Diputados: dará fondos sólo si la evacuación empieza en marzo

Mientras la ONU pide transparencia a Bagdad, en Washington arrecia el asedio a George W.Bush. La mayoría opositora votó un proyecto de ley para entregar los fondos adicionales solicitados... si el retiro de tropas se inicia el 31 de marzo.

26 abril, 2007

Por un lado, Bush no quiere que ningún retiro de tropas empiece durante su mandato, que concluye en enero de 2009. Por el otro, los demócratas ponen un ladrillo más en la pared: la cámara baja acaba de votar un texto que determina el inicio de la evacuación a fines de marzo próximo. Esto es una “concesión” al plazo original, 1° de octubre de este año. Se supone que, esta misma semana, lo aprobará el senado.

Usando sus facultades presupuestarias, el congreso pone al presidente en un dilema de hierro. O acepta el 31 de marzo como fecha para empezar a retirar efectivos o se queda sin los US$ 124.000 millones extras que pide para el ejercicio fiscal corriente, que cierra el 30 de septiembre. Esa suma debiera cubrir gastos adicionales en Irak y Afganistán (otra guerra de desenlace cada vez más incierto).

Horas antes, por 21 votos a 10, el comité de supervisión gubernamental (cámara de representantes) pedía la comparencia de Condoleezza Rice, secretaria de estado. Tema: las falsas explicaciones dadas para justificar la invasión de Irak en 2003. La votación se atuvo estrictamente a las líneas partidarias, lo cual no habla bien de los republicanos y su anacrónico verticalismo. Resulta obvio que los pretextos para marchar sobre Bagdad –en cuya elaboración Rice tuvo parte- eran mentiras lisas y llanas.

Para componer las cosas, algunos diputados oficialistas calificaron la iniciativa opositora de “amague sin fundamento”. Pero los demócratas señalaron que sólo exigirán a Rice decir cuanto sepa del asunto. En especial, el falso informe sobre intentos iraquíes de comprarle a Nigeria uranio enriquecido, cuya publicación generó un escándalo alrededor de Valerie Plame (agente de la CIA) y el principal asesor del vicepresidente Richard Cheney. En Gran Bretaña, un ex agente de inteligencia fue “suicidado” para cubrir huellas del enjuague.

“Una persona era responsable en la Casa Blanca en lo referente a inteligencia sobre Irak y era Rice, asesora de seguridad de George W.Bush”. Asi recuerda Henry Waxman, demócrata por California y jefe del comité. “La opinión pública fue engañada sobre los riesgos militares y políticos reales que planteaba el régimen de Saddam Huséin”, sostuvo el diputado. Durante la fase previa a la invasión, el departamento de estado estaba en manos de Colin Powell, que renunció en desacuerdo con Cheney –operador de intereses petroleros y ex CEO de Halliburton- y su aliado Donald Rumsfeld, secretario de defensa.

Por un lado, Bush no quiere que ningún retiro de tropas empiece durante su mandato, que concluye en enero de 2009. Por el otro, los demócratas ponen un ladrillo más en la pared: la cámara baja acaba de votar un texto que determina el inicio de la evacuación a fines de marzo próximo. Esto es una “concesión” al plazo original, 1° de octubre de este año. Se supone que, esta misma semana, lo aprobará el senado.

Usando sus facultades presupuestarias, el congreso pone al presidente en un dilema de hierro. O acepta el 31 de marzo como fecha para empezar a retirar efectivos o se queda sin los US$ 124.000 millones extras que pide para el ejercicio fiscal corriente, que cierra el 30 de septiembre. Esa suma debiera cubrir gastos adicionales en Irak y Afganistán (otra guerra de desenlace cada vez más incierto).

Horas antes, por 21 votos a 10, el comité de supervisión gubernamental (cámara de representantes) pedía la comparencia de Condoleezza Rice, secretaria de estado. Tema: las falsas explicaciones dadas para justificar la invasión de Irak en 2003. La votación se atuvo estrictamente a las líneas partidarias, lo cual no habla bien de los republicanos y su anacrónico verticalismo. Resulta obvio que los pretextos para marchar sobre Bagdad –en cuya elaboración Rice tuvo parte- eran mentiras lisas y llanas.

Para componer las cosas, algunos diputados oficialistas calificaron la iniciativa opositora de “amague sin fundamento”. Pero los demócratas señalaron que sólo exigirán a Rice decir cuanto sepa del asunto. En especial, el falso informe sobre intentos iraquíes de comprarle a Nigeria uranio enriquecido, cuya publicación generó un escándalo alrededor de Valerie Plame (agente de la CIA) y el principal asesor del vicepresidente Richard Cheney. En Gran Bretaña, un ex agente de inteligencia fue “suicidado” para cubrir huellas del enjuague.

“Una persona era responsable en la Casa Blanca en lo referente a inteligencia sobre Irak y era Rice, asesora de seguridad de George W.Bush”. Asi recuerda Henry Waxman, demócrata por California y jefe del comité. “La opinión pública fue engañada sobre los riesgos militares y políticos reales que planteaba el régimen de Saddam Huséin”, sostuvo el diputado. Durante la fase previa a la invasión, el departamento de estado estaba en manos de Colin Powell, que renunció en desacuerdo con Cheney –operador de intereses petroleros y ex CEO de Halliburton- y su aliado Donald Rumsfeld, secretario de defensa.

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