Lavagna rechazó presiones de la interna radical para definir su candidatura

El ex ministro mide mal en las encuestas y dedica su tiempo a dar seminarios en el exterior, lo cual fue cuestionado por Alfonsín. Kirchner también está ansioso por saber si su ex ministro o Macri encabezarán la oposición para resolver si la enfrenta él o

12 octubre, 2006

Roberto Lavagna sigue sin aceptar formalmente la candidatura presidencial pese a las presiones que recibe del radicalismo y de los socios justicialistas que quedaron en el duhaldismo. Por la mañana dijo en declaraciones radiales que “ni Kirchner ni Alfonsín me van a decir lo que tengo que hacer. Las decisiones la voy a tomar yo”.

Colaboradores de su equipo de trabajo transmitieron que esperará a que Néstor Kirchner decida su candidatura primero, para luego anunciar la suya.

Había caído tan mal en la Unión Cívica Radical que el elegido para representarla en los próximos comicios esté participando en seminarios en el exterior, que Raúl Alfonsín salió a exhortarlo a definirse de una vez y a meterse de lleno en la campaña.

El ex ministro de Economía buscó así despegarse de la interna radical, a la vez que aseguró que hay gente del presidente Néstor Kirchner que se ocupa de que no lo inviten como orador en foros.

Lavagna admitió a radio América que “hay sugerencias y presiones, algunas públicas y otras privadas que vienen del gobierno o del otro lado” sobre su candidatura.

Aseguró no tener por qué “aceptar condiciones” ni discutir sobre la interna radical, dividida entre aquellos que apoyan su lanzamientos y quienes plantean ir por otro carril. Entre éstos últimos, nada menos que el titular de la convención nacional, Roberto Iglesias, empezó a moverse en la búsqueda de candidato alternativo.

El ex gobernador mendocino es quien tiene más premura en resolver la candidatura por sí o por no de Lavagna, porque en su territorio es donde está planteada la gran batalla interna partidaria, por cuanto Julio Cobos encarna la vanguardia de la llamada “Concertación K”.

Fuentes habitualmente informadas indicaban ayer que el ex ministro recibió a un emisario de la alianza que impulsa su candidatura, quien le transmitió el malestar que existe entre sus mentores ante lo que consideran una actitud tibia de parte suya para mostrarse como la cabeza de la oposición al gobierno de Néstor Kirchner.

El reproche principal es que priorice la asistencia a foros internacionales, sin haber caminado ni un metro el país para explicar la propuesta alternativa a la oficial.

Mientras Lavagna estaba en uno de esos seminarios, en Biarritz, Carlos Ruckauf habría encarado a su colaborador Coto para preguntarle si el ex ministro estaba pensando en bajarse de la precandidatura, lo cual fue descartado. Pero la medición en las encuestas es tan pobre, que las versiones no cesan.

Para distraer el foco del cuestionamiento, el ex ministro denunció que “en dos casos” le consta que gente de Kirchner se comunicó con organizadores de foros internacionales para pedirles que no lo inviten, pero que “no le hicieron caso”, y destacó que tampoco fue convocado a participar del próximo coloquio de IDEA, los días 1, 2 y 3 de noviembre.

También volvió a cuestionar medidas del Gobierno al señalar que la aplicación de la Ley de Abastecimiento para garantizar el suministro de gasoil y los acuerdos con los supermercados “son situaciones que terminan mal porque se contienen artificialmente precios”.

También aseguró que “hay crisis energética” y que el Gobierno “trata de ocultarla”. Y que una demostración de eso es la adjudicación de la construcción de dos centrales energéticas a la empresa Siemens, que es la que presentó el precio más alto en el concurso, pero el plazo más corto.

Roberto Lavagna sigue sin aceptar formalmente la candidatura presidencial pese a las presiones que recibe del radicalismo y de los socios justicialistas que quedaron en el duhaldismo. Por la mañana dijo en declaraciones radiales que “ni Kirchner ni Alfonsín me van a decir lo que tengo que hacer. Las decisiones la voy a tomar yo”.

Colaboradores de su equipo de trabajo transmitieron que esperará a que Néstor Kirchner decida su candidatura primero, para luego anunciar la suya.

Había caído tan mal en la Unión Cívica Radical que el elegido para representarla en los próximos comicios esté participando en seminarios en el exterior, que Raúl Alfonsín salió a exhortarlo a definirse de una vez y a meterse de lleno en la campaña.

El ex ministro de Economía buscó así despegarse de la interna radical, a la vez que aseguró que hay gente del presidente Néstor Kirchner que se ocupa de que no lo inviten como orador en foros.

Lavagna admitió a radio América que “hay sugerencias y presiones, algunas públicas y otras privadas que vienen del gobierno o del otro lado” sobre su candidatura.

Aseguró no tener por qué “aceptar condiciones” ni discutir sobre la interna radical, dividida entre aquellos que apoyan su lanzamientos y quienes plantean ir por otro carril. Entre éstos últimos, nada menos que el titular de la convención nacional, Roberto Iglesias, empezó a moverse en la búsqueda de candidato alternativo.

El ex gobernador mendocino es quien tiene más premura en resolver la candidatura por sí o por no de Lavagna, porque en su territorio es donde está planteada la gran batalla interna partidaria, por cuanto Julio Cobos encarna la vanguardia de la llamada “Concertación K”.

Fuentes habitualmente informadas indicaban ayer que el ex ministro recibió a un emisario de la alianza que impulsa su candidatura, quien le transmitió el malestar que existe entre sus mentores ante lo que consideran una actitud tibia de parte suya para mostrarse como la cabeza de la oposición al gobierno de Néstor Kirchner.

El reproche principal es que priorice la asistencia a foros internacionales, sin haber caminado ni un metro el país para explicar la propuesta alternativa a la oficial.

Mientras Lavagna estaba en uno de esos seminarios, en Biarritz, Carlos Ruckauf habría encarado a su colaborador Coto para preguntarle si el ex ministro estaba pensando en bajarse de la precandidatura, lo cual fue descartado. Pero la medición en las encuestas es tan pobre, que las versiones no cesan.

Para distraer el foco del cuestionamiento, el ex ministro denunció que “en dos casos” le consta que gente de Kirchner se comunicó con organizadores de foros internacionales para pedirles que no lo inviten, pero que “no le hicieron caso”, y destacó que tampoco fue convocado a participar del próximo coloquio de IDEA, los días 1, 2 y 3 de noviembre.

También volvió a cuestionar medidas del Gobierno al señalar que la aplicación de la Ley de Abastecimiento para garantizar el suministro de gasoil y los acuerdos con los supermercados “son situaciones que terminan mal porque se contienen artificialmente precios”.

También aseguró que “hay crisis energética” y que el Gobierno “trata de ocultarla”. Y que una demostración de eso es la adjudicación de la construcción de dos centrales energéticas a la empresa Siemens, que es la que presentó el precio más alto en el concurso, pero el plazo más corto.

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