Combustibles alternativos ¿clave del futuro o futura desilusión?

Con crudos nuevamennte a más de US$ 60 y naftas a 80 centavos el litro en Estados Unidos, el motor de combustión interna parece acercarse a la declinación. Suena la hora del gas y los combustibles opcionales. ¿Será así?

9 febrero, 2006

Por el momento, ninguna tecnología opcional –salvo la del gas natural, que no lo es- muestra clara ventaja sobre el resto. Cada una tiene ventajas, inconvenientes y obstáculos a superar. Por ejemplo, los motores diesel -o sea a gasoil- ya no se parecen a los que fracasaron en los 70 (en EE.UU., claro, no en muchos países periféricos). Los actuales, que mueven casi la mitad de coches en toda Europa y gran parte de Latinoamèrica, Asia meridional y oriental, incorporan partes electrónicas avanzadas y logran mezclas de combustión más “limpia”.

Por supuesto, los diesel tienen sus desventajas: expelen más óxido de nitrógeno y más hollín que los motores a nafta. El gas natural comprimido también tiene sus inconvenientes, aunque sean menos. Entretanto, los híbridos ya no parecen una simple moda: en 2005, Toyota vendiò más de 9.500 modelos Prius por mes en EE.UU.

Eso significa que ese auto fue más comprado que modelos grandes tan tradicionales como el Pontiac G6 (General Motors) o el Chrysler Pacifica. Si bien el Prius rinde muchos más kilómetros por litro, no todos los híbridos son tan económicos. El Accord H de Honda, más amplio que el Prius y con menos uso del motor eléctrico, solo rinde algo más que el Accord convencional.

Por otra parte, se espera hacia 2007/8 que BMW agregue otro tipo de motor al mercado alternativo, capaz de emplear indistintamente nafta o hidrógeno. Su prototipo se llama H2R y ha alcanzado los 295 km/hora. La firma pondrá en plaza, dentro de dos años, un sedán serie 7 con ese equipo. Más en largo plazo, los fabricantes cifran esperanzas en motores a células de hidrógeno y una reacción química que genera electricidad y agua. De hecho, ya se conoce un prototipo de DaimlerChrysler, el F-Cell.

En medio de la polémica, reaparece la “alconafta”. Vale dedir, el etanol, que está cobrandoi importancias en paíase que han puesto en prácticas exitosos programa de substitución. Brasil es el máximioejemplo. Su vecina, Argentina, marca un preocupante contraste. Mientras, las estrellas mundiales de los hidrocarburos viven cambios de otra naturaleza: Saudiarabia, el país con más reserva cubicada (264.000 millones de barriles, 2005), queda segunda en producción (8.880.000 barriles diarios) y la supera Rusia (8.910.000 b/d).

Por el momento, ninguna tecnología opcional –salvo la del gas natural, que no lo es- muestra clara ventaja sobre el resto. Cada una tiene ventajas, inconvenientes y obstáculos a superar. Por ejemplo, los motores diesel -o sea a gasoil- ya no se parecen a los que fracasaron en los 70 (en EE.UU., claro, no en muchos países periféricos). Los actuales, que mueven casi la mitad de coches en toda Europa y gran parte de Latinoamèrica, Asia meridional y oriental, incorporan partes electrónicas avanzadas y logran mezclas de combustión más “limpia”.

Por supuesto, los diesel tienen sus desventajas: expelen más óxido de nitrógeno y más hollín que los motores a nafta. El gas natural comprimido también tiene sus inconvenientes, aunque sean menos. Entretanto, los híbridos ya no parecen una simple moda: en 2005, Toyota vendiò más de 9.500 modelos Prius por mes en EE.UU.

Eso significa que ese auto fue más comprado que modelos grandes tan tradicionales como el Pontiac G6 (General Motors) o el Chrysler Pacifica. Si bien el Prius rinde muchos más kilómetros por litro, no todos los híbridos son tan económicos. El Accord H de Honda, más amplio que el Prius y con menos uso del motor eléctrico, solo rinde algo más que el Accord convencional.

Por otra parte, se espera hacia 2007/8 que BMW agregue otro tipo de motor al mercado alternativo, capaz de emplear indistintamente nafta o hidrógeno. Su prototipo se llama H2R y ha alcanzado los 295 km/hora. La firma pondrá en plaza, dentro de dos años, un sedán serie 7 con ese equipo. Más en largo plazo, los fabricantes cifran esperanzas en motores a células de hidrógeno y una reacción química que genera electricidad y agua. De hecho, ya se conoce un prototipo de DaimlerChrysler, el F-Cell.

En medio de la polémica, reaparece la “alconafta”. Vale dedir, el etanol, que está cobrandoi importancias en paíase que han puesto en prácticas exitosos programa de substitución. Brasil es el máximioejemplo. Su vecina, Argentina, marca un preocupante contraste. Mientras, las estrellas mundiales de los hidrocarburos viven cambios de otra naturaleza: Saudiarabia, el país con más reserva cubicada (264.000 millones de barriles, 2005), queda segunda en producción (8.880.000 barriles diarios) y la supera Rusia (8.910.000 b/d).

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