asunto remiten a la misión de Wilson en Nigeria. Su objeto era verificar si ese país había vendido uranio enriquecido a Irak y el diplomático concluyó que no lo había hecho. Pero Bush dijo lo contrario al público y fue acompañado por Tony Blair.

Las notas de Libby indican que, por su parte, Cheney había recibido informaciones sobre Plame del propio George Tenet. Por entonces, éste dirigía la CIA y figuró luego entre los chivos emisarios cuando estuvo claro que Saddam Huséin no poseía capacidad atómica de tipo bélico. Curioso detalles: de acuerdo con las notas, Cheney conocía personalmente a Plame, pero no a Wilson.

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