<p>En un curiosamente inoportuno “informe sobre las Américas”, vuelve a insistir en que estas economías “moderen la demanda interna evitando riesgos de recalentamiento, inflación y deterioro en la balanza de pagos”. También aconseja “desacelerar el gasto público como primera medida de defensa”.<br />
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Oportuno, el banco central colombiano prestó su sede para el seminario ortodoxo, donde técnicos de línea formularon un diagnóstico “recalentado al sur, frío al norte” del río Grande. Entre los excesos, el trabajo en inglés cita la tentación de aprovechar condiciones externas por demás muy favorables”.<br />
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Por ejemplo, “altos precios de productos primarios en los mercados internacionales y fácil financiamiento internacional”. Sin explicar que ello se debe a una larga recesión en Estados Unidos y la Unión Europea –no en el resto del globo-, el informe no toma en cuenta que China, Rusia, Argentina, India e Indonesia están “desobedeciendo” desde hace años al FMI.<br />
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Mientras el Grupo de los 20 se juntará a mediados de noviembre para debatir recetas totalmente opuestas a las de Bogotá, desde la capital colombiana se exhorta a “desactivar las políticas de estímulo y asegurar al mismo tiempo que la mezcla de medidas monetarias y fiscales no exacerbe el ingreso de capitales”. Fue como dejar la pelota picando: en Montevideo, Débora Giorgi (titular argentina de industria) subrayó que el Fondo “sigue recomendando la receta para volver a 2001”.</p>
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FMI: recomienda otra receta imposible para Latinoamérica
Inquieto por nuevas intervenciones cambiarias y monetarias en Brasil, el Fondo Monetario Internacional saca del arcón ideas del extinto consenso de Washington (1989) y plantea enfriar varias economías de la región, señala Paul Krugman, Nobel 2008.