En la tarde-noche de hoy, martes 15 de enero 2019, los Miembros del Parlamento Británico tomarán una decisión que afectará por muchos años a los 66 millones de ciudadanos.
Deberán decidir si apoyan el acuerdo por el Brexit que presenta la Primera Ministro, negociado juntamente con la Comisión Europea, y colocan al país en la recta final hacia su salida de la Comunidad Europea el 29 de marzo, o si lo rechazan. En este último caso, el Parlamento y el país permanecerán en esa especie de limbo en que han estado durante los últimos dos años y medio.
Todas las predicciones indican que May perderá la votación. Originalmente estaba fijada para diciembre, pero la ministro la postergó al escuchar de sus propios asesores que la perdería abrumadoramente. Luego superó una crisis con miembros de su propio partido conservador que intentaron derrocarla pidiendo un voto de no confianza.
El acuerdo para el Brexit que May negoció con los líderes de la UE resultó impopular con políticos de todos los partidos, pero ella sigue esperanzada en que logrará el apoyo que busca y ganará suficientes votos como para aprobarlo.
Gran Bretaña votó en junio 2016 por abandonar la Unión Europea ganando con un margen de 52% a 48%. El resultado shockeó al mundo porque ningún país hasta la fecha había decidido abandonar el bloque y porque no se venía con claridad bajo qué términos se separaría.
El domingo, la Primera ministro posteó en su muro de Facebook: “Esta votación implica la mayor y más importante decisión que se pedirá jamás a esta generación de parlamentarios. Si el Parlamento no se une y respalda este acuerdo en nombre de nuestro interés nacional, corremos el riesgo de irnos sin acuerdo, con toda la incertidumbre que eso implica en términos de empleos y seguridad. O, si no están dispuestos a enfrentar la incertidumbre de no tener acuerdo ni tampoco otro ofrecimiento sobre la mesa, corremos el riesgo de no abandonar la Unión Europea”.