Alemania pide detener trece agentes de la CIA

Un tribunal de Munich inició la primera causa por vueltos secretos sobre media Europa transportando detenidos ilegales. Los agentes están implicado en el secuestro de Djaled el-Masrí, ciudadano alemán de origen libanés.

2 febrero, 2007

Según testimonio del afectado, fue capturado el 31 de diciembre de 2003 al ingresar en Macedonia, uno de los países que coopera con la Agencia Central de Inteligencia en forma encubierta. El gobierno de Skoplje permitió que los norteamericanos se lo llevasen a Afganistán en un “avión fantasma”. Ahí fue sometido a torturas durante cinco meses.

Este caso revive la controversia internacional por abusos de la CIA y otras agencias estadounidenses, con la excusa de una guerra global contra el terrorismo. También esta semana, se difundió un informe del parlamento europeo (Estrasburgo), que acusa a algunos miembros de la Unión Europea por ser cómplices de Washington. Amén de Italia, Gran Bretaña, Alemania, España, Suecia, Austria y Polonia, están sindicados los dos flamantes socios, Rumania y Bulgaria, además de Macedonia y Bosnia-Hertsegóvina.

Este documento será clave en un debate y una votación en el piso, prevista para el miércoles 14. Entre fines de 2001 y 2005, a la sazón, hubo por lo menos 1.240 vuelos clandestinos operado por la CIA, que hicieron escalas en aeropuertos de la UE. El informe describe veinte casos de ciudadanos europeos. En ninguno de ellos surgieron evidencias de nexos con grupos terroristas.

Por otro lado, en Italia comienza el juicio preliminar por el secuestro del imam Abú ‘Omar, a quien se relaciona con la red al-Qa’eda. Estas actuaciones implican a veintiséis elementos de la CIA y colaboradores en la inteligencia italiana. Entre ellos Niccolò Polari y Marco Mancini, sus principales jefes, hoy suspendidos de funciones.

Según testimonio del afectado, fue capturado el 31 de diciembre de 2003 al ingresar en Macedonia, uno de los países que coopera con la Agencia Central de Inteligencia en forma encubierta. El gobierno de Skoplje permitió que los norteamericanos se lo llevasen a Afganistán en un “avión fantasma”. Ahí fue sometido a torturas durante cinco meses.

Este caso revive la controversia internacional por abusos de la CIA y otras agencias estadounidenses, con la excusa de una guerra global contra el terrorismo. También esta semana, se difundió un informe del parlamento europeo (Estrasburgo), que acusa a algunos miembros de la Unión Europea por ser cómplices de Washington. Amén de Italia, Gran Bretaña, Alemania, España, Suecia, Austria y Polonia, están sindicados los dos flamantes socios, Rumania y Bulgaria, además de Macedonia y Bosnia-Hertsegóvina.

Este documento será clave en un debate y una votación en el piso, prevista para el miércoles 14. Entre fines de 2001 y 2005, a la sazón, hubo por lo menos 1.240 vuelos clandestinos operado por la CIA, que hicieron escalas en aeropuertos de la UE. El informe describe veinte casos de ciudadanos europeos. En ninguno de ellos surgieron evidencias de nexos con grupos terroristas.

Por otro lado, en Italia comienza el juicio preliminar por el secuestro del imam Abú ‘Omar, a quien se relaciona con la red al-Qa’eda. Estas actuaciones implican a veintiséis elementos de la CIA y colaboradores en la inteligencia italiana. Entre ellos Niccolò Polari y Marco Mancini, sus principales jefes, hoy suspendidos de funciones.

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