La decisión anunciada por Ben Bernanke, incluye la reinversión en bonos hipotecarios ya vencidos, de entre US$35.000 y US$40.000 millones mensuales. A este ritmo, la Fed pondrá en manos de operadores primarios unos US$120.000 millones por mes, una cantidad similar a la emitida durante el gigantesco plan de estímulos financieros de 2009, según Lee Adler, analista de Wall Street.
Según Adler, la Fed se “está creando un Catch 22 a si misma†(en referencia a una famosa película en la que el protagonista no puede evitar problemas debido a las constantes contradicciones en sus propuestas para superarlos). Adler sostiene que la Fed está convencida de que la inflación no superará el 2%, sin embargo este inmenso paquete de estímulos provocaría el aumento de los precios de energía y commodities, llevando inevitablemente a una inflación mayor.
“Tal vez la Fed está preocupada por el “acantilado fiscal†y los debates sobre la deuda y está activando una válvula de seguridadâ€, escribe Divyang Shah, analista económico.
Si bien la decisión tomada en la reciente reunión anual del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), busca aumentar el nivel de empleo, que es la principal preocupación de los políticos y economistas estadounidenses, Lee Adler sostiene que la forma de hacerlo tiende a lograr los efectos contrarios. “Esto tiene el potencial de causar estragos en la economía sin aumentar los niveles de empleo y los consumidores se verían presionados por los crecientes costos de los alimentos y la energía. El aumento de los costos obligaría a los consumidores a recortar el gato y de esta manera se reduciría el empleo en la industria y el comercioâ€.