En la segunda jornada de la 27ª Convención Nacional del Instituto de Ejecutivos en Finanzas, que se lleva a cabo en Salta, Eduardo Curia y Carlos Melconian repartieron la cara y ceca del programa económico en marcha: el primero descartó que la expansión argentina obedezca a que recibe “viento de cola” internacional; en cambio, para el segundo, la bonanza económica internacional es lo que hoy salva a la región, hay plata”.
El economista enrolado en el Grupo Fénix, uno de los sostenes íntelectuales de la política aplicada por Néstor Kirchner en la materia, subrayó la existencia de un valor agregado estratégico que ha hecho superar la media mundial y regional. Aunque advirtió que “será sólo un conato de desarrollo, si el crecimiento no se sostiene por lo menos durante dos décadas”. Como premisa del modelo, sostuvo Curia la necesidad de “un tipo de cambio alto, competitivo, porque hay que generar divisas a través del comercio, no del endeudamiento”.
Alertó sin embargo contra la inflación: “Cuando se entra en los dos dígitos, no se sabe cómo se termina”. Y también sobre la necesidad de un alto crecimiento: “La tasa no debe ser inferior al 6%, y para eso se necesitan inversiones, en cantidad y calidad, hoy estamos en 22% del PBI, tenemos que ir al 25 o 26%, y terminar 2007 con un dígito de desempleo, y seguir bajando”. “Se ha ganado una batalla, tuvimos un cuatrienio glorioso”, dijo, “pero aún no se ganó la guerra”.
Carlos Melconián, de extracción liberal, enumeró: “Herencia, mérito y suerte son los tres factores que definen la performance del gobierno”.
“Es más fácil ser ministro de Economía hoy que después de los 80”, y aclaró que “Argentina, con Venezuela y Uruguay, crecieron más porque cayeron más”. “No hay diseño de políticas macro ni exterior, se gobierna con la caja, tipo almacenero, sin que ello esté mal.
A Melconián no le preocupa la ideología del presidente, “sí me preocupa su personalidad”.
Puesto a encontrar una definición de modelo, opinó que “es un poco de todo, aunque hoy todavía, y parafraseanda a Discépolo, es más Biblia que calefón”. “Está basado en el consumo y en la obra pública, con la nafta más barata del mundo luego de Venezuela”.
Advirtió que, en sintonía con lo que les sucedió a los defensores de la convertibilidad, “el modelo está entrando en una peligrosa etapa de enamoramiento, además de que vamos, en los próximos dos años, por el filo de la navaja en materia energética. El escenario es entonces de incertidumbre”.
En la segunda jornada de la 27ª Convención Nacional del Instituto de Ejecutivos en Finanzas, que se lleva a cabo en Salta, Eduardo Curia y Carlos Melconian repartieron la cara y ceca del programa económico en marcha: el primero descartó que la expansión argentina obedezca a que recibe “viento de cola” internacional; en cambio, para el segundo, la bonanza económica internacional es lo que hoy salva a la región, hay plata”.
El economista enrolado en el Grupo Fénix, uno de los sostenes íntelectuales de la política aplicada por Néstor Kirchner en la materia, subrayó la existencia de un valor agregado estratégico que ha hecho superar la media mundial y regional. Aunque advirtió que “será sólo un conato de desarrollo, si el crecimiento no se sostiene por lo menos durante dos décadas”. Como premisa del modelo, sostuvo Curia la necesidad de “un tipo de cambio alto, competitivo, porque hay que generar divisas a través del comercio, no del endeudamiento”.
Alertó sin embargo contra la inflación: “Cuando se entra en los dos dígitos, no se sabe cómo se termina”. Y también sobre la necesidad de un alto crecimiento: “La tasa no debe ser inferior al 6%, y para eso se necesitan inversiones, en cantidad y calidad, hoy estamos en 22% del PBI, tenemos que ir al 25 o 26%, y terminar 2007 con un dígito de desempleo, y seguir bajando”. “Se ha ganado una batalla, tuvimos un cuatrienio glorioso”, dijo, “pero aún no se ganó la guerra”.
Carlos Melconián, de extracción liberal, enumeró: “Herencia, mérito y suerte son los tres factores que definen la performance del gobierno”.
“Es más fácil ser ministro de Economía hoy que después de los 80”, y aclaró que “Argentina, con Venezuela y Uruguay, crecieron más porque cayeron más”. “No hay diseño de políticas macro ni exterior, se gobierna con la caja, tipo almacenero, sin que ello esté mal.
A Melconián no le preocupa la ideología del presidente, “sí me preocupa su personalidad”.
Puesto a encontrar una definición de modelo, opinó que “es un poco de todo, aunque hoy todavía, y parafraseanda a Discépolo, es más Biblia que calefón”. “Está basado en el consumo y en la obra pública, con la nafta más barata del mundo luego de Venezuela”.
Advirtió que, en sintonía con lo que les sucedió a los defensores de la convertibilidad, “el modelo está entrando en una peligrosa etapa de enamoramiento, además de que vamos, en los próximos dos años, por el filo de la navaja en materia energética. El escenario es entonces de incertidumbre”.