La presión sobre el dólar previa a la elección esconde una apuesta del mercado por el ajuste de la economía

Sigue la fuerte corriente compradora de dólares en la plaza local a 72 horas de los comicios que, según indican las encuestas parecen indicar, sólo servirán para confirmar la continuidad de la política de Néstor Kirchner en los zapatos de su esposa.

25 octubre, 2007

Si bien hoy abrió en baja la cotización de la divisa norteamericana,
la presión compradora ejercida por bancos, empresas y particulares obligó
al Banco Central a destinar reservas para frenar un avance de la paridad se aproxime
peligrosamente al límite establecido en el proyecto de presupuesto. $ 3,22.

Como la principal fuente de demanda son las entidades financieras, que requirieron
70 % más de papel moneda para vender a los particulares, la autoridad
monetaria aplica con ellas los mecanismos regulatorios y los pases de bonos
internos para no desprenderse de billetes contantes y sonantes, mientras ejerce
un control directo sobre los movimientos.

El estilo Lassie Moreno, de aprietes telefónicos, no ha surtido en los
bancos más efecto que la firma con el gobierno de la rebaja en las tasas
de interés y el compromiso de asistencia crediticia. Con decir que las
tarjetas recién ahora decidieron financiar sin interés hasta un
tope de $ 600.

La campanilla sí sonó en las oficinas de los exportadores, que
fueron gentilmente invitados desde Reconquista 266 a liquidar operaciones en
los tiempos de práctica.

En lo que va de la inclusión del autista mercado local en el crítico
contexto internacional que desataran los sacudones originados en Estados Unidos
debido a la desconfianza surgida en los créditos de alto riesgo, el Banco
Central cambió el status de ser comprador de reservas para no dejar caer
la paridad con el dólar, a ser vendedor de us$ 1.800 millones netos para
no convalidar una nueva devaluación.

También drenaron de la caja unos us$ 1.500 millones más por colocaciones
de divisas realizadas en el mercado a término. Por un año, aplicaba
una depreciación de 5 %.

La autoridad monetaria también vino inyectando pesos en la plaza para
sostener el nivel de actividad económica y evitar que suban las tasas
de interés. La liquidez inyectada como barrera a los intereses terminó
no sólo financiando las alzas en los precios, sino tornando atractiva
por poco onerosa la apuesta del mercado al dólar.

Locos por el verde

No parecen ser lineales la percepción generalizada de la continuidad
del gobierno por el voto popular y la desconfianza en la paridad que mueve la
compra de dólares.

Tampoco los expertos creen en el retraso técnico en el país
de la divisa norteamericana, cuyo retroceso mundial frente a las otras monedas
de mayor injerencia en el comercio exterior argentino, como el euro y el real,
no se trasladó en forma de revaluación para el peso, que por el
contrario se estuvo devaluando aún más respecto de Europa y Brasil.

Pero así y todo, el público atesora dólares, cuando el
propio gobierno cuya continuidad casi descuenta los ha tasado en su proyecto
de presupuesto a $ 3,22.

La piedra de la discordia cambiaria en los prolegómenos de la elección
del domingo sería la sensación que empezó a generalizarse
de que la administración de Néstor Kirchner invirtió 40
% más de gasto público este año para asegurar su reelección
a través de la primera dama y que vino conteniendo los ajustes pendientes,
tanto fiscales como en las tarifas, para no comprometer el resultado buscado.

La zigzagueante posición de Hugo Moyano y la interna que recrudeció
en la CGT también representaron señales contrarias a la concertación
impulsada desde la Casa Rosada como modo gradual de repartir el ajuste en ciernes.

De manera que el mercado descuenta el sinceramiento de variables, como tarifas
de servicios públicos y combustibles, una ofensiva salarial del sector
obrero y el vencimiento de los acuerdos de precios firmados a presión
con los empresarios dentro de la política de ocultamiento de inflación
ejecutada dentro de la estrategia de campaña.

Pero además dentro de la city ha comenzado a circular con fuerza la
versión de un plan de relanzamiento económico que se estaría
preparando fuera de las oficinas gubernamentales, que incluiría no sólo
ingresos fiscales, sino tarifas y tipo de cambio, que partiría de una
reformulación del presupuesto enviado al Congreso y del índice
de precios que elabora el Indec, de cuya modificación habló directamente
la candidata oficialista esta semana.

Se comenta además que las medidas vendrían acompañadas
de una reprogramación de los vencimientos de la deuda emitida por la
actual administración al salir del default heredado, que caen con todo
el peso dentro del período presidencial que se inicia efectivamente en
2008. Alcanzaría fundamentalmente a los títulos públicos
internos, muchos de ellos en poder de los bancos y las AFJP, a las que se obliga
a repatriar el 80 % de los recolocados en Brasil.

Pero la clave de la reformulación de la que se habla en la city, además
de que evidentemente se cree en su implementación, sería retomar
el famoso dólar recontraalto en el orden de los $ 4 y subir 5 puntos
más las retenciones.

Mientras, en los despachos de la UIA y la Asociación de Empresarios
Argentinos, se pretende alinear la pauta salarial con la de precios como condición
para labrar un acuerdo social con la CGT. Una hipótesis sería
unificarlos en una pauta del 10 % y otra entre 13 y 15 %, diferencias que se
definirían junto con el nuevo punto de equilibrio que se determine para
el índice de precios del Indec.

Si bien hoy abrió en baja la cotización de la divisa norteamericana,
la presión compradora ejercida por bancos, empresas y particulares obligó
al Banco Central a destinar reservas para frenar un avance de la paridad se aproxime
peligrosamente al límite establecido en el proyecto de presupuesto. $ 3,22.

Como la principal fuente de demanda son las entidades financieras, que requirieron
70 % más de papel moneda para vender a los particulares, la autoridad
monetaria aplica con ellas los mecanismos regulatorios y los pases de bonos
internos para no desprenderse de billetes contantes y sonantes, mientras ejerce
un control directo sobre los movimientos.

El estilo Lassie Moreno, de aprietes telefónicos, no ha surtido en los
bancos más efecto que la firma con el gobierno de la rebaja en las tasas
de interés y el compromiso de asistencia crediticia. Con decir que las
tarjetas recién ahora decidieron financiar sin interés hasta un
tope de $ 600.

La campanilla sí sonó en las oficinas de los exportadores, que
fueron gentilmente invitados desde Reconquista 266 a liquidar operaciones en
los tiempos de práctica.

En lo que va de la inclusión del autista mercado local en el crítico
contexto internacional que desataran los sacudones originados en Estados Unidos
debido a la desconfianza surgida en los créditos de alto riesgo, el Banco
Central cambió el status de ser comprador de reservas para no dejar caer
la paridad con el dólar, a ser vendedor de us$ 1.800 millones netos para
no convalidar una nueva devaluación.

También drenaron de la caja unos us$ 1.500 millones más por colocaciones
de divisas realizadas en el mercado a término. Por un año, aplicaba
una depreciación de 5 %.

La autoridad monetaria también vino inyectando pesos en la plaza para
sostener el nivel de actividad económica y evitar que suban las tasas
de interés. La liquidez inyectada como barrera a los intereses terminó
no sólo financiando las alzas en los precios, sino tornando atractiva
por poco onerosa la apuesta del mercado al dólar.

Locos por el verde

No parecen ser lineales la percepción generalizada de la continuidad
del gobierno por el voto popular y la desconfianza en la paridad que mueve la
compra de dólares.

Tampoco los expertos creen en el retraso técnico en el país
de la divisa norteamericana, cuyo retroceso mundial frente a las otras monedas
de mayor injerencia en el comercio exterior argentino, como el euro y el real,
no se trasladó en forma de revaluación para el peso, que por el
contrario se estuvo devaluando aún más respecto de Europa y Brasil.

Pero así y todo, el público atesora dólares, cuando el
propio gobierno cuya continuidad casi descuenta los ha tasado en su proyecto
de presupuesto a $ 3,22.

La piedra de la discordia cambiaria en los prolegómenos de la elección
del domingo sería la sensación que empezó a generalizarse
de que la administración de Néstor Kirchner invirtió 40
% más de gasto público este año para asegurar su reelección
a través de la primera dama y que vino conteniendo los ajustes pendientes,
tanto fiscales como en las tarifas, para no comprometer el resultado buscado.

La zigzagueante posición de Hugo Moyano y la interna que recrudeció
en la CGT también representaron señales contrarias a la concertación
impulsada desde la Casa Rosada como modo gradual de repartir el ajuste en ciernes.

De manera que el mercado descuenta el sinceramiento de variables, como tarifas
de servicios públicos y combustibles, una ofensiva salarial del sector
obrero y el vencimiento de los acuerdos de precios firmados a presión
con los empresarios dentro de la política de ocultamiento de inflación
ejecutada dentro de la estrategia de campaña.

Pero además dentro de la city ha comenzado a circular con fuerza la
versión de un plan de relanzamiento económico que se estaría
preparando fuera de las oficinas gubernamentales, que incluiría no sólo
ingresos fiscales, sino tarifas y tipo de cambio, que partiría de una
reformulación del presupuesto enviado al Congreso y del índice
de precios que elabora el Indec, de cuya modificación habló directamente
la candidata oficialista esta semana.

Se comenta además que las medidas vendrían acompañadas
de una reprogramación de los vencimientos de la deuda emitida por la
actual administración al salir del default heredado, que caen con todo
el peso dentro del período presidencial que se inicia efectivamente en
2008. Alcanzaría fundamentalmente a los títulos públicos
internos, muchos de ellos en poder de los bancos y las AFJP, a las que se obliga
a repatriar el 80 % de los recolocados en Brasil.

Pero la clave de la reformulación de la que se habla en la city, además
de que evidentemente se cree en su implementación, sería retomar
el famoso dólar recontraalto en el orden de los $ 4 y subir 5 puntos
más las retenciones.

Mientras, en los despachos de la UIA y la Asociación de Empresarios
Argentinos, se pretende alinear la pauta salarial con la de precios como condición
para labrar un acuerdo social con la CGT. Una hipótesis sería
unificarlos en una pauta del 10 % y otra entre 13 y 15 %, diferencias que se
definirían junto con el nuevo punto de equilibrio que se determine para
el índice de precios del Indec.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades