Bush y Blair definen el rol de la ONU en la posguerra
El presidente de EEUU y el primer ministro británico comienzan en Belfast una ambiciosa cumbre para tratar de acercar sus posiciones sobre el papel de la ONU en Irak después del eventual derrocamiento de Sadam Husein.
Esta es la tercera vez que Bush y Blair se ven las caras en menos de un mes y la segunda desde el comienzo de la guerra, que parece estar ahora más cerca de su conclusión.
La sede de las reuniones será el apartado castillo de Hillsborough, a las afueras de Belfast, escenario de las habituales conversaciones de paz del Ulster y que está rodeado por un perímetro vallado de varios kilómetros que lo aisla del exterior.
Según informa la agencia de noticias EFE, se espera que la cumbre entre Bush y Blair, que se prolongará hasta el mediodía del martes, propicie un esclarecimiento sobre el papel que tendrá Naciones Unidas en la reconstrucción iraquí, algo que la Casa Blanca no ha decidido de momento.
Pese a estar de acuerdo en que deben ser las fuerzas estadounidenses y británicas las que dirijan la primera fase de la reconstrucción nada más acabar la guerra, Blair y Bush difieren sobre lo que ocurrirá después.
Londres desea que Naciones Unidas auspicie una conferencia internacional en la que sería elegido un Gobierno “representativo” de los distintos grupos étnicos de Irak.
La Administración estadounidense está dividida sobre qué papel
tendrá la ONU, aunque quiere que se le reserve un protagonismo en la reconstrucción y ha designado a un general retirado con lazos con la empresa armamentística, Jay Garner, para dirigir el primer gobierno.
En cuanto a Oriente Medio, Blair presionará a Bush para que publique pronto el plan de paz o “mapa de rutas” para así intentar mejorar la relación con los países árabes, deteriorada a causa de la guerra contra Irak, pero no se auguran grandes anuncios.
La divulgación del “mapa de rutas”, que propiciaría la creación de un Estado palestino para 2005, ha sido retrasada en varias ocasiones por la Casa Blanca, que reclama más reformas a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Y sobre el proceso de paz de Irlanda del Norte, ambos líderes busca un espaldarazo que permita devolver la autonomía a la provincia a tiempo de celebrar las elecciones en la fecha prevista del 29 de mayo, aunque las expectativas se reducen a un llamamiento de Bush a favor de la paz.
Serán Blair y el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, los que presenten este jueves un plan de acción que podría permitir la restauración de la autonomía, suspendida el pasado octubre a causa de un supuesto espionaje del Ejército Republicano Irlandés (IRA).
En la agenda de la cumbre de Hillsborough se han incluido dos entrevistas entre Bush y Blair y otra de ambos mandatarios con el primer ministro de Irlanda.
Los tres dirigentes van a reunirse, además, con los líderes de los partidos norirlandeses firmantes del llamado acuerdo de paz del Viernes Santo, que este jueves cumplirá su quinto aniversario.
Después de arribar, Bush se trasladará al castillo de Hillsborough, donde compartirá una cena de trabajo con Tony Blair.
Al día siguiente, el presidente norteamericano y el primer ministro mantendrán una nueva reunión unilateral que será seguida de una rueda de prensa conjunta, y después ambos se entrevistarán con Ahern.
Pondrá el colofón final a la cumbre un encuentro, de poco más de media hora de duración, de los tres mandatarios con los dirigentes de los partidos norirlandeses, algunos de los cuales están molestos con una visita de Bush que consideran propagandística.
Gerry Adams, presidente del Sinn Fein (brazo político del Ejército Republicano Irlandés, IRA), calificó de “poco tacto” el hecho de que la cumbre entre Blair y Bush se celebre en una isla cuya población se opone mayoritariamente a la guerra.
El castillo de Hillsborough está fuertemente custodiado desde el fin de semana por la policía para impedir que se acerquen a la cumbre los activistas antibélicos, que han prometido manifestarse a pesar de contar, apenas, con tres días para organizar las protestas.
La cumbre entre George Bush y Tony Blair fue anunciada por sorpresa el pasado viernes simultáneamente en Washington y en Londres.
Esta es la tercera vez que Bush y Blair se ven las caras en menos de un mes y la segunda desde el comienzo de la guerra, que parece estar ahora más cerca de su conclusión.
La sede de las reuniones será el apartado castillo de Hillsborough, a las afueras de Belfast, escenario de las habituales conversaciones de paz del Ulster y que está rodeado por un perímetro vallado de varios kilómetros que lo aisla del exterior.
Según informa la agencia de noticias EFE, se espera que la cumbre entre Bush y Blair, que se prolongará hasta el mediodía del martes, propicie un esclarecimiento sobre el papel que tendrá Naciones Unidas en la reconstrucción iraquí, algo que la Casa Blanca no ha decidido de momento.
Pese a estar de acuerdo en que deben ser las fuerzas estadounidenses y británicas las que dirijan la primera fase de la reconstrucción nada más acabar la guerra, Blair y Bush difieren sobre lo que ocurrirá después.
Londres desea que Naciones Unidas auspicie una conferencia internacional en la que sería elegido un Gobierno “representativo” de los distintos grupos étnicos de Irak.
La Administración estadounidense está dividida sobre qué papel
tendrá la ONU, aunque quiere que se le reserve un protagonismo en la reconstrucción y ha designado a un general retirado con lazos con la empresa armamentística, Jay Garner, para dirigir el primer gobierno.
En cuanto a Oriente Medio, Blair presionará a Bush para que publique pronto el plan de paz o “mapa de rutas” para así intentar mejorar la relación con los países árabes, deteriorada a causa de la guerra contra Irak, pero no se auguran grandes anuncios.
La divulgación del “mapa de rutas”, que propiciaría la creación de un Estado palestino para 2005, ha sido retrasada en varias ocasiones por la Casa Blanca, que reclama más reformas a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Y sobre el proceso de paz de Irlanda del Norte, ambos líderes busca un espaldarazo que permita devolver la autonomía a la provincia a tiempo de celebrar las elecciones en la fecha prevista del 29 de mayo, aunque las expectativas se reducen a un llamamiento de Bush a favor de la paz.
Serán Blair y el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, los que presenten este jueves un plan de acción que podría permitir la restauración de la autonomía, suspendida el pasado octubre a causa de un supuesto espionaje del Ejército Republicano Irlandés (IRA).
En la agenda de la cumbre de Hillsborough se han incluido dos entrevistas entre Bush y Blair y otra de ambos mandatarios con el primer ministro de Irlanda.
Los tres dirigentes van a reunirse, además, con los líderes de los partidos norirlandeses firmantes del llamado acuerdo de paz del Viernes Santo, que este jueves cumplirá su quinto aniversario.
Después de arribar, Bush se trasladará al castillo de Hillsborough, donde compartirá una cena de trabajo con Tony Blair.
Al día siguiente, el presidente norteamericano y el primer ministro mantendrán una nueva reunión unilateral que será seguida de una rueda de prensa conjunta, y después ambos se entrevistarán con Ahern.
Pondrá el colofón final a la cumbre un encuentro, de poco más de media hora de duración, de los tres mandatarios con los dirigentes de los partidos norirlandeses, algunos de los cuales están molestos con una visita de Bush que consideran propagandística.
Gerry Adams, presidente del Sinn Fein (brazo político del Ejército Republicano Irlandés, IRA), calificó de “poco tacto” el hecho de que la cumbre entre Blair y Bush se celebre en una isla cuya población se opone mayoritariamente a la guerra.
El castillo de Hillsborough está fuertemente custodiado desde el fin de semana por la policía para impedir que se acerquen a la cumbre los activistas antibélicos, que han prometido manifestarse a pesar de contar, apenas, con tres días para organizar las protestas.
La cumbre entre George Bush y Tony Blair fue anunciada por sorpresa el pasado viernes simultáneamente en Washington y en Londres.
