A pocos horas de su regreso Fernando de la Rúa recibió la buena nueva del categórico respaldo del poder económico a su gestión de gobierno. El Consejo Empresario –nuclea a grandes bancos y grupos inversores–reconoció por boca de su presidente, Manuel Sacerdote, que están dadas todas las condiciones para que la Argentina crezca.
La declaración del representante del Bank Boston en la entidad empresarial, respondió de esa manera a la amarga reflexión de José Luis Machinea quien, durante el desayuno de trabajo compartido en la víspera, se lamentó de que todos los esfuerzos hechos por el gobierno no sean debidamente apreciados. No perdió la ocasión de interpretar el alza de 15% de las exportaciones como una señal de que la economía del país es competitiva.
También aseguró que el ajuste fiscal y ,la financiación para todo el año, garantizan un período de estabilidad económica y financiera como plataforma de lanzamiento de la reactivación. Machinea insistió en los logros de la reforma laboral y la desregulación de las obras sociales, objetivos reiteradamente pedidos por las empresas.
El país cumplirá las metas acordadas con el FMI —dijo—; el aumento de ingresos impositivos de junio permitirá neutralizar el déficit de abril y mayo. El crecimiento económico comenzará a ser perceptible durante la segunda mitad del año.
El vocero del Consejo, Sacerdote, se mostró concorde en afirmar que la economía está preparada para iniciar el crecimiento y marcó síntomas alentadores:
1. Ingresan fondos a los bancos, tanto del exterior como del ahorro nacional.
2. Avizora el inicio de un círculo positivo; con un principio de reactivación mejorará la recaudación, habrá menos déficit fiscal y esos síntomas alentarán a la presencia de mayores inversiones.
Varios de los presentes, incluso luego del retiro de la reunión de Machinea, concordaron en apreciar la disposición de la población de apoyar la estabilidad política, a pesar de las críticas que acompañan al impuestazo y a otras medidas de reducción del gasto. Uno de ellos definió al Presidente como “un hombre de consenso”.
Mientras, la plana mayor de la Unión Industrial Argentina, se prepara para proponer medidas antirecesivas al gobierno. Se adelanta que ,en las deliberaciones que se realizarán durante la jornada ,se redactará una declaración en la que se criticará la forma en que encara la reactivación de la economía.
El Movimiento Industrial Nacional, el sector más intransigente, propugna la restitución de los aportes patronales a las empresas de servicios públicos privatizados para capitalizar un fondo de seguro de desempleo.
El Movimiento Industrial Argentino, más contemporizador, cree contra la opinión del anterior, que la depresión aún no se asentó en la Argentina y que, por lo tanto, no es necesario tomar medidas demasiado drásticas.
Las posiciones son muy definidas, aunque se confía en que no lleguen al punto de dividir, como al comienzo de la década de los 90, a la entidad empresarial.
A pocos horas de su regreso Fernando de la Rúa recibió la buena nueva del categórico respaldo del poder económico a su gestión de gobierno. El Consejo Empresario –nuclea a grandes bancos y grupos inversores–reconoció por boca de su presidente, Manuel Sacerdote, que están dadas todas las condiciones para que la Argentina crezca.
La declaración del representante del Bank Boston en la entidad empresarial, respondió de esa manera a la amarga reflexión de José Luis Machinea quien, durante el desayuno de trabajo compartido en la víspera, se lamentó de que todos los esfuerzos hechos por el gobierno no sean debidamente apreciados. No perdió la ocasión de interpretar el alza de 15% de las exportaciones como una señal de que la economía del país es competitiva.
También aseguró que el ajuste fiscal y ,la financiación para todo el año, garantizan un período de estabilidad económica y financiera como plataforma de lanzamiento de la reactivación. Machinea insistió en los logros de la reforma laboral y la desregulación de las obras sociales, objetivos reiteradamente pedidos por las empresas.
El país cumplirá las metas acordadas con el FMI —dijo—; el aumento de ingresos impositivos de junio permitirá neutralizar el déficit de abril y mayo. El crecimiento económico comenzará a ser perceptible durante la segunda mitad del año.
El vocero del Consejo, Sacerdote, se mostró concorde en afirmar que la economía está preparada para iniciar el crecimiento y marcó síntomas alentadores:
1. Ingresan fondos a los bancos, tanto del exterior como del ahorro nacional.
2. Avizora el inicio de un círculo positivo; con un principio de reactivación mejorará la recaudación, habrá menos déficit fiscal y esos síntomas alentarán a la presencia de mayores inversiones.
Varios de los presentes, incluso luego del retiro de la reunión de Machinea, concordaron en apreciar la disposición de la población de apoyar la estabilidad política, a pesar de las críticas que acompañan al impuestazo y a otras medidas de reducción del gasto. Uno de ellos definió al Presidente como “un hombre de consenso”.
Mientras, la plana mayor de la Unión Industrial Argentina, se prepara para proponer medidas antirecesivas al gobierno. Se adelanta que ,en las deliberaciones que se realizarán durante la jornada ,se redactará una declaración en la que se criticará la forma en que encara la reactivación de la economía.
El Movimiento Industrial Nacional, el sector más intransigente, propugna la restitución de los aportes patronales a las empresas de servicios públicos privatizados para capitalizar un fondo de seguro de desempleo.
El Movimiento Industrial Argentino, más contemporizador, cree contra la opinión del anterior, que la depresión aún no se asentó en la Argentina y que, por lo tanto, no es necesario tomar medidas demasiado drásticas.
Las posiciones son muy definidas, aunque se confía en que no lleguen al punto de dividir, como al comienzo de la década de los 90, a la entidad empresarial.