<p>Al igual que Nicolás Sarkozy, exige “un papel más amplio para la Eurozona, hoy el mayor producto bruto interno del mundo”. Obviamente, la canciller busca contener el populismo de la nueva izquierda germana exponiendo a la especulación –bolsa, banca, productos primarios- como obstáculo para crecer, elevar empleo y desarrollar la sociedad.</p>
<p>Por otro lado, Merkel y Sarkozy tienen desde hace meses una especie de relación-rivalidad. Esto se nota a medida que se acerca el recambio en la presidencia de la Unión Europea, que pasará de un pálido portugués (José Manoel Durão Barroso, hombre del mercado) a un francés.</p>
<p>No es casual, tampoco, que las declaraciones de la canciller coincidan con una visita a Alemania de George W.Bush, paladín de banqueros, no sólo norteamericanos. Como para completar el cuadro, al día siguiente aterrizaba en Berlín el flamante presidente ruso, Dmitri Medvyédiev, quien días atrás denostaba a EE.UU. como responsable de la doble crisis hipotecaria y crediticia que azota a Occidente.</p>
<p>Sin dejar de criticar sus posturas, el periódico londinense admite que “Merkel es la principal líder política de la Eurozona”. O sea, del bloque que, gracias a su tozudez, Gran Bretaña se resiste a integrar. “Hace dos siglos, Napoleón le bloqueaba el continente a Inglaterra, pero ésta dominaba los mares y su modelo económico era el más adelantado del mundo. Hoy –comentaba el sueco “Nyhens Dageter”- es al revés y Londres está fuera de Europa, como Suiza”.</p>
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Como Sarkozy, Merkel da por agotado el modelo anglosajón
Antes fue el presidente francés, ahora es la canciller alemana. Hablando nada menos que con el Financial Times reducto de ortodoxia-, Angela Merkel declara inválida la preeminencia de los mercados financieros sobre la economía real.