El enfrentamiento entre gobierno y campo encubre un ajuste de la economía

Prefinex descarta que pueda haber corrida contra el peso o default de la deuda pública como consecuencia del paro agropecuario. Resentirá, sí, actividad económica, recaudación y tipo de cambio, aunque enfriaría los motores de la inflación.

8 mayo, 2008

Con los productores ya instalados en las rutas y distintas modalidades de cortes en ejecución, comenzó la segunda edición del enfrentamiento entre el gobierno y el campo, que promete definiciones de alto contenido pol?tico, antes que la mera resolución en torno de las retenciones m?viles.

El frente cambiario acus? recibo de inmediato por la interrupción de las transacciones con granos por ocho d?as, todav?a fresco el antecedente de los 21 d?as del paro en abril cuando pr?cticamente no se liquidaron divisas. Y a estas alturas le toca en especial a la soja, en plena cosecha, ingresarlas.

El Banco Central ya ven?a vendiendo d?lares en el mercado de futuros para enfriar el precio antes de la declaración formal de regreso al paro por parte de la dirigencia agropecuaria.

La paridad de los bonos y la recaudación fiscal son las variables que previsiblemente afectará la medida de fuerza, adem?s de la toma de posición en d?lares de los particulares.

Si bien el detonante ha sido la interrupción del di?logo entre gobierno y agro, ya ven?an revel?ndose se?ales adversas en la econom?a que repercutieron en la confianza de los actores y ameritaron una pol?mica t?cnica entre las pol?ticas de crecimiento y estabilización.

El informe mensual de Prefinex, que firman los economistas Nicol?s Briedger y Osvaldo Cado, ya advert?a que “como consecuencia del conflicto con el campo, la inflación de marzo y abril mostr? alzas pronunciadas, lo que increment? las estimaciones de precios para 2008”.

Dichos cambios, se?ala, “impactan directamente en el tipo de cambio real múltiple, el cu?l registrar? el presente a?o y el entrante un deterioro pronunciado”.

En ese sentido, recuerda que “el super?vit comercial para 2009 fue corregido al alza a ra?z de lo que suponemos ser? un mayor super?vit fiscal y un deterioro de la demanda privada. La crisis pol?tica generada por la huelga del campo impuls? el d?lar por encima de las estimaciones privadas y derrumb? el mercado de bonos incrementando el riesgo pa?s”.

Enfriamiento de facto

En el an?lisis, se pone de relieve que hace cinco años Argentina presenciaba, luego de la recesi?n m?s profunda de su historia, el despegue del consumo privado, que se evidenci? en la evolución de una serie de indicadores que, adem?s, se difundi? a trav?s de casi todos los estratos sociales.

En ese entonces el contexto era de d?lar devaluado, capacidad ociosa en torno al 40% y desempleo cercano al 20%, realidad econ?mica que justific? la aplicación de pol?ticas expansivas, enumera.

Los mismos indicadores que hace cinco años confirmaban una buena noticia, hoy est?n mostrando una evolución que es, al menos, poco alentadora. Si bien parecer?a prematuro hablar de un enfriamiento de la demanda privada, los datos observados y un poco de teor?a econ?mica son elementos suficientes para afirmar que es un destino bastante probable. Son ellos:

? Ventas de veh?culos nacionales: registraron una sugestiva desaceleración durante el ?ltimo semestre. El sector automotor, principal tractor de la industria, sostiene su nivel de actividad sobre las exportaciones a Brasil y M?jico, econom?as que tarde o temprano disminuir?n su demanda por el impacto indirecto de la crisis en los EE.UU.
? Ventas en los centros comerciales: medidas en cantidades (deflactadas por la mediana de las expectativas inflacionarias extra?da del informe de la UTDT) registran una tendencia similar a la venta de autom?viles.
? Importaciones de bienes de consumo: luego de 12 meses con un crecimiento del orden de 30% anual, mostraron un sorpresiva alza de 12% durante el mes de marzo.
? La recaudación de IVA viene desacelerando: registrando en marzo y abril incrementos en torno al 25%, valor muy cercano a los actuales niveles de inflación. Esto sugiere que la evolución en la recaudación esta casi totalmente explicada por la inflación y no por una mejora en el consumo.

?Cu?l es el origen de la desaceleración de la demanda privada?:

? La inflación en los niveles actuales (20/25%) produce un deterioro sistem?tico de los salarios reales que redunda en una menor demanda. Durante los ?ltimos cinco meses el nivel de salarios cay? notablemente registrando por primera vez en años variaciones interanuales negativas.
? La incertidumbre alrededor de la evolución de los precios relativos (ingresos y egresos) desincentiva la inversi?n tanto en capital f?sico como humano, redundando en una ca?da notable en la creación de empleos y en consecuencia de la masa salarial.
? Esto ?ltimo empeorado notablemente por la inexistencia de un par?metro que mida la evolución de los precios, lo que incentiva reclamos desmedidos de sueldos ante el temor de perder poder de compra real, y por la indiferencia p?blica del gobierno frente a este fen?meno.

Salarios privados

Se?ala el informe que por m?s que la actual administración se esfuerce por enfatizar que no “enfriar?” la econom?a, esto ?ltimo se est? produciendo de facto y, al no administrarse por parte del ejecutivo, el proceso se est? gestando de la peor manera: la mayor parte del ajuste lo afrontar?n los estratos econ?micamente m?s d?biles.

La situación es m?s delicada si tenemos en cuenta que se desincentivan constantemente las exportaciones y que el gobierno, en un intento disimulado, descoordinado y parcial de controlar la inflación, desacelerar? el gasto p?blico. De este modo, no s?lo se estanca el consumo privado local, sino tambi?n el p?blico y el externo.

“Una desaceleración de la actividad econ?mica a niveles cercanos al
4% durante los pr?ximos 12 meses, es un escenario de alta probabilidad de ocurrencia aunque, mirando el “vaso medio lleno”, se pueda destacar que es la primera vez en mucho tiempo que una “crisis” implique crecer al 4% anual”, destaca.

Misma regi?n, realidades opuestas

La noticia m?s relevante del mes fue la calificación de investment grade otorgada a Brasil, que impuls? con fuerza al Bovespa (+11%). El mercado accionario argentino se encuentra en la vereda opuesta, golpeado por la incertidumbre generada por el conflicto a?n irresuelto con el sector agr?cola y una inflación en ascenso.

En este contexto los instrumentos locales de ahorro que dan alg?n resguardo frente a la suba de precios son los fideicomisos financieros, dado que el rendimiento de los dep?sitos a plazo fijo se mantiene en 8% anual.

Los bonos locales presentan una buena oportunidad. “El mercado sobrerreaccion? frente al enrarecido clima local, subvaluando algunos de estos instrumentos”, puntualiza el informe.

Ca?da de bonos

El precio de los t?tulos p?blicos argentinos se encuentra en su m?nimo valor desde el canje de deuda formalizado en junio de 2005, siendo la contracara la suba del riesgo pa?s luego de tocar un piso en enero de 2007. Para aislar las causas internacionales de los factores locales es de utilidad comparar la evolución de esta variable con su par brasile?a:
? Brasil: Enero 2007: 170,7 puntos b?sicos (pbs.); abril 2008: 247,3 pbs.
? Argentina: Enero 2007: 203.4 pbs.; abril 2008: 552,4 pbs.

Si bien la variable en ambos pa?ses mostr? una suba en este per?odo por el impacto de la crisis subprime en EE.UU., la diferencia entre ambos riesgos pa?ses pas? de 33 pbs. a 305 pbs. Esto implica que por cada US$ 10.000 millones que ambos gobiernos tienen que refinanciar, el costo anual adicional asciende a US$ 300 millones.

La divergencia a partir de enero 2007 no es casual teniendo en cuenta que en ese mes comenzó la manipulación de INDEC, que continuar?a durante todo el a?o. A esto ?ltimo se sum? el deterioro fiscal, con un super?vit que pas? de 3,5% del PIB en 2006 a 2,3% del PIB en 2007 a pesar del fuerte crecimiento y la mejora en los t?rminos de intercambio.

Desde la asunción del nuevo gobierno se sumaron se?ales que impactaron negativamente:
? Continuidad de la manipulación de INDEC;
? Nueva suba de retenciones anunciadas en marzo devenida en el ya conocido conflicto agropecuario;
? Posibilidad de nuevo canje de deuda.
?
La nueva suba de retenciones y la posibilidad de un nuevo canje de deuda fueron interpretadas por el mercado como una se?al de que la situación fiscal no es tan robusta como el gobierno aduce.

La continuidad el conflicto agr?cola agrava esta situación por la menor recaudación tanto por los menores niveles de actividad en el interior del pa?s como la menor liquidación de exportaciones.

Sin embargo debe descartarse de lleno una corrida contra el peso argentino o un default de la deuda p?blica en el corto plazo (2008-2009), independientemente de la falta de acceso a los mercados internacionales de capitales.

Durante el primer semestre del a?o, el gobierno ya sum? US$ 1.800 millones, reduciendo la brecha de financiamiento a solo US$ 1.300 millones que puede saldarse apelando al gobierno venezolano. Por su parte, si bien la brecha de 2009 es superior (US$ 5.000 millones), resulta manejable teniendo en cuenta que el gobierno cuenta con m?s de US$ 50.000 millones de reservas que no dudar?a en utilizar en el caso que se ponga en duda su capacidad de pago.

Por lo tanto, la ca?da de los t?tulos p?blicos tiene m?s que ver con una paranoia coyuntural consecuencia de una crisis que, por ahora, solo est? encapsulada en el ?mbito pol?tico.

En este sentido la evolución futura depender? m?s del manejo de la solución con el campo y de las expectativas inflacionarios que de los datos fiscales que seguramente mostrar?n una mejora.

Lea Inventario pol?tico del enfrentamiento

Con los productores ya instalados en las rutas y distintas modalidades de cortes en ejecución, comenzó la segunda edición del enfrentamiento entre el gobierno y el campo, que promete definiciones de alto contenido pol?tico, antes que la mera resolución en torno de las retenciones m?viles.

El frente cambiario acus? recibo de inmediato por la interrupción de las transacciones con granos por ocho d?as, todav?a fresco el antecedente de los 21 d?as del paro en abril cuando pr?cticamente no se liquidaron divisas. Y a estas alturas le toca en especial a la soja, en plena cosecha, ingresarlas.

El Banco Central ya ven?a vendiendo d?lares en el mercado de futuros para enfriar el precio antes de la declaración formal de regreso al paro por parte de la dirigencia agropecuaria.

La paridad de los bonos y la recaudación fiscal son las variables que previsiblemente afectará la medida de fuerza, adem?s de la toma de posición en d?lares de los particulares.

Si bien el detonante ha sido la interrupción del di?logo entre gobierno y agro, ya ven?an revel?ndose se?ales adversas en la econom?a que repercutieron en la confianza de los actores y ameritaron una pol?mica t?cnica entre las pol?ticas de crecimiento y estabilización.

El informe mensual de Prefinex, que firman los economistas Nicol?s Briedger y Osvaldo Cado, ya advert?a que “como consecuencia del conflicto con el campo, la inflación de marzo y abril mostr? alzas pronunciadas, lo que increment? las estimaciones de precios para 2008”.

Dichos cambios, se?ala, “impactan directamente en el tipo de cambio real m?ltiple, el cu?l registrar? el presente a?o y el entrante un deterioro pronunciado”.

En ese sentido, recuerda que “el super?vit comercial para 2009 fue corregido al alza a ra?z de lo que suponemos ser? un mayor super?vit fiscal y un deterioro de la demanda privada. La crisis pol?tica generada por la huelga del campo impuls? el d?lar por encima de las estimaciones privadas y derrumb? el mercado de bonos incrementando el riesgo pa?s”.

Enfriamiento de facto

En el an?lisis, se pone de relieve que hace cinco años Argentina presenciaba, luego de la recesi?n m?s profunda de su historia, el despegue del consumo privado, que se evidenci? en la evolución de una serie de indicadores que, adem?s, se difundi? a trav?s de casi todos los estratos sociales.

En ese entonces el contexto era de d?lar devaluado, capacidad ociosa en torno al 40% y desempleo cercano al 20%, realidad econ?mica que justific? la aplicación de pol?ticas expansivas, enumera.

Los mismos indicadores que hace cinco años confirmaban una buena noticia, hoy est?n mostrando una evolución que es, al menos, poco alentadora. Si bien parecer?a prematuro hablar de un enfriamiento de la demanda privada, los datos observados y un poco de teor?a econ?mica son elementos suficientes para afirmar que es un destino bastante probable. Son ellos:

? Ventas de veh?culos nacionales: registraron una sugestiva desaceleración durante el ?ltimo semestre. El sector automotor, principal tractor de la industria, sostiene su nivel de actividad sobre las exportaciones a Brasil y M?jico, econom?as que tarde o temprano disminuir?n su demanda por el impacto indirecto de la crisis en los EE.UU.
? Ventas en los centros comerciales: medidas en cantidades (deflactadas por la mediana de las expectativas inflacionarias extra?da del informe de la UTDT) registran una tendencia similar a la venta de autom?viles.
? Importaciones de bienes de consumo: luego de 12 meses con un crecimiento del orden de 30% anual, mostraron un sorpresiva alza de 12% durante el mes de marzo.
? La recaudación de IVA viene desacelerando: registrando en marzo y abril incrementos en torno al 25%, valor muy cercano a los actuales niveles de inflación. Esto sugiere que la evolución en la recaudación esta casi totalmente explicada por la inflación y no por una mejora en el consumo.

?Cu?l es el origen de la desaceleración de la demanda privada?:

? La inflación en los niveles actuales (20/25%) produce un deterioro sistem?tico de los salarios reales que redunda en una menor demanda. Durante los ?ltimos cinco meses el nivel de salarios cay? notablemente registrando por primera vez en años variaciones interanuales negativas.
? La incertidumbre alrededor de la evolución de los precios relativos (ingresos y egresos) desincentiva la inversi?n tanto en capital f?sico como humano, redundando en una ca?da notable en la creación de empleos y en consecuencia de la masa salarial.
? Esto ?ltimo empeorado notablemente por la inexistencia de un par?metro que mida la evolución de los precios, lo que incentiva reclamos desmedidos de sueldos ante el temor de perder poder de compra real, y por la indiferencia p?blica del gobierno frente a este fen?meno.

Salarios privados

Se?ala el informe que por m?s que la actual administración se esfuerce por enfatizar que no “enfriar?” la econom?a, esto ?ltimo se est? produciendo de facto y, al no administrarse por parte del ejecutivo, el proceso se est? gestando de la peor manera: la mayor parte del ajuste lo afrontar?n los estratos econ?micamente m?s d?biles.

La situación es m?s delicada si tenemos en cuenta que se desincentivan constantemente las exportaciones y que el gobierno, en un intento disimulado, descoordinado y parcial de controlar la inflación, desacelerar? el gasto p?blico. De este modo, no s?lo se estanca el consumo privado local, sino tambi?n el p?blico y el externo.

“Una desaceleración de la actividad econ?mica a niveles cercanos al
4% durante los pr?ximos 12 meses, es un escenario de alta probabilidad de ocurrencia aunque, mirando el “vaso medio lleno”, se pueda destacar que es la primera vez en mucho tiempo que una “crisis” implique crecer al 4% anual”, destaca.

Misma regi?n, realidades opuestas

La noticia m?s relevante del mes fue la calificación de investment grade otorgada a Brasil, que impuls? con fuerza al Bovespa (+11%). El mercado accionario argentino se encuentra en la vereda opuesta, golpeado por la incertidumbre generada por el conflicto a?n irresuelto con el sector agr?cola y una inflación en ascenso.

En este contexto los instrumentos locales de ahorro que dan alg?n resguardo frente a la suba de precios son los fideicomisos financieros, dado que el rendimiento de los dep?sitos a plazo fijo se mantiene en 8% anual.

Los bonos locales presentan una buena oportunidad. “El mercado sobrerreaccion? frente al enrarecido clima local, subvaluando algunos de estos instrumentos”, puntualiza el informe.

Ca?da de bonos

El precio de los t?tulos p?blicos argentinos se encuentra en su m?nimo valor desde el canje de deuda formalizado en junio de 2005, siendo la contracara la suba del riesgo pa?s luego de tocar un piso en enero de 2007. Para aislar las causas internacionales de los factores locales es de utilidad comparar la evolución de esta variable con su par brasile?a:
? Brasil: Enero 2007: 170,7 puntos b?sicos (pbs.); abril 2008: 247,3 pbs.
? Argentina: Enero 2007: 203.4 pbs.; abril 2008: 552,4 pbs.

Si bien la variable en ambos pa?ses mostr? una suba en este per?odo por el impacto de la crisis subprime en EE.UU., la diferencia entre ambos riesgos pa?ses pas? de 33 pbs. a 305 pbs. Esto implica que por cada US$ 10.000 millones que ambos gobiernos tienen que refinanciar, el costo anual adicional asciende a US$ 300 millones.

La divergencia a partir de enero 2007 no es casual teniendo en cuenta que en ese mes comenzó la manipulación de INDEC, que continuar?a durante todo el a?o. A esto ?ltimo se sum? el deterioro fiscal, con un super?vit que pas? de 3,5% del PIB en 2006 a 2,3% del PIB en 2007 a pesar del fuerte crecimiento y la mejora en los t?rminos de intercambio.

Desde la asunción del nuevo gobierno se sumaron se?ales que impactaron negativamente:
? Continuidad de la manipulación de INDEC;
? Nueva suba de retenciones anunciadas en marzo devenida en el ya conocido conflicto agropecuario;
? Posibilidad de nuevo canje de deuda.
?
La nueva suba de retenciones y la posibilidad de un nuevo canje de deuda fueron interpretadas por el mercado como una se?al de que la situación fiscal no es tan robusta como el gobierno aduce.

La continuidad el conflicto agr?cola agrava esta situación por la menor recaudación tanto por los menores niveles de actividad en el interior del pa?s como la menor liquidación de exportaciones.

Sin embargo debe descartarse de lleno una corrida contra el peso argentino o un default de la deuda p?blica en el corto plazo (2008-2009), independientemente de la falta de acceso a los mercados internacionales de capitales.

Durante el primer semestre del a?o, el gobierno ya sum? US$ 1.800 millones, reduciendo la brecha de financiamiento a solo US$ 1.300 millones que puede saldarse apelando al gobierno venezolano. Por su parte, si bien la brecha de 2009 es superior (US$ 5.000 millones), resulta manejable teniendo en cuenta que el gobierno cuenta con m?s de US$ 50.000 millones de reservas que no dudar?a en utilizar en el caso que se ponga en duda su capacidad de pago.

Por lo tanto, la ca?da de los t?tulos p?blicos tiene m?s que ver con una paranoia coyuntural consecuencia de una crisis que, por ahora, solo est? encapsulada en el ?mbito pol?tico.

En este sentido la evolución futura depender? m?s del manejo de la solución con el campo y de las expectativas inflacionarios que de los datos fiscales que seguramente mostrar?n una mejora.

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