La votación se atuvo estrictamente a las líneas partidarias, lo cual no habla bien de los republicanos y su anacrónico verticalismo. Resulta obvio que los pretextos para marchar sobre Bagdad –en cuya elaboración Rice tuvo parte indirecta- eran mentiras lisas y llanas.
Para componer las cosas, algunos diputados oficialistas calificaron la iniciativa opositora de “amague sin fundamento”. Pero los demócratas señalaron que sólo exigirían a Rice decir cuanto sabía del asunto. En especial, el falso informe sobre intentos iraquíes de comprarle a Nigeria uranio enriquecido, cuya publicación generó escamdalo alrededor de Valerie Plame (agente de la CIA) y el principal asesor del vicepresidente Richard Cheney. En Gran Bretaña, inclusive un ex agente de inteligencia fue “suicidado”.
“Una persona era responsable en la Casa Blanca en lo referente a inteligencia sobre Irak y era Rice, asesora de seguridad de George W.Bush”. Asi recuerda Henry Waxman, demócrata por California y jefe del comité.
“La opinión pública fue engañada sobre los riesgos militares y políticos reales que planteaba el régimen de Saddam Huséin”, sostuvo el diputado. Durante la fase previa a la invasión, el departamento de estado estaba en manos de Colin Powell, que renunció en desacuerdo con Cheney –“lobbista” de interese petroleros- y su operador, Donald Rumsfeld, secretario de defensa.
La votación se atuvo estrictamente a las líneas partidarias, lo cual no habla bien de los republicanos y su anacrónico verticalismo. Resulta obvio que los pretextos para marchar sobre Bagdad –en cuya elaboración Rice tuvo parte indirecta- eran mentiras lisas y llanas.
Para componer las cosas, algunos diputados oficialistas calificaron la iniciativa opositora de “amague sin fundamento”. Pero los demócratas señalaron que sólo exigirían a Rice decir cuanto sabía del asunto. En especial, el falso informe sobre intentos iraquíes de comprarle a Nigeria uranio enriquecido, cuya publicación generó escamdalo alrededor de Valerie Plame (agente de la CIA) y el principal asesor del vicepresidente Richard Cheney. En Gran Bretaña, inclusive un ex agente de inteligencia fue “suicidado”.
“Una persona era responsable en la Casa Blanca en lo referente a inteligencia sobre Irak y era Rice, asesora de seguridad de George W.Bush”. Asi recuerda Henry Waxman, demócrata por California y jefe del comité.
“La opinión pública fue engañada sobre los riesgos militares y políticos reales que planteaba el régimen de Saddam Huséin”, sostuvo el diputado. Durante la fase previa a la invasión, el departamento de estado estaba en manos de Colin Powell, que renunció en desacuerdo con Cheney –“lobbista” de interese petroleros- y su operador, Donald Rumsfeld, secretario de defensa.