Brasil teme que los subsidios traben el ALCA

“Los subsidios agrícolas son un obstáculo clave para cristalizar el Acuerdo de Libre Comercio en las Américas”. Así le dijo Brasil a Washington. De inmediato, apareció una encuesta privada muy negativa para Lula.

23 octubre, 2003

Los dos copresidentes del ALCA (todavía nonato, salvo los acuerdos bilaterales de Estados Unidos con México, Chile y países centroamericanos), el norteamericano Peter Allgeier y el brasileño Adhemar Bahadian, confirmaron las divergencias entre la superpotencia y la segunda economía latinoamericana.

El problema reside en el temario para la próxima reunión ministerial (Miami, noviembre) para discutir el ALCA, proyecto hemisférico favorito de EE.UU. Sólo el coauspicio mexicano lo diferencia del ya licuado Consenso de Washington (1989). Al respecto, Allgeier no ocultó su molestia porque, días antes, Luiz Inácio de Silva y su colega argentino, Néstor Kirchner, habían lanzado una especie de “anticonsenso”.

Sin embargo, el trasfondo es comercial. Hablando ante legisladores brasileños, Allgeier –subordinado de Robert Zoellick, agente comercial de EE.UU.- sostuvo que los subsidios y cuestiones vinculadas están en órbita de la Organización Mundial de Comercio. Precisamente cuando pocos apuestan al futuro de la ronda Dohá y el esquema multilateral.

Por otra parte, para materializar el ALCA Washington precisa reclutar a Brasil y Argentina. Primero, para poner al Mercosur en segundo plano. Segundo, porque el apoyo de México (primera economía latinoamericana) es forzoso: ese país, Canadá y EE.UU. integran el Tratado de Libre Comercio.

Amén de encuestas sospechosas, hay una ola de presiones mediáticas sobre Brasil. Así lo revela el columnista Peter Hakim (“Financial Times”), poniendo en evidencia que Washington llega al extremo de exigirles “buena conducta” a ese país y sus aliados. Vale decir, el grupo de los veinte opositores –Argentina es uno de ellos- a EE.UU. la Unión Europea y Japón, formado tras el espectacular fracaso de la reunión en Dubai.

Como en oportunidades anteriores, los roces entre Washington y Brasilia se traducen en acción psicológica. Esta vez, vía una “oportuna” encuestra privada, según la cual se deteriora el consenco público de Lula. Pero no tanto como hacen suponer los mismos funcionarios, medios y comunicadores que elogian al depuesto presidente boliviano (el propio Allgeier lo hizo ante parlamentarios brasileños).

Los dos copresidentes del ALCA (todavía nonato, salvo los acuerdos bilaterales de Estados Unidos con México, Chile y países centroamericanos), el norteamericano Peter Allgeier y el brasileño Adhemar Bahadian, confirmaron las divergencias entre la superpotencia y la segunda economía latinoamericana.

El problema reside en el temario para la próxima reunión ministerial (Miami, noviembre) para discutir el ALCA, proyecto hemisférico favorito de EE.UU. Sólo el coauspicio mexicano lo diferencia del ya licuado Consenso de Washington (1989). Al respecto, Allgeier no ocultó su molestia porque, días antes, Luiz Inácio de Silva y su colega argentino, Néstor Kirchner, habían lanzado una especie de “anticonsenso”.

Sin embargo, el trasfondo es comercial. Hablando ante legisladores brasileños, Allgeier –subordinado de Robert Zoellick, agente comercial de EE.UU.- sostuvo que los subsidios y cuestiones vinculadas están en órbita de la Organización Mundial de Comercio. Precisamente cuando pocos apuestan al futuro de la ronda Dohá y el esquema multilateral.

Por otra parte, para materializar el ALCA Washington precisa reclutar a Brasil y Argentina. Primero, para poner al Mercosur en segundo plano. Segundo, porque el apoyo de México (primera economía latinoamericana) es forzoso: ese país, Canadá y EE.UU. integran el Tratado de Libre Comercio.

Amén de encuestas sospechosas, hay una ola de presiones mediáticas sobre Brasil. Así lo revela el columnista Peter Hakim (“Financial Times”), poniendo en evidencia que Washington llega al extremo de exigirles “buena conducta” a ese país y sus aliados. Vale decir, el grupo de los veinte opositores –Argentina es uno de ellos- a EE.UU. la Unión Europea y Japón, formado tras el espectacular fracaso de la reunión en Dubai.

Como en oportunidades anteriores, los roces entre Washington y Brasilia se traducen en acción psicológica. Esta vez, vía una “oportuna” encuestra privada, según la cual se deteriora el consenco público de Lula. Pero no tanto como hacen suponer los mismos funcionarios, medios y comunicadores que elogian al depuesto presidente boliviano (el propio Allgeier lo hizo ante parlamentarios brasileños).

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades