Cae asesor clave de González y éste corre peligro

Kyle Sampson, ex jefe de gabinete en el departamento de justicia, renunció por un escándalo sobre despido de fiscales poco gratos a la Casa Blanca. Ahora se especula sobre la suerte del titular, Alberto González.

14 marzo, 2007

De hecho, varios legisladores exigen la dimisión de un hombre muy allegado al presidente George W.Bush y al vice, Richard Cheney. En verdad, el congreso investiga el despido de ocho fiscales, en 2006, debido a acciones criticadas por influyentes republicanos. Pero, de ser así, el poder ejecutivo ha interferido ilegalmente en causas que atañen al judicial.

Un vocero de justicia admitió a la prensa que Sampson había tenido que irse “por su papel en los despidos”. Pero, entonces, González queda implicado por elevación. Los diarios más relevantes de Estados Unidos revelaron, esta semana, que la Casa Blanca transmitió hace dos años a justicia una idea de Cheney: relevar a los 96 fiscales federales. La sugerencia se redujo a “un pequeño grupo molesto”.

Los ochos fueron despedidos después de que Bush dijera a González que no investigaban con la energía necesaria casos de fraude electoral, denunciados por republicanos. Así les confirmó al “Washington post” y al “NewYork times” Dana Perino, portavoz del departamento.

Sampson renunció luego de aceptar no haber informado a otros funcionarios de justicia sobre los alcances de sus relaciones con la Casa Blanca. Estas omisiones impidieron ofrecer datos completos al congreso. Ante ello, legisladores demócratas se manifestaron escandalizados y, ahora, esperan la dimisión de González.

De hecho, varios legisladores exigen la dimisión de un hombre muy allegado al presidente George W.Bush y al vice, Richard Cheney. En verdad, el congreso investiga el despido de ocho fiscales, en 2006, debido a acciones criticadas por influyentes republicanos. Pero, de ser así, el poder ejecutivo ha interferido ilegalmente en causas que atañen al judicial.

Un vocero de justicia admitió a la prensa que Sampson había tenido que irse “por su papel en los despidos”. Pero, entonces, González queda implicado por elevación. Los diarios más relevantes de Estados Unidos revelaron, esta semana, que la Casa Blanca transmitió hace dos años a justicia una idea de Cheney: relevar a los 96 fiscales federales. La sugerencia se redujo a “un pequeño grupo molesto”.

Los ochos fueron despedidos después de que Bush dijera a González que no investigaban con la energía necesaria casos de fraude electoral, denunciados por republicanos. Así les confirmó al “Washington post” y al “NewYork times” Dana Perino, portavoz del departamento.

Sampson renunció luego de aceptar no haber informado a otros funcionarios de justicia sobre los alcances de sus relaciones con la Casa Blanca. Estas omisiones impidieron ofrecer datos completos al congreso. Ante ello, legisladores demócratas se manifestaron escandalizados y, ahora, esperan la dimisión de González.

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