Economía: buenas y malas noticias

El pacto fiscal llevó calma a los mercados y alivio a los empresarios. También fue bien recibida la aprobación del plan de infraestructura pero la industria continúa en baja y las automotrices no están conformes.

25 noviembre, 2000

Tal vez los acontecimientos económicos quedaron un tanto desdibujados por los vaivenes políticos, en la semana que finalizó el viernes 24; pero no por ello dejaron de ser días intensos con buenas y malas noticias.

Los círculos empresariales reaccionaron favorablemente ante el acuerdo logrado entre el Gobierno nacional y los mandatarios provinciales.

Consideraron que es una buena señal para los mercados y que la situación financiera argentina se estabilizará.

Hubo coincidencia en que resultó una demostración de madurez de la clase política, pero que aún deben tomarse otras medidas para que la economía se active.

Para el presidente de Fiat Auto, Vicente Barello, “se han impuesto los intereses permanentes del país a los circunstanciales de las facciones partidarias”.

El presidente de Copal ,institución que agrupa a las industrias de la alimentación, el acuerdo “constituye un paso hacia la madurez política y si de su aplicación no surgen excepciones al congelamiento del gasto es un signo de responsabilidad”.

El titular de la Confederación General Económica, Raúl Vivas, coincidió con las opiniones de sus colegas.

Otra noticia bienvenida fue la aprobación, por parte de la Cámara de Diputados, del plan de infraestructura.

El proyecto sufrió varias modificaciones en relación al original; abre la competencia a empresas extranjeras solamente cuando el monto de las obras supere $ 45 millones y las obliga a tener socios argentinos que dispongan de 51% de participación accionaria en las firmas.

El proyecto aprobado promueve la participación de las universidades a través de las consultoras de presentación y auditoría de proyectos y prohibe la indexación de las contraprestaciones en base al índice de inflación de la economía de los Estados Unidos.

Los expertos consideran que del total de inversión prevista, del orden de $ 20.500 millones, en el corto plazo se movilizarán más de 70 obras, por $ 2.000 millones, que se extenderán por todo el país.

Evidentemente, el tema que preocupa a todos es cómo reactivar la economía; para buscar algunas respuestas a este interrogante, el Frente Productivo, se reunió con líderes de la Asociación de Bancos Argentinos; el objetivo: elaborar una propuesta conjunta que será elevada al Gobierno.

Se advirtieron varias diferencias de criterio entre industriales y banqueros; los primeros piden rebaja generalizada de tributos y la reimplantación de aportes patronales en empresas de servicios para subsidiar a desocupados.

Los segundos abogan por una política más cautelosa, consistente en reducir gastos para después rebajar impuestos.

A fin de compatibilizar opiniones, se pasó a un cuarto intermedio, con el propósito de constituir una comisión técnica que permita acercar posiciones entre ambos sectores.

Por su parte, la Secretaría de Industria anunció que la concreción del acuerdo automotor con Brasil. El convenio, firmado el martes próximo pasado, entrará en vigor el 1º de enero y regirá hasta el año 2005.

Pero los representantes de la Asociación de Fábricas de Automotores no están conformes con el tratado.

El principal punto de disputa es el componente nacional que deben integrar los camiones fabricados en la Argentina: el acuerdo dice de 37%, pero las terminales pretenden que sea de 25%.

Entre todas estas iniciativas, las cifras siguen siendo negativas; el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informó que la producción industrial de octubre descendió 3,5% respecto de la correspondiente al mismo mes de 1999 y 1,4% en relación con la de septiembre último.

Tal vez los acontecimientos económicos quedaron un tanto desdibujados por los vaivenes políticos, en la semana que finalizó el viernes 24; pero no por ello dejaron de ser días intensos con buenas y malas noticias.

Los círculos empresariales reaccionaron favorablemente ante el acuerdo logrado entre el Gobierno nacional y los mandatarios provinciales.

Consideraron que es una buena señal para los mercados y que la situación financiera argentina se estabilizará.

Hubo coincidencia en que resultó una demostración de madurez de la clase política, pero que aún deben tomarse otras medidas para que la economía se active.

Para el presidente de Fiat Auto, Vicente Barello, “se han impuesto los intereses permanentes del país a los circunstanciales de las facciones partidarias”.

El presidente de Copal ,institución que agrupa a las industrias de la alimentación, el acuerdo “constituye un paso hacia la madurez política y si de su aplicación no surgen excepciones al congelamiento del gasto es un signo de responsabilidad”.

El titular de la Confederación General Económica, Raúl Vivas, coincidió con las opiniones de sus colegas.

Otra noticia bienvenida fue la aprobación, por parte de la Cámara de Diputados, del plan de infraestructura.

El proyecto sufrió varias modificaciones en relación al original; abre la competencia a empresas extranjeras solamente cuando el monto de las obras supere $ 45 millones y las obliga a tener socios argentinos que dispongan de 51% de participación accionaria en las firmas.

El proyecto aprobado promueve la participación de las universidades a través de las consultoras de presentación y auditoría de proyectos y prohibe la indexación de las contraprestaciones en base al índice de inflación de la economía de los Estados Unidos.

Los expertos consideran que del total de inversión prevista, del orden de $ 20.500 millones, en el corto plazo se movilizarán más de 70 obras, por $ 2.000 millones, que se extenderán por todo el país.

Evidentemente, el tema que preocupa a todos es cómo reactivar la economía; para buscar algunas respuestas a este interrogante, el Frente Productivo, se reunió con líderes de la Asociación de Bancos Argentinos; el objetivo: elaborar una propuesta conjunta que será elevada al Gobierno.

Se advirtieron varias diferencias de criterio entre industriales y banqueros; los primeros piden rebaja generalizada de tributos y la reimplantación de aportes patronales en empresas de servicios para subsidiar a desocupados.

Los segundos abogan por una política más cautelosa, consistente en reducir gastos para después rebajar impuestos.

A fin de compatibilizar opiniones, se pasó a un cuarto intermedio, con el propósito de constituir una comisión técnica que permita acercar posiciones entre ambos sectores.

Por su parte, la Secretaría de Industria anunció que la concreción del acuerdo automotor con Brasil. El convenio, firmado el martes próximo pasado, entrará en vigor el 1º de enero y regirá hasta el año 2005.

Pero los representantes de la Asociación de Fábricas de Automotores no están conformes con el tratado.

El principal punto de disputa es el componente nacional que deben integrar los camiones fabricados en la Argentina: el acuerdo dice de 37%, pero las terminales pretenden que sea de 25%.

Entre todas estas iniciativas, las cifras siguen siendo negativas; el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informó que la producción industrial de octubre descendió 3,5% respecto de la correspondiente al mismo mes de 1999 y 1,4% en relación con la de septiembre último.

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