Italia pone al BCE en crisis y dimite un alemán
Jürgen Stark rechazó nuevas compras de bonos soberanos italianos dando un portazo. Eso aceleró otra caída general de las bolsas, que se prolongaba este sábado en Asia oriental y sudoriental. También interfería con la reunión del G-7, que cerró mal.
10 septiembre, 2011
<p>El desplome bursátil fue realmente catastrófico: 5% en Milán (nodo neurálgico), 4,6% en Nueva York, 4,4% en Madrid, 4% en Francfort, 3,6% en París, 2% en Tokio, 2,5% en Hong Kong y 1,9% en Singapur. Otra vez, un cóctel letal combinaba el derrumbe de títulos bancarios, la crisis de endeudamiento europeo y la reacción negativa de Wall Street a las propuestas de Barack Obama sobre empleo.<br />
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La renuncia de Stark fue simplemente un detonante. Si bien el breve comunicado del BCE menciona “motivos personales”, todos saben que este ex directivo –representante alemán en el banco- estaba en hondo desacuerdo con una política hoy clave. Vale decir, la compra de bonos soberanos para apuntalar economías en rescate (Grecia, Portugal, Irlanda) o próximas a ese extremo (España, Estonia, esencialmente Italia).<br />
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A los 63 años, Stark era uno de los más influyentes vocales de la junta que conduce al BCE. Su papel, inclusive, era magnificado por la transición entre el saliente Jean-Claude Trichet y su sucesor, Mario Draghi, que estará desde noviembre al mando de la entidad. El alemán había ingresado en junio de 2006 y tenía mandato hasta mayo de 2014. Más que su colega italiano Lorenzo Bini Smaghi, Stark es un adalid de la ortodoxia monetaria estilo alemán. <br />
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En realidad, tampoco la mayoría de directores cree en la compra de deuda a países en aprietos ni su recolocación entre bancos privados o mixtos.<br />
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Cabe recordar que existía desde febrero un clima de fronda en el frente teutón. En aquel momento, el entonces presidente del Bundesbank, Axel Weber, dimitió en desacuerdo con medidas auspiciadas por una amiga suya, la canciller Angela Merkel. Weber era su candidato para suceder a Trichet en el BCE.<br />
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Entretanto, el G-7 no aportó nada sustancial, salvo el escepticismo de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional. La ex ministra francesa de Hacienda insiste en que se avecina otra crisis de liquidez y varios bancos precisarán fondos propios adicionales.<br />
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Esto explica que la semana cerrase tan mal para el sector financiero. Se desplomaron grandes como Société Générale (10,6%), Barclay’s (9,4%), Commerzbank (8,7%), UniCredito (8,2%), Banca Popolare (8,1%),Crédit Agricole (7,8%), DB (7,3%),Lloyd’s (5,7%), Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (6,6%), Banco Santander Central Hispano (5,6%) y Royal Bank of Scotand (5,5%).<br />
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En una jornada con escasos precedentes, el euro volvió al piso de febrero (US$ 1,37), muy lejos del máximo registrado en abril (US$ 1,48). Por el contrario, el oro no pasaba de US$ 1.870 tras rozar 1.820 en la semana, sin rebotar al récord absoluto de días atrás (US$ 1.902). <br />
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