Nicolas Sarkozy, apoyado en un asesor liberal (Nicolas Baverez) y –quizás- en Nouriel Roubini o Paul Krugman, ha planteado lisa y llanamente un Bretton Woods II. Más proactivo que Brown o Merkel, el francés simplemente transfiere al plano político no otro BW sino la vuelta al original de 1944, tergiversado (muerto John Maynard Keynes, 1946) por un equipo ligado al neoclásico Milton Friedman, en favor de la gran banca anglosajona y holandesa.
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<p>Sin entrar en sutilezas, Sarkozy quiere combinar el grupo de los 8 (EE.UU., Japón, Alemania, Rusia, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia) con China, India, Brasil, Sudáfrica y Vietnam (¿un G-13?). Pero, esta vez, las dos instituciones creadas en Bretton Woods –Fondo Monetario, Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento- quedarán en segundo plano. </p>
<p>El motivo es claro, señalan varios economistas sistémicos y ex funcionarios del FMI (por ejemplo, Michael Mussa): las dos entidades multilaterales quedaron muchos años bajo la égida de la gran banca occidental –el Fondo- o los intereses de EE.UU. (el Banco Mundial). Con el tiempo, por otra parte, han ido apareciendo factores nuevos. Entre ellos, los países petroleros de la península arábiga, sus fondos de inversión soberanos y su relativo desacople respecto de las crisis iniciadas en agosto de 2007. </p>
<p>Brown sí menciona Bretton Woods, pero lo hace desde la ortodoxia monetarista del Banco de Inglaterra y la City londinense, algo que también hacía Margaret Thatcher. A su vez, los alemanes piensan en el comité de Basilea, brazo del Banco de Ajustes Internacionales, conocido como “banco central de bancos centrales”. Es el único nexo subsistente entre la hiperinflación de 1923/8 (Alemania y el área reichsmark), la depresión posterior al crac de 1929/32 y el presente. </p>
<p>Sea como fuere, estas propuestas de largo alcance no salen hoy de lo especulativo. Primero, porque las elecciones norteamericanas distan apenas veinte días. Segundo, porque después habrá una dificultosa transición, condicionada por el mega-rescate occidental y los vaivenes en los mercados. Verbigracia, casi nadie cree que la oficina de la oficina federal de estabilización financiera pueda seguir en manos de un ex Goldman Sachs (Neel Kashkari), cuyo jefe –Henry Paulson- está en hacienda. </p>
Brown y Merkel son cautos, pero Sarkozy quiere otro orden mundial
Sabiendo que las súbitas encuestas que lo sacaron del pozo debido a sus iniciativas financieras se centran en la City, no en la gente de la calle, Gordon Brown es prudente. En tanto Angela Merkel sabe que su país y Francia orillan recesión.