El estado global de la agricultura

spot_img

La agricultura fue siempre un negocio riesgoso, pero hoy hay cambios importantes en la naturaleza de los riesgos. Las estrategias que se decidan hoy, definirán cómo se enfrentará en 2050 un aumento de 60 % en la demanda de alimentos.

Es un problema que comparten agricultores, industriales del sector, distribuidores y transportistas, y los mismos gobiernos.

Es que hoy, el problema no es de escasez de alimentos. En verdad se pierden anualmente 1.300 millones de toneladas, una tercera parte de todo lo que se produce, según la FAO de Naciones Unidas.

No obstante, 850 millones de personas en todo el mundo sufren malnutrición crónica, también según la Food and Agricultural Organization. Esto es 200 millones menos que hace 20 años pero equivalente a toda la población mundial menos China e India.

La población mundial aumenta y el ingreso personal también. Esto quiere decir que la gente estará en mejores condiciones para comprar alimentos y reducir el hambre. Pero ambas cosas también aumentan los riesgos para la provisión alimentaria, porque la gente con dinero tiende a comer más y eso significa más producción.

Otro problema. Los consumidores esperan que sus alimentos sean más sanos y seguros. Por lo tanto exigen información sobre dónde y cómo fueron elaborados.

Otra preocupación es el transporte. Los ferrocarriles y los silos no dan abasto con las cosechas abundantes que ha tenido este año el hemisferio norte. En algunos casos, se vuelve antieconómico guardar grano.

Una última complicación la traen los biocombustibles, una industria que surgió como competidora en la demanda de grano. En Estados Unidos, el productor de biocombustibles más grande del mundo, 130 millones de toneladas de maíz se convierten en etanol cada año, según cálculos del Departamento de Agricultura.

 

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO