Caso Parmalat: varios bancos están en la picota

El tiempo profundiza la crisis de Parmalat. Algunos analistas especulan ya con una venta de activos, para mantener la producción en marcha. Nuevos detenidos e interrogatorios cuestionan el papel de los bancos.

11 enero, 2004

Al terminar la semana, se allanaron y registraron durante doce horas las oficinas de Bank of America en Milán. Los fiscales presumen “connivencia” entre la entidad y el grupo de Collecchio. El propio Calisto Tanzi, fundador y ex CEO, reveló que ese banco y otros conocían la situación casi terminal de la empresa desde el 4 de diciembre.

A su vez, el ministro de Economía Giulio Tremonti reiteró el sábado que Antonio Fazio, enemigo político suyo y titular de Banca d’Italia (central), escondía datos claves desde septiembre. Pero, sin duda, el sector financiero ocupa hoy el centro de la escena.

“Parmalat nos engañó a todos”, sostuvo Maurizio Sella, presidente de Associazione Bancaria Italiana (ABI). No obstante, parece que fuera al revés: varias entidades no cumplieron con sus obligaciones a ahorristas e inversores y mantuvieron un llamativo silencio. Una de las principales, Capitalia, está por perder al CEO Cesare Geronzi y otros directivos, justamente por eso.

Asimismo, deberá reembolsar € 60 millones a tenedores de obligaciones negociables emitidas por el grupo parmesano y Cirio, otra firma familiar en crisis. No obstante, hasta ahora el más expuesto es BofA, primera institución objeto de una requisa formal. No es ajeno a ella el arresto de Giovanni Bonici, jefe de Parmalat Venezuela y muy vinculado a la filial brasileña, vía Ettore Giugovaz (viejo compinche de don Calisto).

El papel del banco norteamericano es casi “fundacional” en este escándalo. El 19 de diciembre, BofA declaró falsos los certificados de depósito por un total de € 3.950 millones en favor de Bonlat Financing, una sociedad ficticia “residente” en Caimán. “Se sospecha –reza la orden de allanamiento firmada por el fiscal Eugenio Fusco- que se eligió este banco por su presunta connivencia, al permitir la emisión de bonos y obligaciones sin examinar las cuentas de Parmalat”.

Tampoco Deutsche Bank está libre de culpas. Según datos conocidos el sábado, la mayor entidad financiera privada de Alemania muestra aspectos comprometedores. Por ejemplo, una reorganización contable programada meses antes del derrumbe involucraba a Standard & Poor’s, pero su agente era Massimo Armanini, ex gerente de Parmalat y por entonces ejecutivo de DB.

Poco después, Armanini abandonaba ese proyecto y gestionaba una fusión con el grupo norteramericano Dean Foods. Pero ya era tarde y se precipitaban los acontecimientos. Otros bancos relacionados con el escándalo son Intesa, MontePaschi y San Paolo-IMI.

Al terminar la semana, se allanaron y registraron durante doce horas las oficinas de Bank of America en Milán. Los fiscales presumen “connivencia” entre la entidad y el grupo de Collecchio. El propio Calisto Tanzi, fundador y ex CEO, reveló que ese banco y otros conocían la situación casi terminal de la empresa desde el 4 de diciembre.

A su vez, el ministro de Economía Giulio Tremonti reiteró el sábado que Antonio Fazio, enemigo político suyo y titular de Banca d’Italia (central), escondía datos claves desde septiembre. Pero, sin duda, el sector financiero ocupa hoy el centro de la escena.

“Parmalat nos engañó a todos”, sostuvo Maurizio Sella, presidente de Associazione Bancaria Italiana (ABI). No obstante, parece que fuera al revés: varias entidades no cumplieron con sus obligaciones a ahorristas e inversores y mantuvieron un llamativo silencio. Una de las principales, Capitalia, está por perder al CEO Cesare Geronzi y otros directivos, justamente por eso.

Asimismo, deberá reembolsar € 60 millones a tenedores de obligaciones negociables emitidas por el grupo parmesano y Cirio, otra firma familiar en crisis. No obstante, hasta ahora el más expuesto es BofA, primera institución objeto de una requisa formal. No es ajeno a ella el arresto de Giovanni Bonici, jefe de Parmalat Venezuela y muy vinculado a la filial brasileña, vía Ettore Giugovaz (viejo compinche de don Calisto).

El papel del banco norteamericano es casi “fundacional” en este escándalo. El 19 de diciembre, BofA declaró falsos los certificados de depósito por un total de € 3.950 millones en favor de Bonlat Financing, una sociedad ficticia “residente” en Caimán. “Se sospecha –reza la orden de allanamiento firmada por el fiscal Eugenio Fusco- que se eligió este banco por su presunta connivencia, al permitir la emisión de bonos y obligaciones sin examinar las cuentas de Parmalat”.

Tampoco Deutsche Bank está libre de culpas. Según datos conocidos el sábado, la mayor entidad financiera privada de Alemania muestra aspectos comprometedores. Por ejemplo, una reorganización contable programada meses antes del derrumbe involucraba a Standard & Poor’s, pero su agente era Massimo Armanini, ex gerente de Parmalat y por entonces ejecutivo de DB.

Poco después, Armanini abandonaba ese proyecto y gestionaba una fusión con el grupo norteramericano Dean Foods. Pero ya era tarde y se precipitaban los acontecimientos. Otros bancos relacionados con el escándalo son Intesa, MontePaschi y San Paolo-IMI.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades