Israel extendió el ultimátum

A pedido de varios líderes mundiales. Sería por 24 ó 48 horas aunque la situación está aun más tensa.

10 octubre, 2000

La situación en Medio Oriente empeora, pero –debido a la presión de la diplomacia internacional–anoche el gobierno israelí decidió extender por un plazo no determinado –uno o dos días– el ultimátum que le había impuesto al líder palestino, Yasser Arafat, para que detuviera la violencia. Así lo anunció un vocero del gobierno israelí– Nachman Shai– quien agregó que el premier Ehud Barak estaría dispuesto a asistir a una cumbre con Arafat, auspiciada por Estados Unidos.

El objetivo de la prórroga es agotar todas las posibilidades de detener la violencia en la región, “con la impresión de que esta vez sí se trata de la última oportunidad”—dijo Shai— marcando un giro en la posición hasta ese momento intransigente del Estado israelí y una suerte de esperanza de arreglo en el ambiente.

Esta madrugada, el gabinete del gobierno israelí seguía encerrado en una reunión de emergencia para decidir qué acciones tomar –incluso militares– de no poder llegar a un acuerdo. Entre las hipótesis, se consideraba la formación de un gobierno de emergencia nacional con la participación del Likud, el partido de derecha liderado por Ariel Sharon, el halcón que, con su visita a la Explanada de las Mezquitas el 28 de septiembre último, hizo estallar la violencia en los territorios ocupados.

Esto significaría una “cachetada” a Arafat y el virtual fin del proceso de paz.También se analizaba el eventual comienzo de operaciones bélicas, además se tomarían medidas políticas y económicas contra la población palestina, como el congelamiento de todas las transferencias monetarias a la ANP y el cierre total de los territorios ocupados.

La situación en Medio Oriente empeora, pero –debido a la presión de la diplomacia internacional–anoche el gobierno israelí decidió extender por un plazo no determinado –uno o dos días– el ultimátum que le había impuesto al líder palestino, Yasser Arafat, para que detuviera la violencia. Así lo anunció un vocero del gobierno israelí– Nachman Shai– quien agregó que el premier Ehud Barak estaría dispuesto a asistir a una cumbre con Arafat, auspiciada por Estados Unidos.

El objetivo de la prórroga es agotar todas las posibilidades de detener la violencia en la región, “con la impresión de que esta vez sí se trata de la última oportunidad”—dijo Shai— marcando un giro en la posición hasta ese momento intransigente del Estado israelí y una suerte de esperanza de arreglo en el ambiente.

Esta madrugada, el gabinete del gobierno israelí seguía encerrado en una reunión de emergencia para decidir qué acciones tomar –incluso militares– de no poder llegar a un acuerdo. Entre las hipótesis, se consideraba la formación de un gobierno de emergencia nacional con la participación del Likud, el partido de derecha liderado por Ariel Sharon, el halcón que, con su visita a la Explanada de las Mezquitas el 28 de septiembre último, hizo estallar la violencia en los territorios ocupados.

Esto significaría una “cachetada” a Arafat y el virtual fin del proceso de paz.También se analizaba el eventual comienzo de operaciones bélicas, además se tomarían medidas políticas y económicas contra la población palestina, como el congelamiento de todas las transferencias monetarias a la ANP y el cierre total de los territorios ocupados.

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