La Unión Industrial Argentina y la Asociación Empresaria Argentina hicieron saber al gobierno nacional que el aumento de los recortes de suministro eléctrico a las fábricas lo único que logrará es provocar suspensiones de personal ante una eventual reprogramación de los turnos.
Las entidades analizaron, en el marco del comité de emergencia, los efectos que traerá a la actividad productiva la extensión de cuatro a seis horas decidida por la Secretaría de Energía en los días que restan de la semana.
Los empresarios hicieron hincapié en que el invierno recién comienza y la situación tenderá a agravarse.
Pocas perspectivas se avizoran para equilibrar un poco la oferta y demanda de energía, ya que en Bolivia se confirmó que mermarán los envíos tanto a la Argentina como a Brasil, debido a que se prioriza la atención del mercado interno y a que no se hicieron las inversiones para garantizar el plan de producción y exportaciones hecho con anterioridad.
El Presidente Néstor Kirchner llamó directamente a Lula da Silva para ver cómo harán ambos países para cubrir el faltante boliviano. No sólo en lo que atañe a ambas economías por separado, sino para armar una acción conjunta.
En tal sentido, Brasil vende electricidad a Argentina y el contrato podría peligrar precisamente por la incidencia que tendrá el racionamiento de Bolivia a las usinas brasileñas.
El gobierno argentino manifestó también su indignación por la actitud que adoptó el grupo brasileño que conduce Transportadora General del Sur, el que junto con la Transportadora Gas del Norte, controlada por Techint, exportó la semana pasada a ritmo febril hacia Chile y compensó luego restringiendo las entregas a las estaciones de GNC, según se sostiene en la Casa Rosada.
El tema ha trepado de posición en la agenda política y hasta podría invadir la campaña electoral, ya que el déficit estructural de energía que se hace sentir con los rigores del frío se trasladará al verano con la misma virulencia.
El consumo eléctrico crece del 5 al 7 % anual, no hay reservas y las dos generadoras del sur santafesino y Campana a punto de entrar en servicio en 2008, que el gobierno agita como esperanza, aportarán al sistema más o menos lo que se ahorra actualmente con las restricciones. O sea que no cubrirán la expansión acumulada de la demanda al momento de empezar a funcionar.
La Unión Industrial Argentina y la Asociación Empresaria Argentina hicieron saber al gobierno nacional que el aumento de los recortes de suministro eléctrico a las fábricas lo único que logrará es provocar suspensiones de personal ante una eventual reprogramación de los turnos.
Las entidades analizaron, en el marco del comité de emergencia, los efectos que traerá a la actividad productiva la extensión de cuatro a seis horas decidida por la Secretaría de Energía en los días que restan de la semana.
Los empresarios hicieron hincapié en que el invierno recién comienza y la situación tenderá a agravarse.
Pocas perspectivas se avizoran para equilibrar un poco la oferta y demanda de energía, ya que en Bolivia se confirmó que mermarán los envíos tanto a la Argentina como a Brasil, debido a que se prioriza la atención del mercado interno y a que no se hicieron las inversiones para garantizar el plan de producción y exportaciones hecho con anterioridad.
El Presidente Néstor Kirchner llamó directamente a Lula da Silva para ver cómo harán ambos países para cubrir el faltante boliviano. No sólo en lo que atañe a ambas economías por separado, sino para armar una acción conjunta.
En tal sentido, Brasil vende electricidad a Argentina y el contrato podría peligrar precisamente por la incidencia que tendrá el racionamiento de Bolivia a las usinas brasileñas.
El gobierno argentino manifestó también su indignación por la actitud que adoptó el grupo brasileño que conduce Transportadora General del Sur, el que junto con la Transportadora Gas del Norte, controlada por Techint, exportó la semana pasada a ritmo febril hacia Chile y compensó luego restringiendo las entregas a las estaciones de GNC, según se sostiene en la Casa Rosada.
El tema ha trepado de posición en la agenda política y hasta podría invadir la campaña electoral, ya que el déficit estructural de energía que se hace sentir con los rigores del frío se trasladará al verano con la misma virulencia.
El consumo eléctrico crece del 5 al 7 % anual, no hay reservas y las dos generadoras del sur santafesino y Campana a punto de entrar en servicio en 2008, que el gobierno agita como esperanza, aportarán al sistema más o menos lo que se ahorra actualmente con las restricciones. O sea que no cubrirán la expansión acumulada de la demanda al momento de empezar a funcionar.