Distensión: EE.UU. estudia una nueva propuesta de Norcorea

Tras el desplante del jueves, Norcorea acercó a EE.UU. una propuesta de solución de fondo para el problema nuclear. Pero, admitió Colin Powell en lenguaje conciliador –que ayudó a un alza bursátil internacional- , “pedirán algo a cambio”.

29 abril, 2003

Este fin de semana, Pyongyang le comunicó a Washington, vía Beijing, que su retiro de las negociaciones no afectaba el plan puesto sobre la mesa. El documento admite capacidad y armas atómicas, lo cual “quiebra una negativa de años. Los norcoreanos, en efecto –señalaba Powell-, se muestran dispuestos a seguir con las reuniones y discutir todos los puntos emergentes”.

En forma indirecta, el régimen de Kim Jong Il “aceptaría una solución definitiva de los aspectos bélicos, en particular el de proyectiles. Pero algo querrán a cambio, sin la menor duda, y lo analizaremos”, decía el secretario de Estado. Su actitud contrasta con la de George W. Bush, quien –hace tres días- sostuvo que “Norcorea vuelve al chantaje”. Powell mismo dijo algo similar, el viernes.

En todo caso, la estrategia estadounidense también se ha modificado. Ahora Washington ya no se niega redondamente a ofrecer “incentivos” para que Pyongyang ceda en su intransigencia nuclear. Observadores de Hongkong y Taipei sospechan que ha habido crecientes presiones de Surcorea y Japón sobre EE.UU. y de China y Rusia sobre Norcorea, para desactivar el conflicto. En Tokio, inclusive se hablaba de “discretas conversaciones” entre Taipei y Beijing. Este cambio de clima, sumado a buenos balances en algunos sectores, promovió repuntes bursátiles que iban de 1,75 a 2,75%.

Este fin de semana, Pyongyang le comunicó a Washington, vía Beijing, que su retiro de las negociaciones no afectaba el plan puesto sobre la mesa. El documento admite capacidad y armas atómicas, lo cual “quiebra una negativa de años. Los norcoreanos, en efecto –señalaba Powell-, se muestran dispuestos a seguir con las reuniones y discutir todos los puntos emergentes”.

En forma indirecta, el régimen de Kim Jong Il “aceptaría una solución definitiva de los aspectos bélicos, en particular el de proyectiles. Pero algo querrán a cambio, sin la menor duda, y lo analizaremos”, decía el secretario de Estado. Su actitud contrasta con la de George W. Bush, quien –hace tres días- sostuvo que “Norcorea vuelve al chantaje”. Powell mismo dijo algo similar, el viernes.

En todo caso, la estrategia estadounidense también se ha modificado. Ahora Washington ya no se niega redondamente a ofrecer “incentivos” para que Pyongyang ceda en su intransigencia nuclear. Observadores de Hongkong y Taipei sospechan que ha habido crecientes presiones de Surcorea y Japón sobre EE.UU. y de China y Rusia sobre Norcorea, para desactivar el conflicto. En Tokio, inclusive se hablaba de “discretas conversaciones” entre Taipei y Beijing. Este cambio de clima, sumado a buenos balances en algunos sectores, promovió repuntes bursátiles que iban de 1,75 a 2,75%.

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