Cinco años de crecimiento para generar fuentes de trabajo
El titular de la Sociedad de Estudios Laborales, Ernesto Kritz, dijo que serán necesarios cinco años consecutivos de crecimiento económico para que medio millón de personas que actualmente reciben subsidios sean absorbidos por el mercado laboral.
Kritz precisó que este medio millón apenas representa un 25 por ciento de quienes fueron alcanzados por los planes Jefes y Jefas de Hogar Desocupados.
Kritz destacó que para absorber ese mismo 25 por ciento de
beneficiados por los planes sociales, el empleo privado debería
crecer más del 12 por ciento, y si se pretendiera llevar esa
absorción al 40 por ciento de los subsidiados, el aumento de
trabajo en el sector privado debería ser del 20 por ciento.
Durante su disertación en el 39 Coloquio Anual de IDEA que se
realiza en Mar del Plata, el director de la SEL afirmó que los
planes asistenciales “fueron una decisión correcta” del gobierno
de Eduardo Duhalde, porque aseguró que “la red de contención fue
decisiva para evitar que el drama se convirtiera en tragedia”.
De todos modos, señaló que “hay un montón de gente que recibe
subsidios y no los declara”, y precisó que “los niveles de
subdeclaración están entre el 20 y el 30 por ciento”.
Además, puntualizó que uno de cada cinco hogares en la
Argentina recibe subsidios, y en algunas provincias llegan a ser
uno de cada dos.
También destacó que “existen 50 beneficiados por planes por
cada 100 asalariados en blanco”, y añadió que en algunas
provincias son más de 200 y hasta 400, como el caso de Formosa,
los que reciben programas asistenciales por cada centenar de
empleados del sector formal.
En la misma línea, el ex jefe de Gabinete y diputado electo
Alfredo Atanasof indicó que el acuerdo con el Fondo “fue un paso
importante” para la recuperación de la Argentina, pero consideró
que “un crecimiento del 6 ó el 7 por ciento, como el pronosticado
para este año, no es suficiente y solo con eso llevará años
reducir el desempleo a un dígito”.
El ex funcionario propuso alcanzar una concertación entre el
Gobierno, los empresarios y los sindicalistas para mejorar los
programas y transformas los subsidios en “verdaderas oportunidades
de inserción laboral”.
“La magnitud de la cobertura no representó para nadie motivo de
orgullo y satisfacción. Hubiéramos preferido crear dos millones de
puestos de trabajo”, afirmó el ex ministro de Trabajo, que ocupó
esa cartera cuando se lanzaron los planes Jefes y Jefas de Hogar.
Y remarcó que los programas se entregaron “para recuperar la paz
social, no fue una actitud demagógica”.
Por su lado, el presidente de Cáritas, Eduardo Serantes,
coincidió en la necesidad y lo correcto de haber lanzado los
planes de asistencia social por parte de Duhalde, pero señaló que
“aunque la magnitud de la crisis es inédita y los cambios
requeridos son profundos, sería bueno ver de este Gobierno alguna
medida en esa dirección”.
Serantes propuso un programa de lucha contra el hambre que
contemple “una nueva política universal de subsidios asistenciales
sin excluidos, que asegure la cobertura en salud y educación, y
posibilite la reinserción laboral a través de la capacitación”.
Kritz precisó que este medio millón apenas representa un 25 por ciento de quienes fueron alcanzados por los planes Jefes y Jefas de Hogar Desocupados.
Kritz destacó que para absorber ese mismo 25 por ciento de
beneficiados por los planes sociales, el empleo privado debería
crecer más del 12 por ciento, y si se pretendiera llevar esa
absorción al 40 por ciento de los subsidiados, el aumento de
trabajo en el sector privado debería ser del 20 por ciento.
Durante su disertación en el 39 Coloquio Anual de IDEA que se
realiza en Mar del Plata, el director de la SEL afirmó que los
planes asistenciales “fueron una decisión correcta” del gobierno
de Eduardo Duhalde, porque aseguró que “la red de contención fue
decisiva para evitar que el drama se convirtiera en tragedia”.
De todos modos, señaló que “hay un montón de gente que recibe
subsidios y no los declara”, y precisó que “los niveles de
subdeclaración están entre el 20 y el 30 por ciento”.
Además, puntualizó que uno de cada cinco hogares en la
Argentina recibe subsidios, y en algunas provincias llegan a ser
uno de cada dos.
También destacó que “existen 50 beneficiados por planes por
cada 100 asalariados en blanco”, y añadió que en algunas
provincias son más de 200 y hasta 400, como el caso de Formosa,
los que reciben programas asistenciales por cada centenar de
empleados del sector formal.
En la misma línea, el ex jefe de Gabinete y diputado electo
Alfredo Atanasof indicó que el acuerdo con el Fondo “fue un paso
importante” para la recuperación de la Argentina, pero consideró
que “un crecimiento del 6 ó el 7 por ciento, como el pronosticado
para este año, no es suficiente y solo con eso llevará años
reducir el desempleo a un dígito”.
El ex funcionario propuso alcanzar una concertación entre el
Gobierno, los empresarios y los sindicalistas para mejorar los
programas y transformas los subsidios en “verdaderas oportunidades
de inserción laboral”.
“La magnitud de la cobertura no representó para nadie motivo de
orgullo y satisfacción. Hubiéramos preferido crear dos millones de
puestos de trabajo”, afirmó el ex ministro de Trabajo, que ocupó
esa cartera cuando se lanzaron los planes Jefes y Jefas de Hogar.
Y remarcó que los programas se entregaron “para recuperar la paz
social, no fue una actitud demagógica”.
Por su lado, el presidente de Cáritas, Eduardo Serantes,
coincidió en la necesidad y lo correcto de haber lanzado los
planes de asistencia social por parte de Duhalde, pero señaló que
“aunque la magnitud de la crisis es inédita y los cambios
requeridos son profundos, sería bueno ver de este Gobierno alguna
medida en esa dirección”.
Serantes propuso un programa de lucha contra el hambre que
contemple “una nueva política universal de subsidios asistenciales
sin excluidos, que asegure la cobertura en salud y educación, y
posibilite la reinserción laboral a través de la capacitación”.
