<p>El pase de Aníbal Fernández (de Justicia a jefatura de gabinete), Amado Boudou (de la Anses a economía) o Julio Alak (de Aerolíneas Argentinas a Justicia) significa la ruptura con el justicialismo triunfante y la misma intrasigencia de siempre con la facción de Eduardo Duhalde. También bloquea posibilidades de dialogar con la oposición propiamente dicha, a su vez dividida por los errores tácticos de Mauricio Macri.<br />
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La persistencia de Guillermo Moreno en comercio interior, mientras tambalea Hugo Moyano en la CGT ortodoxa, acentúa los aspectos más resistidos de la gestión federal. De hecho, industria y comercio va abandonando los compromisos de precios: se remarca sin tener ya en cuenta a Moreno.<br />
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Mientras tanto, la confirmación de Moreno tal vez acelere la renuncia de Carlos Cheppi en agricultura. Por su parte, la comisión de enlace rural pide reunirse con el vicepresidente Julio Cobos, virtual cabeza de la oposición parlamentaria y un presidenciable con posibilidades, al menos hoy. No obstante, la escasa diferencia entre el kirchnerismo y la oposición en pleno (dos puntos en escala nacional) exige de ésta juntarse alrededor de un programa mínimo. <br />
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Según operadores del microcentro allegados a la Casa Rosada o a Olivos, Kirchner –que virtualmente sacó a su esposa de escena- hará otra de sus apuestas a doble o nada. Se trata de jugar a que se profundicen los primeros signos de recuperación económica y lo hagan a tiempo para detener las muertes por gripe porcina. Hasta el momento, los medios se ocupan de esta crisis más que las autoridades locales, provinciales y federales.</p>
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Gabinete: Néstor Kirchner sigue manejando los hilos
Esa frase, escuchada a Sergio Massa que vuelve a Tigre-, resume ajustes cosméticos todavía en curso. Así interpretan el mercado y el sector privado un cambio de guardia que no cambia casi nada y consolida el poder del ex presidente.
