<p>No es casual que, entretanto, proliferen encuestas donde el presidente norteamericano pierde apoyo debido a sus reformas en materia financiera y social (seguro médicos). Exactamente cuando las cifras de desempleo empiezan a mejorar.</p>
<p>En el plano político, la firmeza en el respaldo a Sotomayor contrasta con la inacción respecto de Honduras, reflejo de una peligrosa obsesión con Venezuela y su pintoresco “presidente bolivariano” que Simón Bolívar no habría tolerado diez minutos. Pero el caso de la flamante conjueza (traducción apta de “justice”) tiene otra dimensión.</p>
<p>Por ejemplo, la parte más reaccionaria de la colectividad cubana en Florida ve en Sotomayor la personificación de la colectividad portorriqueña, mucho más antigua que su rival y fuerte en Nueva York y áreas vecinas. Esto puede explicar la renuncia del senador republicano Manuel Martínez, un duro clásico en Miami.</p>
<p>Mujer hispana (no “latina”, pues existe una gran colonia de raigambre italiana) nacida en el Bronx de padres boricuas, esta egresada de Yale porta un currículo notable. Pero ello no impidió que, tras ser propuesta en mayo por Obama, se desencadenase una campaña poco limpia, fogoneada desde el “búnker” republicano del Capitolio. Había un “oscuro trasfondo étnico y social”, sostuvo nadie menos que Arnold Schwarzenegger, gobernador californiano nacido en Austria.</p>
<p>En un error estratégico, la oposición senatorial apeló a tergiversar una disertación de Sotomayor ante estudiantes… en 2001, acusándola de futuros fallos en favor de minorías no blancas. Hasta ahora, ninguna sentencia suya abona esos temores, como señalaron republicanos moderados como los senadores John McCain (Arizona) y Orrin Hatch (Utah) o el ex alcalde neoyorquino Rodolfo Giuliani (hijo de italianos).<br />
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Entretelones del caso Sotomayor en Estados Unidos
Por un lado, la prensa conservadora latinoamericana, con Colombia al frente, apoya abiertamente el golpe hondureño. Por otro, Barack Obama impone a Sonia Sotomayor en la Corte Suprema, pero se lava las manos respecto de Tegucigalpa.