En apenas tres días, La Habana inició la transición hacia el poscastrismo con una señal de flexibilidad ante Estados Unidos –que vive ya la era post Bush- y Washington emitió una hacia Caracas. No obstante, en el Caribe anglófono el triunfo del caudillo no se ve con tranquilidad, justamente porque –como Centroamérica- varios de esos pequeños países están en órbita norteamericana.
Luciendo una de sus clásicas camisas rojas, Chávez les dijo a sus fieles, hablando anoche desde el palacio presidencial, que su victoria, tras la obtenida en Ecuador por la izquierda, eran señales que Washington debiera tener en cuenta”. Pero, en el entorno del mandatario, también se piensa en “los incondicionales” de George W.Bush y Antony Blair, por ejemplo Panamá, Guyana o Trinidad-Tobago.
Sin duda, Chávez seguirá irritando a Estados Unidos, máxime con Méjico en manos de un gobierno quizá más a la derecha de Ricardo Fox. Pero presionado las inútiles vallas a levantarse en la frontera con EE.UU. Por supuesto, la alianza entre Venezuela e Irán, dos pesos pesados en la Opep (la que tiene con Cuba forma parte del paisaje caribeño), desvelan a Washington.
Este factor debe analizarse desde una perspectiva geopolítica cada vez menos favorable a la superpotencia. Al respecto, Venezuela, Brasil y Argentina están en el proyecto de gasoducto sudamericano. Pero también lo ronda Gazprom, el gigantesco alfil de Vladyímir Putin y su ambicioso programa geoeconómico global.
En Caracas, el consejo nacional electoral confirmó este lunes el triunfo de Chávez. Hasta el momento, ni la OEA ni los numerosos observadores del exterior han encontrado irregularidades en los comicios.
En apenas tres días, La Habana inició la transición hacia el poscastrismo con una señal de flexibilidad ante Estados Unidos –que vive ya la era post Bush- y Washington emitió una hacia Caracas. No obstante, en el Caribe anglófono el triunfo del caudillo no se ve con tranquilidad, justamente porque –como Centroamérica- varios de esos pequeños países están en órbita norteamericana.
Luciendo una de sus clásicas camisas rojas, Chávez les dijo a sus fieles, hablando anoche desde el palacio presidencial, que su victoria, tras la obtenida en Ecuador por la izquierda, eran señales que Washington debiera tener en cuenta”. Pero, en el entorno del mandatario, también se piensa en “los incondicionales” de George W.Bush y Antony Blair, por ejemplo Panamá, Guyana o Trinidad-Tobago.
Sin duda, Chávez seguirá irritando a Estados Unidos, máxime con Méjico en manos de un gobierno quizá más a la derecha de Ricardo Fox. Pero presionado las inútiles vallas a levantarse en la frontera con EE.UU. Por supuesto, la alianza entre Venezuela e Irán, dos pesos pesados en la Opep (la que tiene con Cuba forma parte del paisaje caribeño), desvelan a Washington.
Este factor debe analizarse desde una perspectiva geopolítica cada vez menos favorable a la superpotencia. Al respecto, Venezuela, Brasil y Argentina están en el proyecto de gasoducto sudamericano. Pero también lo ronda Gazprom, el gigantesco alfil de Vladyímir Putin y su ambicioso programa geoeconómico global.
En Caracas, el consejo nacional electoral confirmó este lunes el triunfo de Chávez. Hasta el momento, ni la OEA ni los numerosos observadores del exterior han encontrado irregularidades en los comicios.