En rigor: el déficit comercial con Brasil fue de US$ 233 millones en enero de 2023, lo que implica un crecimiento de 56,5% en relación con igual mes del año pasado -cuando el rojo bilateral había sido USD 149 M-.
El déficit fue consecuencia de importaciones y exportaciones -desde y hacia Brasil- que alcanzaron los USD 1.056 M y USD 823 M, respectivamente.
¿Qué pasó con las importaciones desde Brasil en enero?
Las importaciones crecieron un 11,7% i.a. –tras caer 14,1% i.a. en diciembre- y alcanzaron los USD 1.056 M en enero.
En su interior, todos los productos de mayor participación en el comercio bilateral mostraron guarismos positivos -y por encima del crecimiento de las importaciones totales hacia Brasil-. A saber:
o La importación de “Partes y accesorios para vehículos automotores” y “Vehículos de pasajeros” creció 38,6% i.a. y 13,9% i.a., respectivamente. Entre ambos bienes explicaron casi el 20% del comercio bilateral de enero -cabe destacar que también fueron los principales productos de importación desde Brasil en 2022-.
o La compra de “Tubos, secciones huecas y accesorios para tubos, de hierro o acero” tuvo un notable crecimiento -pasó de USD 0,9 M en enero de 2022 a USD 73,9 M el mes pasado año-.
o El podio lo completan i) “Aceites combustibles de petróleo o aceites obtenidos de minerales bituminosos (excepto los aceites crudos)”, cuya importación creció de manera notable -alcanzó los USD 56,1 M vs. USD 5,3 M en enero del año pasado-; y ii) “Mineral de hierro y concentrados” que creció 111,7% i.a. En relación con este último cabe destacar que fue el tercer producto más importado desde Brasil en 2022 (la Argentina no produce localmente mineral de hierro; y este es un insumo necesario para la elaboración de tubos de acero sin costura en el país, así como para la industria automotriz).
¿Qué pasó con las exportaciones hacia Brasil en enero?
• Las exportaciones crecieron un 3,4% i.a. en enero y alcanzaron los USD 823 M. De esta manera, lograron cortar una racha de tres meses consecutivos de caídas interanuales (en el último trimestre de 2022 cayeron un 11% i.a., con una preocupante contracción de 20,5% i.a. en diciembre).
• Al igual que en el caso de las importaciones, (casi) todos los productos de mayor participación en el comercio bilateral mostraron guarismos positivos -y por encima del comportamiento de la media-. A saber:
o En relación con el sector automotriz, la exportación de “Vehículos a motor para el transporte de mercancías y usos especiales” y “Vehículos de pasajeros” aumentó un 25,8% i.a. y 12,7% i.a., respectivamente. Ambos productos explicaron casi un 25% de los envíos totales hacia Brasil en enero (cabe destacar que fueron los principales productos de exportación en 2022, explicando poco más de un 1/3 de las exportaciones totales hacia el país vecino).
o Por su parte, la exportación de “Cebada, sin moler” y “Propano y butano licuados” mostró incrementos interanuales por encima del 500%, aunque en ambos casos se explica por la baja base de comparación. En detalle: en el primer caso se exportó USD 50,3 M (vs. USD 7,0 M en enero de 2022), mientras que en segundo USD 38,4 M (vs. 6,0 M en igual mes del año pasado).
o Por último, el único de los productos de mayor participación en el total cuya exportación se contrajo en términos anuales fue “Trigo y centeno, sin moler”, al caer 2,9% en relación con enero de 2022. Dicha caída se explica por la menor producción nacional como consecuencia de las sequías y heladas que acechan al agro en la Argentina.
Proyecciones 2023
La asunción de Lula da Silva en Brasil y su reciente visita oficial a la Argentina incrementaron las expectativas sobre una profundización de la relación bilateral en 2023. A su vez, los anuncios del Gobierno Nacional en relación con las distintas negociaciones y acuerdos en curso alimentaron dichas esperanzas.
Lo cierto es que, de lo anunciado, lo más concreto fue la ampliación de la línea de crédito para el financiamiento de importaciones a 366 días a través del Banco Nación y el Banco do Brasil. ¿Cómo funcionaría el esquema? Una empresa argentina que quiera importar desde Brasil, pero que no pueda acceder a las divisas para hacerlo ni tenga la posibilidad de financiarse en el exterior, recibiría financiamiento indirecto por parte del Banco do Brasil. ¿De qué manera? Muy simplificadamente este último le pagaría al exportador brasilero -en reales- la deuda que contraiga el importador argentino, y le cobraría luego al Banco Nación una tasa de interés por el uso de la línea de crédito. En paralelo, el Banco Nación financiaría al importador argentino por hasta 366 días, quien deberá cancelar dicha deuda una vez que logre acceder al MULC.
De implementarse, i) facilitaría las importaciones desde el país vecino, y ii) aliviaría un poco la demanda de dólares en el MULC, con impacto positivo en las reservas del BCRA. Sin embargo, aún hay muchos aspectos técnicos a resolver, que terminarán definiendo el éxito o no del acuerdo. Entre los principales interrogantes se pueden mencionar los siguientes: ¿cuál será la tasa y el costo financiero de dichas transacciones?; ¿cómo se manejará el riesgo cambiario?; ¿qué garantías se exigirán?
Por último, cabe destacar que el anuncio sobre el proyecto de moneda común no posee ninguna chance de implementarse, ya que hay barreras fácticas imposibles de franquear en el mediano plazo. A saber: las condiciones en términos de inflación, estabilidad cambiaria, déficit fiscal y tasa de interés requeridas están en las antípodas de las reinantes de manera crónica tanto en Brasil como en Argentina -en especial en nuestro país-. A su vez, los ciclos en ambas economías no están sincronizados.