Kozlowski y Swartz mintieron, estafaron y robaron

Anoche, la fiscalía federal de Manhattan acusó formalmente de “mentir, estafar y robar” a Dennis Kozlowski y Mark Swartz. Respectivamente, ex presidente ejecutivo y ex director financiero de Tyco International.

8 octubre, 2003

En palabras de Kenneth Chalifoux, fiscal federal adjunto, "todo fue parte
de una charada tan compleja como bien montada. Esos dos -dijo ante el jurado,
señalando a los reos- no ganaron la lotería. Directamente robaron
el pozo".

Chalifoux presentó oralmente cargos, pruebas y fundamentos. A partir de
ahora, el juicio puede tomar unos cuatro meses, incluyendo el receso por las fiestas.
Los dos ex directivos fueron acusados de "saquearle unos US$ 600 millones
a su propia empresa, vía pagos no autorizados y ventas ilícitas
de acciones".

Tras caminar esposados entre una doble fila de periodistas, fotógrafos
y cámaras, Kozlowski y Swartz debieron pasar por un detector de metales,
ya en el interior de los tribunales en Manhattan. Chalifoux los pintó como
"filtros interesados de todos los datos que llegaban a la junta directiva.
Inclusive, reclutaron y corrompieron empleados". Mientras Tyco se convertía
en uno de los mayores grupos industriales del mundo, Kozlowski, Swartz y sus cómplices
"compraban rumbosas mansiones, barcos, joyería y obras de arte".

Por entonces, "la compañía marchaba bien y sus acciones subían.
Entonces, -explicaba el fiscal adjunto-, nadie hacía preguntas". Los
procesados hicieron cientos de transferencias mediante las cuales fueron sustrayendo
fondos de la firma para pagar su extravagante tren de vida. Todo esto empezó
a salir a luz cuando la empresa dejó de andar tan bien.

En palabras de Kenneth Chalifoux, fiscal federal adjunto, "todo fue parte
de una charada tan compleja como bien montada. Esos dos -dijo ante el jurado,
señalando a los reos- no ganaron la lotería. Directamente robaron
el pozo".

Chalifoux presentó oralmente cargos, pruebas y fundamentos. A partir de
ahora, el juicio puede tomar unos cuatro meses, incluyendo el receso por las fiestas.
Los dos ex directivos fueron acusados de "saquearle unos US$ 600 millones
a su propia empresa, vía pagos no autorizados y ventas ilícitas
de acciones".

Tras caminar esposados entre una doble fila de periodistas, fotógrafos
y cámaras, Kozlowski y Swartz debieron pasar por un detector de metales,
ya en el interior de los tribunales en Manhattan. Chalifoux los pintó como
"filtros interesados de todos los datos que llegaban a la junta directiva.
Inclusive, reclutaron y corrompieron empleados". Mientras Tyco se convertía
en uno de los mayores grupos industriales del mundo, Kozlowski, Swartz y sus cómplices
"compraban rumbosas mansiones, barcos, joyería y obras de arte".

Por entonces, "la compañía marchaba bien y sus acciones subían.
Entonces, -explicaba el fiscal adjunto-, nadie hacía preguntas". Los
procesados hicieron cientos de transferencias mediante las cuales fueron sustrayendo
fondos de la firma para pagar su extravagante tren de vida. Todo esto empezó
a salir a luz cuando la empresa dejó de andar tan bien.

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