No hay acuerdo sobre el pago de vencimientos

El gobierno admitió que la negociación con el FMI no está cerrada y reconoció que tampoco existe una estrategia única sobre cómo enfrentar el vencimiento de 2.900 millones de dólares, previsto para el 9 de septiembre próximo.

19 agosto, 2003

En medio de esta negociación crucial, el propio presidente
Néstor Kirchner aseguró hoy que la deuda es “impagable” y advirtió
que “no se puede vivir condenando a nuestros pueblos a la pobreza
y la marginación”.

En el gobierno no hay una posición única sobre cómo encarar
este tramo decisivo de la negociación.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, estaría recomendando
dar una señal de buena voluntad al Fondo y el 9 de septiembre
próximo pagar un tercio del vencimiento, unos 1.000 Millones de
dólares, a la espera de que se cierre el acuerdo, algo que no
ocurriría antes de mediados del mes próximo.

En cambio, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, negó que el
Gobierno vaya a echar mano de las reservas del BCRA para pagarle
al FMI, aunque vaticinó que las negociaciones que se llevan a cabo
con ese organismo “llegarán a buen puerto”.

En tanto, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, admitió
que el Gobierno podría recurrir a las reservas como una “vía de
pagos alternativos a través de reservas, pero todavía eso no está
en claro”.

Sin embargo, Kirchner fue más duro que sus funcionarios y
reivindicó la denominada “doctrina Drago”, que impulsa el “no
cobro compulsivo de la deuda externa”.

“La deuda externa abruma a nuestros pueblos”, enfatizó
Kirchner, y criticó las políticas que “condenan al hambre” a
amplios sectores de la población.

La posición del gobierno es dejar en claro que cualquier
acuerdo que se realice con el FMI no deberá impedir la
recuperación de la economía argentina.

Esta cuestión está directamente relacionada con el nivel de
ahorro fiscal que la Argentina se compromete a cumplir durante los
tres años que se extendería el acuerdo.

La propuesta del equipo encabezado por Lavagna es comprometerse
a alcanzar un superávit equivalente al 3 por ciento del Producto
Bruto y mantener ese nivel entre 2004 y 2006.

En cambio, los técnicos del Fondo impulsan obligar a la
Argentina a un ahorro del 3,5 por ciento del PBI en el 2004, del 4
por ciento en el 2005 y del 4,5 en el 2006.

Este es el tema central que traba la negociación con el
organismo y que debería empezar a ser destrabado en Washington en
reuniones que mantendrán los enviados del FMI con las máximas
autoridades del Fondo, Horst Köhler, Anne Krueger y Anoop Singh.

Sobre este tema, el jefe de Gabinete aclaró que con ese
organismo “no se llegará a ningún acuerdo” que impida a la
Argentina salir del “proceso recesivo”.

El funcionario sostuvo que “el Estado debe ser capaz de
discutir con los organismos internacionales de crédito con una
lógica distinta a la de los últimos años, donde sólo se firmaba
para perdurar”.

A su criterio, “los argentinos ya sabemos hacia dónde conducen
las lógicas que fueron aplicadas. Nosotros estamos llevando
adelante una negociación con la lógica de ser parte del mundo
global con presencia, con transparencia, y reclamando la parte que
como país nos corresponde”.

Al respecto, aclaró que “ello quiere decir no llegar a ningún
acuerdo que postergue nuestras legítimas aspiraciones de
crecimiento. No llegar a ningún acuerdo que impida salir del
proceso recesivo que Argentina vivió desde 1997 en adelante”.

“Por lo tanto, en esos términos proponemos alcanzar un acuerdo,
ya que esa es la salida inteligente que un Estado debe imponer,
porque no nos interesa quedar aislados del mundo”, añadió.

En la misma línea, el ministro del Interior señaló que el
presidente Kirchner “ratificó la vocación de ponernos de acuerdo
con el FMI, pero también la necesidad de que para acordar, hay que
evitar hacerlo a costa del hambre de la gente, del dolor de los
demás”.

En el Ministerio de Economía aguardan que el Congreso apruebe
mañana la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que
permitiría incrementar al 10 por ciento de la base monetaria los
anticipos que la autoridad monetaria puede hacer al Tesoro.

Si esto sucede, el Central estará en condiciones de adelantar
unos 1.450 Millones de dólares, la mitad de lo que el país
necesita para hacer frente al crucial vencimiento.

Otro temas que traban el acuerdo son la reestructuración del
sistema financiero, la renegociación de la deuda y los ajustes en
las tarifas de servicios públicos.

En medio de esta negociación crucial, el propio presidente
Néstor Kirchner aseguró hoy que la deuda es “impagable” y advirtió
que “no se puede vivir condenando a nuestros pueblos a la pobreza
y la marginación”.

En el gobierno no hay una posición única sobre cómo encarar
este tramo decisivo de la negociación.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, estaría recomendando
dar una señal de buena voluntad al Fondo y el 9 de septiembre
próximo pagar un tercio del vencimiento, unos 1.000 Millones de
dólares, a la espera de que se cierre el acuerdo, algo que no
ocurriría antes de mediados del mes próximo.

En cambio, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, negó que el
Gobierno vaya a echar mano de las reservas del BCRA para pagarle
al FMI, aunque vaticinó que las negociaciones que se llevan a cabo
con ese organismo “llegarán a buen puerto”.

En tanto, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, admitió
que el Gobierno podría recurrir a las reservas como una “vía de
pagos alternativos a través de reservas, pero todavía eso no está
en claro”.

Sin embargo, Kirchner fue más duro que sus funcionarios y
reivindicó la denominada “doctrina Drago”, que impulsa el “no
cobro compulsivo de la deuda externa”.

“La deuda externa abruma a nuestros pueblos”, enfatizó
Kirchner, y criticó las políticas que “condenan al hambre” a
amplios sectores de la población.

La posición del gobierno es dejar en claro que cualquier
acuerdo que se realice con el FMI no deberá impedir la
recuperación de la economía argentina.

Esta cuestión está directamente relacionada con el nivel de
ahorro fiscal que la Argentina se compromete a cumplir durante los
tres años que se extendería el acuerdo.

La propuesta del equipo encabezado por Lavagna es comprometerse
a alcanzar un superávit equivalente al 3 por ciento del Producto
Bruto y mantener ese nivel entre 2004 y 2006.

En cambio, los técnicos del Fondo impulsan obligar a la
Argentina a un ahorro del 3,5 por ciento del PBI en el 2004, del 4
por ciento en el 2005 y del 4,5 en el 2006.

Este es el tema central que traba la negociación con el
organismo y que debería empezar a ser destrabado en Washington en
reuniones que mantendrán los enviados del FMI con las máximas
autoridades del Fondo, Horst Köhler, Anne Krueger y Anoop Singh.

Sobre este tema, el jefe de Gabinete aclaró que con ese
organismo “no se llegará a ningún acuerdo” que impida a la
Argentina salir del “proceso recesivo”.

El funcionario sostuvo que “el Estado debe ser capaz de
discutir con los organismos internacionales de crédito con una
lógica distinta a la de los últimos años, donde sólo se firmaba
para perdurar”.

A su criterio, “los argentinos ya sabemos hacia dónde conducen
las lógicas que fueron aplicadas. Nosotros estamos llevando
adelante una negociación con la lógica de ser parte del mundo
global con presencia, con transparencia, y reclamando la parte que
como país nos corresponde”.

Al respecto, aclaró que “ello quiere decir no llegar a ningún
acuerdo que postergue nuestras legítimas aspiraciones de
crecimiento. No llegar a ningún acuerdo que impida salir del
proceso recesivo que Argentina vivió desde 1997 en adelante”.

“Por lo tanto, en esos términos proponemos alcanzar un acuerdo,
ya que esa es la salida inteligente que un Estado debe imponer,
porque no nos interesa quedar aislados del mundo”, añadió.

En la misma línea, el ministro del Interior señaló que el
presidente Kirchner “ratificó la vocación de ponernos de acuerdo
con el FMI, pero también la necesidad de que para acordar, hay que
evitar hacerlo a costa del hambre de la gente, del dolor de los
demás”.

En el Ministerio de Economía aguardan que el Congreso apruebe
mañana la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que
permitiría incrementar al 10 por ciento de la base monetaria los
anticipos que la autoridad monetaria puede hacer al Tesoro.

Si esto sucede, el Central estará en condiciones de adelantar
unos 1.450 Millones de dólares, la mitad de lo que el país
necesita para hacer frente al crucial vencimiento.

Otro temas que traban el acuerdo son la reestructuración del
sistema financiero, la renegociación de la deuda y los ajustes en
las tarifas de servicios públicos.

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