Apoyo internacional vs. retórica nacional

La decisión del Tesoro estadounidense de apoyar el paquete de ayuda financiera a la Argentina, introdujo un elemento de tranquilidad en los mercados. En Europa apuntan al tema político. Se espera más ejecutividad. Por Valeria Ceron

18 noviembre, 2000

Las aguas comenzaron a retornar paulatinamente a su curso cuando se conoció el lunes la decisión del gobierno de Estados Unidos de apoyar el paquete de ayuda financiera para la Argentina.

En un comunicado distribuido en Washington, el secretario del Tesoro, Larry Summers, elogió las medidas económicas tomadas por el país el viernes anterior.

Simultáneamente dijo que la Unión apoyaría el blindaje financiero que decidieran otorgar a la Argentina el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

El comunicado serviría para facilitar al gobierno de Buenos Aires conseguir el apoyo de otros países para que el paquete financiero fuera lo más sólido posible.

Mientras, el gobierno argentino dejaba trascender que a esa altura de la semana que había acordado en principio un paquete multilateral de ayuda por US$ 17.500 millones y que avanzaba en las conversaciones con los gobiernos de España, Italia y Francia, para que sus representantes en el FMI convencieran al titular, Horst Kohler sobre la conveniencia de instrumentar ese plan de apoyo para la Argentina.

Desde Madrid el presidente del Consejo de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación, José Manuel Fernández Norniella, dijo que estaban dispuestos a apostar por una pronta reactivación de la economía argentina.

Aconsejó al equipo económico de Buenos Aires poner en práctica políticas activas de estímulo a la demanda interna y de aumento de la productividad empresaria, para lo cual será necesario imaginación y responsabilidad de todos los agentes económicos y sociales.

Agregó Fernández Norniella que el país necesita un amplio consenso social que renueve la confianza en las instituciones y en la economía y anticipó que las relaciones económicas entre ambas naciones seguirán siendo excelentes.

En Roma, fuentes oficiosas del gobierno italiano dejaron entrever que seguirían los pasos del Fondo Monetario Internacional en lo referente al apoyo financiero a la Argentina y opinaron que la crisis de Buenos Aires pasa esencialmente por lo político antes que por lo económico.

La posición de Italia marca las líneas de acción que, con mayor o menor diplomacia, tomarán todos los países y la banca internacional.

Si la Argentina no arregla sus asuntos internos, si demora las decisiones y muestra más vocación por la retórica y las largas reuniones que por la ejecutividad indispensable ante una crisis de semejante envergadura, entonces los apoyos se irán desvaneciendo.

La larga cultura psicoanalítica de los argentinos, en general, y de los porteños en particular, nos ha enseñado que nadie hace por nosotros aquello que no podemos ejecutar por nuestra propia iniciativa.

A nivel social se da el mismo fenómeno que cuando se trata de la conducta de los individuos; si la Argentina no logra hacer, por sí misma, lo necesario para salir de esta coyuntura, será bastante difícil que llegue el tan ansiado blindaje financiero. O que si llega sirva para lograr su cometido.

Las aguas comenzaron a retornar paulatinamente a su curso cuando se conoció el lunes la decisión del gobierno de Estados Unidos de apoyar el paquete de ayuda financiera para la Argentina.

En un comunicado distribuido en Washington, el secretario del Tesoro, Larry Summers, elogió las medidas económicas tomadas por el país el viernes anterior.

Simultáneamente dijo que la Unión apoyaría el blindaje financiero que decidieran otorgar a la Argentina el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

El comunicado serviría para facilitar al gobierno de Buenos Aires conseguir el apoyo de otros países para que el paquete financiero fuera lo más sólido posible.

Mientras, el gobierno argentino dejaba trascender que a esa altura de la semana que había acordado en principio un paquete multilateral de ayuda por US$ 17.500 millones y que avanzaba en las conversaciones con los gobiernos de España, Italia y Francia, para que sus representantes en el FMI convencieran al titular, Horst Kohler sobre la conveniencia de instrumentar ese plan de apoyo para la Argentina.

Desde Madrid el presidente del Consejo de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación, José Manuel Fernández Norniella, dijo que estaban dispuestos a apostar por una pronta reactivación de la economía argentina.

Aconsejó al equipo económico de Buenos Aires poner en práctica políticas activas de estímulo a la demanda interna y de aumento de la productividad empresaria, para lo cual será necesario imaginación y responsabilidad de todos los agentes económicos y sociales.

Agregó Fernández Norniella que el país necesita un amplio consenso social que renueve la confianza en las instituciones y en la economía y anticipó que las relaciones económicas entre ambas naciones seguirán siendo excelentes.

En Roma, fuentes oficiosas del gobierno italiano dejaron entrever que seguirían los pasos del Fondo Monetario Internacional en lo referente al apoyo financiero a la Argentina y opinaron que la crisis de Buenos Aires pasa esencialmente por lo político antes que por lo económico.

La posición de Italia marca las líneas de acción que, con mayor o menor diplomacia, tomarán todos los países y la banca internacional.

Si la Argentina no arregla sus asuntos internos, si demora las decisiones y muestra más vocación por la retórica y las largas reuniones que por la ejecutividad indispensable ante una crisis de semejante envergadura, entonces los apoyos se irán desvaneciendo.

La larga cultura psicoanalítica de los argentinos, en general, y de los porteños en particular, nos ha enseñado que nadie hace por nosotros aquello que no podemos ejecutar por nuestra propia iniciativa.

A nivel social se da el mismo fenómeno que cuando se trata de la conducta de los individuos; si la Argentina no logra hacer, por sí misma, lo necesario para salir de esta coyuntura, será bastante difícil que llegue el tan ansiado blindaje financiero. O que si llega sirva para lograr su cometido.

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